Desde 2009, 24 derrumbes provocaron 12 muertos y 67 heridos

Desde 2009, 24 derrumbes provocaron 12 muertos y 67 heridos

Si lo que debe subir, por el contrario, baja, significa que algo está fallando. Quizás haya llegado el momento de convocar a los que saben construir para que aporten soluciones a tantos derrumbes. Una foto del sábado muestra a Mauricio Macri al borde de un precipicio, observando el vacío, como si fuera una metáfora. ¿Llegó la hora de cambiar?


Es posible que haya llegado la hora de revisar los protocolos de obra y de control de las construcciones, porque entre el mes de enero de 2009 y estos días se produjeron en la ciudad 24 derrumbes, que dejaron el tremendo saldo 12 muertos y 66 heridos.

No llevar a cabo esta tarea sería comparable a dejar librado al azar el control de los boliches nocturnos. La diferencia es que en la construcción se produce un lento genocidio, que se diferencia de la gravedad abigarrada de Cromañón, que provocó cientos de muertos en pocas horas.

La lista interminable se inicia arbitrariamente, porque en el pasado existieron otros derrumbes, en enero de 2009, cuando seis personas resultaron heridas al caer el encofrado de un edificio en construcción, en Billinghurst 1153.

En febrero del mismo año, en Chacabuco al 1000, una medianera que separaba una panadería de una residencia universitaria se cayó, sin provocar víctimas.

El 16 de mayo de 2009, un derrumbe en una obra en construcción en San Nicolás al 800 provocó heridas a dos personas.

El 27 de octubre de 2009, se produjo un derrumbe en una obra en Sánchez de Loria al 110, donde falleció el obrero paraguayo de 28 años Gustavo Lezcano.

El 16 de diciembre de 2009 se vino abajo una losa de una obra en construcción situada en la avenida Córdoba al 4100, casi esquina Pringles. Un hombre murió y otro resultó herido.

En enero de 2010 se cayó un local comercial en Colegiales, sin víctimas que lamentar.

En marzo del mismo año, se derrumbó una medianera en una obra en la calle San José de Calasanz. Días después, cayó otra medianera en una obra en José Mármol al 800, en el barrio de Boedo.

En julio de 2010, se vino abajo una obra de tres pisos en Viamonte y Esmeralda.

El ocho de agosto se cayó el Orion Gym, en Mendoza 5030, dejando el saldo de tres muertos y once heridos. La Justicia determinó serias irregularidades en la obra y no menos serias deficiencias en el control por parte del Gobierno porteño.

Apenas tres días después, hubo otro derrumbe en una obra en Condarco y Álvarez Jonte, con el saldo de una niña herida.

El 10 de septiembre del mismo año, se produjo la caída de un entrepiso en el boliche Beará, en el que murieron dos chicas y hubo 36 heridos, algunos de gravedad.

En el mismo mes de septiembre de 2010, cayó una vivienda en Roosevelt y Triunvirato, sin víctimas.

En el fatídico mes de enero de 2011 ?cuando se produjeron tres accidentes de variada gravedad-, un tractor provocó un alud en una obra situada en Riestra y Lacarra, que mató a un obrero. Apenas unos días después, cayó una medianera en Parque Chas y a continuación, una grúa cayó desde 35 metros en una obra en el barrio de Las Cañitas, en Báez al 500. Estos dos últimos accidentes no provocaron víctimas, casi por azar.

En abril de ese mismo año, en Lafinur al 3000, la caída de una medianera provocó lesiones a tres personas.

En agosto, cayó un encofrado en la obra de Bacacay y Campana, dejando a un hombre herido. Unos días después, en el mismo mes de agosto, la tragedia eludió por muy poco a la comunidad educativa de la Escuela Nº 3 Bernardo de Irigoyen, de Montes de Oca al 400, cuando un cielorraso cayó al piso, sin tener que lamentar víctimas.

El 1º de octubre de 2011 se cayó un techo en una obra en Directorio 428, que provocó la muerte de un obrero.

El cuatro de octubre, por la acción de una retroexcavadora que golpeó los cimientos del edificio lindero, se cayó parte de un departamento en Bartolomé Mitre 1232, provocando la muerte de Isidoro Madueño, de 74 años.

El 29 de mayo de 2012 se derrumbó una obra en construcción en Emilio Mitre y Directorio, provocando heridas a seis trabajadores de la construcción.

El viernes pasado, dos derrumbes más ?uno en una obra en construcción, en la calle Sinclair y el otro en Lavalle al 1500- tuvieron como saldo la muerte de un abogado de 33 años, en este último lugar.

Algo falla, indudablemente en los controles, por lo que sería imprescindible que se convocara a los actores involucrados en la industria de la construcción y el planeamiento urbano para aportar soluciones, porque las que hay no alcanzan para evitar que lo que debe ir para arriba se dirija hacia abajo.

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