Cristina aún mide bien

Cristina aún mide bien

Una extensa encuesta de Management & Fit, que dirigió Mariel Fornoni, ubicó a Sergio Massa y a Daniel Scioli a la cabeza de las preferencias de los argentinos para suceder a la presidenta.


Por medio de su directora de Opinión Pública, Mariel Fornoni, cargo que comparte con Guillermo Seita, la empresa encuestadora Management & Fit reveló los resultados de una extensa investigación del mercado electoral, que incluyó una indagación sobre las percepciones y las expectativas futuras del público.

La encuesta fue realizada sobre un universo etáreo de entre 16 y 70 años. Fue una investigación cuantitativa sobre 2000 casos, con una combinación de entrevistas presenciales y telefónicas, realizada entre el 23 de mayo y el tres de junio últimos. El universo geográfico incluyó, en el caso de la Capital y el Gran Buenos Aires, a siete barrios porteños, tres partidos del primer cordón provincial, cuatro del segundo cordón y ocho partidos del resto de la Provincia.

Las primeras preguntas de los evaluadores tuvieron que ver con las expectativas personales para los próximos meses. El 10 por ciento de los entrevistados proyecta un futuro optimista, en tanto que el 41,2 por ciento de los entrevistados piensa que estará igual, el 41,8 por ciento teme empeorar su situación y el 3,1 por ciento piensa que estará mucho peor.

A continuación, los encuestadores indagaron sobre las expectativas sobre el futuro inmediato del país. El 10,3 por ciento piensa que estará mejor, el 29,1 por ciento que estará igual, el 50 por ciento que su situación simplemente empeorará y el 6,2 por ciento que empeorará mucho.

La respuesta de los encuestados en torno a cuáles son los principales problemas con los que deben lidiar diariamente. En primer lugar, el 86,6 por ciento consideró que la inseguridad es su principal temor, en tanto que el 60,5 por ciento consideró que es la inflación y el 51,3 por ciento ubicó al desempleo como uno de sus principales problemas.

Luego, la encuesta se adentró en la percepción de imagen que tienen los argentinos sobre las principales figuras políticas del país. En el rubro Muy buena, apareció en primer lugar Sergio Massa, con el 9,1 por ciento. Al intendente de Tigre le sigue la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner con el 8,7 por ciento, seguida por Daniel Scioli, que reúne el 3,9 por ciento y Ricardo Alfonsín, que fue votado por el 3,3 por ciento.

El siguiente rubro incluyó el interrogatorio sobre el sucesor de Cristina Fernández de Kirchner, mediante una pregunta guiada, consistente en una lista de figuras ubicadas por orden alfabético. Los más votados fueron Sergio Massa, votado por el 22,7 por ciento; Daniel Scioli, casi cabeza a cabeza, fue votado por el 22,6 por ciento; Amado Boudou quedó en el tercer lugar, votado por el 10,5 por ciento: Al final quedaron ubicados el ministro del Interior y Transporte Florencio Randazzo, con el 2,2 por ciento y el gobernador entrerriano Sergio Urribarri, que fue votado por el dos por ciento. Casi como una anécdota, el influyente estratega político de Néstor Kirchner y de Cristina, Carlos Zaninni, fue considerado como el sucesor de ésta por el 0,6 por ciento de los interrogados.

En otra pregunta que incluyó una guía, los encuestados fueron preguntados sobre su intención de voto eligiendo dentro de una lista de candidatos surgidos del kirchnerismo. El ascendente Sergio Massa siguió siendo el primero: un 22,6 por ciento, seguido por Daniel Scioli, que fue elegido por el 19 por ciento. Hermes Binner fue votado por el 7,4 por ciento, Mauricio Macri obtuvo el 6,8 por ciento y José Manuel de la Sota consiguió el 5,8 por ciento.

Existieron aquí, finalmente, dos puntos curiosos. Hubo un 4,2 de los interrogados que eligieron a diferentes candidatos, entre los que se cuentan la propia Cristina, Ricardo Alfonsín, Amado Boudou, Florencio Randazzo, Elisa Carrió y Francisco de Narváez. El segundo fue que el 15,1 por ciento no eligió a ninguno de los integrantes de la lista, lo que haría suponer que en esta elección podrían surgir nuevas figuras, que podrían canalizar el tradicional descontento de los votantes con la clase política.

Luego, los encuestadores ponen el acento en los que aprueban la gestión y en quienes no lo hacen. El 662, por ciento de los que votaron a CFK en 2011 aprueban su gestión, en tanto que el 24,4 por ciento se muestran desilusionados por el rumbo del Gobierno. Previsiblemente, el 85,4 por ciento de los que no la votaron en 2011, desaprueban la gestión de la presidenta.

En este mismo camino, el 63,2 por ciento de los votantes de Cristina volverían a elegirla, en tanto que el 25,4 por ciento no lo haría. En la vereda opuesta, el 92,5 por ciento de los opositores no la votarían.

De los que votaron en 2011 a Cristina, el 29 por ciento votaría a Scioli en estos días, en tanto que el 23,5 por ciento lo haría por Sergio Massa. En el campo opositor, el 29,1 por ciento elegiría a Massa y el 18,6 a Scioli.

Con respecto a la controvertida Década Ganada, el 63 por ciento de los votantes de CFK piensa que realmente estos diez años fueron diez años de realizaciones, en tanto que el 24,5 por ciento no lo cree así.

Las conclusiones preliminares del muestreo dejan ver que desués de diez años de gobierno, el kirchnerismo sigue marcando la agenda política, más allá del ocaso de Cristina Fernández de Kirchner, que por ahora no buscaría un tercer mandato. Existe un alto desconocimiento por parte del público para con algunos candidatos, lo que si bien no los saca de carrera, exhibe la pobreza de sus posibilidades.

Si un 8,7 por ciento de los encuestados considera que la imagen de la presidenta es “Muy buena”, sólo superada por Sergio Massa, ese dato la ubica en una posición lejana al ostracismo, tras 10 años de conducir los destinos del país. De todos modos, entre los síntomas que deben preocupar al Gobierno está la precepción de los encuestados de que su situación personal no mejorará en los próximos meses.

De todos modos, si el 63,2 de los votantes del Frente para la Victoria manifiesta que volvería a votar a la actual jefa de Estado, la percepción es que no existe una retirada gradual del kirchnerismo, aunque los dos últimos años del Gobierno le marcarán a éste una agenda en la que debe decidir la sucesión, que no permitirá más que dos escenarios: la endogamia, es decir, un candidato propio o la exogamia, que significa un candidato externo, con salida negociada incluída. A priori, esta última salida sería impensada por el momento, pero la política es el arte, no sólo de lo posible, sino también de lo aparentemente imposible.

 

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