Dispuestos a no dejar espacio de poder sin ocupar, quizás siguiendo el ejemplo del peronismo en general y del kirchnerismo en particular, Cambiemos decidió traducir a nivel municipal su hegemonía a nivel nacional. Para eso, comenzaron a unificar las fuerzas para pelearle al peronismo la supremacía en la Federación Argentina de Municipios.
En ese camino, la gobernadora bonaerense -aunque detrás aparece la mano sigilosa de su ministro de Gobierno, Federico Salvai- convocó a los 64 intendentes que acompañan su gestión provincial para unir a los dos foros que reproducen el poder municipal de los partidos aliados, el Pro y la Unión Cívica Radical.
El Foto de Intendentes Radicales ya viene con una antigua gimnasia de funcionamiento, habida cuenta de que los de la boina blanca tienen una larga tradición de gobiernos municipales en la provincia. Actualmente los radicales gobiernan en 41 comunas y el presidente del foro es Miguel Gargaglione, de San Cayetano.
Los intendentes Pro, por su parte, ya sumaron 23 intendentes de su partido y funcionan en un agrupamiento propio, en su mayoría de noveles jefes comunales, como Martín Yeza (Pinamar), Diego Valenzuela (Tres de Febrero) y Martiniano Molina (Quilmes), que recién van por su primer período y le ayudan ahora a paliar la soledad absoluta que sufrió en su primer mandato Jorge Macri.
La primera jugada, tras la creación y mantenimiento de los foros respectivos y las negociaciones preliminares, se produjo el siete de abril último en el Salón Dorado de la intendencia platense, donde los 64 intendentes Cambiemos -41 radicales y 23 del Pro- se dieron cita con la gobernadora María Eugencia Vidal, que allí tuvo la oportunidad de dar una muestra de músculo político muy al estilo peronista, presidiendo una reunión con todos ellos -una multitud en términos políticos- y sacándose una foto final que fue todo un símbolo.
En su discurso, Vidal no paró de anunciar buenas noticias. Ratificó que va a llevar adelante una “gran reforma” en la materia pendiente de la seguridad, además de afirmar que le “importan todos los vecinos de toda la Provincia” y que “todos” serán “alcanzados” por sus “políticas públicas”. La próxima reunión, siguiendo la filosofía anunciada, se producirá en unos día con el ministro de Seguridad provincial, Cristian Ritondo.
En este sentido, Vidal destacó que “los fondos de origen provincial que se distribuyen en los municipios van a crecer un 56 por ciento, no sólo para los intendentes de Cambiemos sino ara todos, porque nos importan los vecinos de toda la Provincia”.
“Mi compromiso es llegar a fin de año al día con los intendentes, sin deberles nada. Debemos ser serios con nuestras cuentas y nuestras responsabilidades”.
De todos modos, a pesar de que sobrevoló toda la reunión, el tema de la FAM no figuró en la agenda. Sin embargo la reunión se produjo un día después de que Mauricio Macri se hiciera presente en la reunión que convocó a 440 intendentes radicales de todo el país en Río Cabellos, en la que Ramón Mestre, jefe comunal de la capital cordobesa fue elegido presidente del Foro de Intendentes Radicales Argentinos.
Mestre, que actualmente es el vicepresidente de la FAM, aspira a suceder a Julio Pereyra como titular de esa organización, apoyado en ese objetivo por el Gobierno nacional, que necesita imperiosamente una mayor inserción territorial en una etapa política signada por los brutales ajustes y los aumentos de tarifas que decidió en los últimos días.
Esta falta de inserción obligó a Macri a abrirles una puerta -hasta ahora la había mantenido cerrada con siete llaves- a sus aliados radicales, que ya empezaban a quejarse por los pocos espacios que se les otorgaban en el Gobierno.
A la carga contra Pereyra
El “operativo reemplazo” de Julio Pereyra como presidente de la Federación Argentina de Municipios (FAM) ya está en marcha. Como en todo operativo de pinzas que se precie, la táctica de acoso, encierro y eliminación tiene dos vías.
La primera es de carácter local. En Florencio Varela, el municipio del cual es intendente, la oposición ya está pensando en coparle la presidencia del Concejo Deliberante. Hoy, Pereyra cuenta con un bloque de nueve concejales que le responden, que deben hacer malabares para imponer sus proyectos, ya que la oposición suma siete conejales del Frente Renovador, seis de Cambiemos y dos de Nuevo Encuentro.
La cruel matemática ha vuelto negociador a Pereya, que ahora debe encontrar “consensos” cada vez que quiere enviar un proyecto de Ordenanza al Consejo. Lo peor de todo es que el jueves pasado la oposición convocó a una sesión especial para el martes, en la que discutirán la vigencia de las autoridades del legislativo municipal. Y 15 a nueve es un resultado ganador, a no ser que negociaciones de último momento reviertan un resultado que ya pareciera estar definido.
La segunda vía ya fue descripta más arriba y también está en marcha. En esta adversidad, no sólo Pereyra sino todo el peronismo, velan sus armas, porque el combate será duro y marcará el trazo futuro de la agenda próxima para Cambiemos y para el Partido Justicialista.
