“Hay una brecha importante entre lo que realmente cuesta el servicio, que está arriba de los 7 pesos por usuario, y lo que se va a empezar a cobrar (3,50 pesos). Esto tiene que ver con muchos años en que no se hicieron las
inversiones necesarias mientras el servicio fue administrado por el gobierno nacional”, dijo la funcionaria, en un comunicado.
Además, la vicejefa de Gobierno porteño aseguró que “sigue siendo un servicio deficitario” y ratificó los dichos del jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta sobre que el “costo real del boleto está arriba de los siete pesos“.
Además, se refirió a la tarifa social y confirmó que será una tarifa diferencial -fijada en 2,5 pesos, que es el valor hasta hoy del boleto-. El objetivo, precisó, es que obtenerla “sea lo más simple posible”.
También recordó que el trámite puede realizarse en las estaciones de Avenida de Mayo, 9 de Julio y Lacroze, con documento y el certificado que tienen un plan social.
“No es simpático para nadie recibir un aumento, como para nosotros tampoco darlo, sobre todo en un contexto de inflación”, admitió la funcionaria.
Sin embargo, destacó que los porteños “estamos pagando las consecuencias de decirle a la gente, durante diez años, que se le podía dar un servicio de calidad con una tarifa como la que pagaba”.
Vida recordó por último que la Ciudad “se hizo cargo del costo deficitario, más todas las obras e inversiones que en los últimos diez años no se hicieron“.
