Raele: “El verdadero nacionalismo es abrir las importaciones”

Raele: “El verdadero nacionalismo es abrir las importaciones”

Alejandro Raele, presidente de CRACIBA dialogó con Noticias Urbanas a fin de detallar el porvenir de la relación comercial entre Rusia y Argentina y los objetivos de la Cámara.


Unos 16 años al frente a la Cámara Regional Argentino-Rusa de Comercio, Industria, Bodegas y Agroalimentos le dieron la autoridad a Alejandro Raele para analizar la eficacia comercial de Argentina y Rusia y su reciprocidad de mercado, en diálogo con Noticias Urbanas.

“Argentina tiene valiosos atributos comerciales que desconoce y que son de interés para países como Rusia, por eso la Cámara se propone efectivizar dicha relación comercial”, confió el también director de Relaciones Institucionales de Milei y experto en temas energéticos.

 

Argentina, de nuevo al mundo

La Cámara Regional Argentino-Rusa de Comercio, Industria, Bodegas y Agroalimentos se dedica al management del conocimiento, es decir, coordinar la información referente a la “economía, políticas, potenciales competidores, acuerdos comerciales, tendencias de consumo, cuestiones climáticas y todo tipo de información” que permita realizar una “radiografía” del mercado de un país (en este caso, Argentina o Rusia) y así detectar nuevas oportunidades de negocio.

Tal como indica su nombre, la ejecución de su servicio se realiza en términos regionales: “Si desde la Cámara detectamos que un producto provincial es viable para el comercio ruso, nos contactamos con la cámara local de comercio o con el senador que representa a la Provincia”. Y agregó: “Si la que exporta es la República Argentina, el proceso es muy largo y engorroso; en cambio, los senadores responden como si fueran gerentes de ventas, impecable. Además, que una provincia exporte no sólo es un éxito de por sí, sino que también favorece a las economías regionales e incrementa la mano de obra”.

Las áreas en las que trabaja actualmente el organismo son: “Automóviles y camionetas, gas y petróleo, energía renovable, genética bobina, carne, frutas, verdura, pescado, vino, espumantes, cerveza, maquinaria liviana, textil, tabaco y cigarrillos, aceites comestibles, aceites industriales, fútbol, caballos de polo, contenidos culturales, cosmética y perfumería, turismo, aparatología médica, software y bebidas sin alcohol”. De esa enumeración, el 90 por ciento es exportación de Argentina a Rusia.

En tanto, los “productos estrella” que imponen a la Argentina dentro del sistema comercial internacional son “vinos como el Malbec y tabaco”, y también es una gran exportadora de limones y ”azúcar, aunque Brasil le gana en este último rubro”.

Por su parte, Rusia exporta a la Argentina “gas oil, tubos de Rayos X”, “y desde ahora confiamos en que lleguen los autos y camionetas, cerveza, vodka, champagne y chocolate”.

“En estos meses que pasaron trabajamos intensamente con Rusia para traer a la compañía UAZ (Ulianovski Avtomobilny Zavod) al país. Sabemos que acá hay buenos autos, se fabrican y se exportan, pero hay estilos y tipos de vehículos que la Argentina no termina de desarrollar. Podemos traer vehículos a la Argentina que siendo fabricados acá no serían muy rentables, y a precios muy razonables para la excelencia de prestación”, explicó Raele.

Y, consultado por los potenciales nichos de mercado aún no desarrollados, expuso que “Argentina tiene también un muy buen desarrollo de cosmetología ya que los laboratorios de Argentina están a la altura de los primeros laboratorios del primer mundo. Pero esto no es explotado, como tampoco la perfumería y la óptica. Pero debería y confiamos en que así será”.

Competir con las manos atadas

La Cámara se encuentra relanzando sus estrategias y objetivos a fin de intensificar y afianzar la relación bilateral entre ambos países. Sin embargo, brindó un panorama de desventaja para el mercado argentino.

“Argentina no tiene ni la mitad del respaldo financiero que sí tienen los exportadores rusos”, comenzó Raele, y prosiguió con la explicación del significado de tal sentencia: “Rusia tiene un Centro de Exportaciones (que provee al exportador de créditos) que es como un paralelo a la Fundación Exportar, la cual funciona como inteligencia comercial y ayuda a detectar viabilidad de negocios en todo el mundo”. Este “esquema de trabajo” es completado con la colaboración de la Cancillería, “aportando todo el marco institucional y el servicio de las embajadas”.

“Donde hay financiamiento hay actividad comercial; y eso es algo que en Argentina no tenemos”, resumió Raele, pero también señaló que el país posee “una economía de contado” la cual es “una economía de guerra en lo que respecta a la importación y exportación”, “por eso la Argentina no crece en el comercio exterior”.

“Acá un argentino exporta con su propio dinero; el banco tiene muchas vueltas para el otorgamiento de créditos, y hay un interés del 18 por ciento por el préstamo de ese capital. En cambio, en Europa y Estados Unidos esa tasa no supera al 1 por ciento”.

A esta complicación, debe sumársele la ferocidad de algunos competidores como China “que va acaparando los procesos industriales y restando capacidad de maniobra a otros países”, ya que “no hay producto en el mundo que si verifica que funciona no lo copie”. Entonces, “Argentina va esquivando a los chinos, a los europeos y sus subsidios estatales, a Estados Unidos y a Latinoamérica”.

Importo, luego existo

Tal como expuso el filósofo Descartes en su célebre frase ”pienso, luego existo”, Raele utilizó la misma lógica para demostrar la importancia que las importaciones tienen en nuestro sistema comercial internacional.

“El falso nacionalismo es pretender no comprar en el exterior; el verdadero nacionalismo es comprar inteligentemente para poder vender de la misma manera”, fijó posición Alejandro Raele frente a quienes consideran a la apertura de las importaciones como una medida “antinacionalista”.

Y señaló: “La política de querer vender sin intención de comprar nada lleva al más rotundo de los fracasos”, alegando que el verdadero razonamiento es “vendo todo lo que me beneficia y compro todo a lo que me pueda adaptar en términos de competitividad”.

“En el comercio internacional hay algo que se llama ‘reciprocidad’ y, más arriba, en los gobiernos se llama ‘política de espejo’ que significa que ‘lo que me haces te hago’. Para vender hay que comprar, no hay otra opción”, completó.

Al analizar la situación actual del país frente a este aspecto, adujo que en Argentina el 79,5 por ciento del mercado es interno, y “sólo un 11 por ciento del mercado está relacionado con el exterior” y que por eso, “Macri se dio cuenta de que con el modelo anterior no se podía seguir muchos años más”, haciendo referencia a las políticas de comercio como el cierre de las importaciones y la limitación del giro de dólares al exterior, entre otras.

En consecuencia, defendió la quita de retenciones al campo. “Es una medida para generar caja, es decir, si se le bajan las retenciones a una actividad productiva intensa, en menos de un año te devuelve el dinero. La gente se queda con la frase ‘bajan las retenciones’, pero la frase completa es ‘bajan la retenciones, y aumenta la recaudación de los impuestos'”.

Así, la cámara se propone continuar afianzando la amistad comercial entre Rusia y Argentina. 

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