Las negociaciones fueron arduas y habrá más. Pero si kirchneristas e ibarristas se ponen finalmente de acuerdo, todo indica que entre este miércoles y el jueves quedará definido el esquema central de la Secretaría de Descentralización y Participación Ciudadana, que conduce el abertista Héctor Capaccioli, y que controlará los estratégicos Centros de Gestión y Participación (CGP’s) porteños.
Después de varios días de pujas por los espacios, estarían a punto de ser nombrados los dos subsecretarios que acompañarán a Capaccioli, uno de los principales operadores del jefe de Gabinete nacional, Alberto Fernández.
Si bien los nombres también están sujetos a los vaivenes de la negociación, el ibarrista Luis Véspoli iría a la Subsecretaría de Descentralización, tanto que el candidato que propone Capaccioli, Mauricio Tarullo, sería nombrado en la Subsecretaría de Participación Ciudadana. El sindicalista quiere que el lìder de los jovenes K, Nicolás Trotta, sea su jefe de Gabinete.
"Las relación con Aníbal (Ibarra) está bien; yo sigo sintiendo su apoyo, pero necesito determinadas herramientas para llevar adelante mi tarea", afirmó Capaccioli a NOTICIAS URBANAS.
Traducido, esto significa que el kirchnerismo está reclamando el control total del área, y sobre todo de los CGP’s. Éste es el punto que Ibarra no les está garantizando totalmente y el nudo del conflicto con sus aliados.
En el nuevo organigrama hay, además, dos direcciones generales, por debajo de las subsecretarías. Capaccioli quiere poner a su gente en estos lugares; el problema es que el ibarrismo quiere lo mismo. O al menos, quiere definir el equipo en la subsecretaría ibarrista que tendría Véspoli.
Para Capaccioli tienen que estar sí o si, además de Trotta y Tarullo, otras dos personas en su equipo: el radical Sergio Abrevalla y el ex concejal Rubén Ale.
Por el momento, sin embargo, el único confirmado es el propio Capaccioli y el secretario Legal y Técnico, José Luis Salvatierra.
Ocurre que Descentralización es el área que el jefe porteño les otorgó a los hombres Kirchner como forma de retribución por el apoyo recibido del Gobierno nacional a su reelección. El área es clave porque, a partir de la conexión con los barrios, permite acumular poder territorial, un elemento fundamental para cualquier proyecto político de largo aliento. Justo lo que Capaccioli necesita para su jefe político, Alberto Fernández, que en el futuro aspira a ocupar el sillón del palacio porteño.
Pero las cosas no fueron tal como Ibarra les había prometido inicialmente a sus socios políticos. Para empezar, el jefe porteño quiere que Véspoli -ligado al influyente jefe de Gabinete porteño, Raúl Fernández- sea subsecretario de Descentralización. Y es este subsecretario ibarrista -y no el kirchnerista- quien quedaría, de esta manera, a cargo del control de los CGP’s.
"De todas maneras, los CGP’s dependerán directamente de mí y por supuesto son fundamentales", admitió Capaccioli, quien en todo momento se mostró compresivo y conciliador con los hombres de Ibarra.
Por su parte, los hombres del jefe porteño también le bajaron el volumen a la disputa. Así las cosas: kirchneristas e ibarristas aseguraron que el jefe del Ejecutivo terminará firmando los decretos de los nuevos subsecretarios.
"Queremos hacer el anuncio de la nueva Subsecretaría todos juntos y en forma civilizada. Será entre hoy y mañana", prometió Capaccioli.
