Roy Cortina: “La situación es bastante explosiva”

Roy Cortina: “La situación es bastante explosiva”

Según el diputado porteño, los bajos salarios respecto al costo de vida, la inflación, los tarifazos y la precarización laboral son cuatro factores que, combinados, hoy generan un panorama crítico.


El legislador porteño Roy Cortina (Partido Socialista) coincide con el diagnóstico que hizo la Iglesia de los primeros meses de gestión de Mauricio Macri en la Casa Rosada: hay que poner más atención en los pobres. En diálogo con Noticias Urbanas, el diputado de la Ciudad de Buenos Aires critica los fuertes aumentos tarifarios que dispuso el Gobierno y advierte sobre el aumento de la pobreza por la creciente inflación: “Hay una situación bastante explosiva”.

Cortina también alerta sobre la falta del empleo. “El Gobierno ha estado muy pendiente de los cambios que el equipo económico hizo en términos macroeconómicos y se ha olvidado que detrás de los números hay millones de personas que están angustiadas”, señala.

En ese marco, el legislador socialista opina sobre el supuesto distanciamiento de Macri con el papa Francisco. “Mi sensación es que la relación es muy fría”, indica, y pide que haya un vínculo diplomático serio y profesional con el Sumo Pontífice.

Además, considera que perdurará la grieta en la sociedad tras los doce años de kirchnerismo. “La grieta que importa resolver es la que separa a los argentinos que son más ricos de los que son cada vez más pobres”, apunta.

Respecto de la tragedia en la fiesta electrónica de Costa Salguero, no duda en apuntar contra la responsabilidad del Gobierno porteño. “Rodríguez Larreta tendría que decir qué hizo el Estado de la Ciudad en materia de prevención de adicciones en los últimos ocho años. Yo te lo adelanto: no hizo nada”, remata.

 –¿Coincide con el diagnóstico y la preocupación de la Iglesia por la falta de empleo y el aumento de la pobreza?

–Sí, coincido totalmente. Hay una situación bastante explosiva por una combinación de cuatro factores que son clave en una crisis de estas características. Los salarios han quedado muy por debajo del aumento de costo de vida; la inflación, que es récord desde 2002; la lluvia de tarifazos, que ha caído como un bomba en toda la geografía del país, y, por último, hay una suerte de precarización de las condiciones de trabajo y un mercado de trabajo que tiende al desempleo y a los despidos. Estas cosas juntas generan una situación de vulnerabilidad social que ya venía del gobierno anterior, con un cuarto de los argentinos por debajo de la línea de pobreza e indigencia, pero que ahora se ha incrementado.

–¿Cree que el Gobierno está siendo demasiado optimista cuando plantea que la situación va a mejorar a partir del segundo semestre?

–El Gobierno tiene derecho a ser optimista y creo que hay condiciones para que muchos de los argentinos que lo votaron piensen que hay que ser pacientes, pero también hay un porcentaje muy grande, incluso dentro de los que han votado a Macri, que descreen esto de mirar al segundo semestre como una suerte de tierra prometida. El Gobierno nacional ha estado muy pendiente de los cambios que el equipo económico hizo en términos macroeconómicos y se ha olvidado que detrás de los números hay millones de personas que son seres humanos y están angustiados.

–¿Un ejemplo de esta falta de sensibilidad?

–Pienso que el Gobierno ha priorizado mucho las medidas macroeconómicas y ha apretado la botonera blanco o negro, y así no se maneja la administración del Estado. El ejemplo está en los tarifazos, no puede hacer que lleguen aumentos del 800 por ciento.

–¿La relación del papa Francisco con el Gobierno es demasiado fría o distante?

–Pareciera que sí, aunque uno nunca sabe cómo es la diplomacia internacional con un Papa tan gravitante en el escenario mundial de hoy y tampoco se sabe qué cuentas políticas o disputas sordas puede haber del pasado reciente entre el Papa y Macri. Mi sensación es que la relación es muy fría. El Gobierno debería preocuparse más por resolver las cuestiones internas del país y en tener una diplomacia y política exterior inteligente y no estar pendiente de si el Papa se ríe o no cuando viaja un argentino.

 –¿Cree que el Papa no la recibió a Margarita Barrientos por “motivos políticos”, como denunció la dirigente social?

–No tengo idea. La relación con el Papa debería ser de más baja intensidad.

–Uno de los objetivos que se trazó Macri cuando llegó a la presidencia fue “unir a los argentinos”. ¿Se puede cerrar la famosa grieta?

–El otro día escribí una frase de Borges cuando reflexionaba sobre una pequeña historia sobre el enfrentamiento entre unitarios y federales, y decía si la grieta “no es tan eterna como el agua y el aire”. Me da la sensación de que la Argentina es un país de grietas. Tuvo desde 1810 enfrentamientos muy fuertes que han tenido más que ver con las culturas políticas. No creo que sea bueno que exista una grieta que divida a los argentinos, pero estas siempre han existido. La grieta que importa resolver es la grieta que separa a los argentinos que son más ricos de los que son cada vez más pobres.

–Tras la tragedia de la fiesta electrónica de Time Warp, el Gobierno porteño convocó a una mesa de diálogo sobre adicciones. ¿Es la solución? ¿Qué medidas se deberían tomar para que esto no vuelva a ocurrir?

–El lunes vamos a hacer una conferencia con legisladores y vamos a abordar el tema de las adicciones. El caso tiene que tener una resolución judicial y, como producto de esa resolución judicial, también deberá tener una resolución política. Es evidente que hubo connivencia entre empresarios inescrupulosos, fuerzas de seguridad y funcionarios políticos. Es obvio que la cadena va llegar a los funcionarios políticos, pero es probable que se frene en la Agencia Gubernamental de Control. Más allá de la mesa de diálogo con especialistas, acá falta el Estado. Rodríguez Larreta tendría que decir qué hizo el Estado de la Ciudad en materia de prevención de adicciones en los últimos ocho años. Yo te lo adelanto: no hizo nada.

–¿No hubo campañas de prevención?

–El presupuesto es exiguo, jamás ha existido una publicidad oficial con una campaña dirigida a alertar sobre el consumo de drogas y alcohol. Bienvenida la mesa, pero primero tendría que funcionar el Estado con lo que marca la ley.

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