Yans: “La ideología no cubre las necesidades básicas de la gente”

Yans: “La ideología no cubre las necesidades básicas de la gente”

El legislador bonaerense Pro dialogó con NU y se refirió a sus proyectos para desdoblar las elecciones de la Provincia y que la Justicia electoral coloque veedores en los tres turnos del calendario.


“Máximo es el plan B de mamá”, ironiza el diputado provincial Orlando Yans, que hasta hace poco más de dos meses era el único referente de Pro en la gelatinosa provincia de Buenos Aires: un territorio en el que vive y vota el 40 por ciento del padrón electoral y que suele volcar una elección. Según los sondeos más serios, Mauricio Macri fue el presidenciable que más se benefició después de la muerte del fiscal Alberto Nisman. El cambio de clima se tradujo en un crecimiento electoral que elevó a cinco la representación parlamentaria en la provincia que, durante seis años, fue unipersonal: ahora Macri tiene tres diputados y dos senadores en el bloque Juntos por Buenos Aires.

“El radicalismo no va a desaparecer, se va a reconfigurar”, aventura este político de origen radical cuya tarea central, en los últimos dos meses, es desandar el territorio bonaerense convenciendo correligionarios y traerlos hacia el redil macrista.

En junio, Planeta editará su primera novela, La mano vacía. Se trata de un policial-político y es, según dice Yans, una crítica a la política tradicional. Un rango (el de política tradicional) del que excluye a Pro, claro. “Denuncia la falta de límites de la política, donde es más importante que un personaje llegue al poder que la voluntad de cambio. Y donde se es capaz de matar.” La trama transcurre en el Conurbano bonaerense, su territorio político.

Acaba de presentar dos proyectos para el año electoral. Uno propone desdoblar las elecciones nacionales de las provinciales. El segundo apunta a que la Justicia electoral coloque veedores en las escuelas en los tres turnos del calendario. “Eso evitaría el robo de boletas que hacen los grandes aparatos partidarios y un fraude que, en la Provincia, puede ser de entre cuatro o cinco puntos.”

–La gran novedad de la semana fue la irrupción de Máximo Kirchner en el escenario político y la posibilidad de que se presente como candidato en la provincia de Buenos Aires. ¿En qué cambia esta aparición?

–A nosotros en nada. Máximo ha demostrado que es poco más que un eximio jugador de Play. Es más, será bienvenido.

–El apellido Kirchner tiene su arrastre. No creo que sea para subestimar. ¿No le hace ningún ruido?

–No, para nada. Máximo es el plan B de mamá. Porque, en todo caso, el valor agregado del apellido lo tiene ella.

–¿Desaparece la UCR si gana Macri?

–La UCR tiene que reconfigurarse. El radicalismo siempre ha sido un partido de demanda, mientras que Pro se fue construyendo a la inversa: es una fuerza política de oferta.

–¿Y eso qué significa?

–Que estamos atentos a las necesidades de la gente. Así, por ejemplo, nació el metrobús. Escuchamos qué necesita la sociedad y elaboramos una política sobre la base de esas necesidades. El radicalismo, en cambio, elabora una oferta, pero últimamente esa oferta no es muy demandada. Es el problema de las ideologías: no cubren las necesidades básicas. Las pruebas están a la vista.

–¿Y no puede haber riesgo de fractura?

–No lo creo. Es un partido centenario que tiene que hacer una transición ordenada. La elección va ordenar esta nueva etapa.

–¿Se puede ganar las presidenciales perdiendo la provincia? María Eugenia Vidal va tercera en todas las encuestas.

–No va tercera.

–¿Le muestro?

–Me refiero a que la medición de un candidato a gobernador se hace junto con el candidato a presidente de la Nación. El que arrastra es el presidenciable. Pro es un partido de gestión y es lo que la gente valora en las encuestas.

–¿Por qué baja Massa?

–Por varias razones. Una es su juventud, las otras son más estratégicas: encontró impedimentos que no le permitieron construir fuera de la provincia de Buenos Aires. Igual le auguro un gran futuro político.

–Sin embargo, esta semana circularon encuestas que mostraban primero a su candidato, Francisco de Narváez. No le va tan mal a Massa, como dicen en el macrismo.

–Esas mediciones tienen la misma distorsión que lo que comentábamos antes, en el caso de María Eugenia. Le falta el candidato a presidente. Se mide en combo. Y a eso hay que sumarle que De Narváez es famoso y que su popularidad personal suma.

–¿Por qué propone desdoblar las elecciones?

–Justamente, para que se pueda hacer un debate local y para que los postulantes puedan hablar de temas que les preocupan a los habitantes de la Provincia. ¿Quién propone cómo se resuelven las inundaciones en Luján, por ejemplo, si las elecciones son conjuntas? En la Provincia, además, no hay medios locales. Sí zonales. Por eso es que, en las elecciones, se debaten temas como la inseguridad o la inflación y se dejan de lado los problemas locales que afectan la calidad de vida de los bonaerenses.

–¿Cómo se produce el fraude en la Provincia y por qué los veedores aminorarían ese efecto?

–Bueno, los aparatos partidarios no hablan de fraude sino de pillerías de la política, pero lo cierto es que afectan el derecho a elegir. El mecanismo funciona así: cuando se abre una elección, el primero que entra en el cuarto oscuro generalmente es un militante político cuya tarea es robar boletas de la competencia. Y, en ese caso, debería haber un fiscal general que reponga lo robado. El problema es que cuando un partido político no tiene el suficiente volumen, no tiene fiscales generales en todas las escuelas. Y puede pasar una mañana entera hasta que las boletas se repongan: eso va provocando un fraude que, en la provincia de Buenos Aires, calculamos entre cuatro o cinco puntos.

–O sea que podemos decir que, en La Matanza, con tres millones de electores, el fraude sería de…

–Y… de unos 150 mil votos.

–¿Por qué hace novelas que critican la política tradicional?

–Porque no tiene límites y porque resulta más importante llegar a cualquier costo que la voluntad de cambio (NDR: Aclara que Pro no es “política tradicional”). La trama demuestra que la política puede llegar a matar.

–¿Y puede?

–Bueno, hoy no. Pero en el pasado sí lo hizo. Los setenta fueron años de horror y muerte. Hoy se quitó la muerte, pero la idea del horror aún persiste.

–¿En qué se parecen y en qué se diferencian la política y la literatura?

–La narrativa ficcional de este gobierno tiene puntos de conexión con la literatura. En contrapartida, a la política lo que le falta es arte. Y este es un punto para mí: cuando escribo, puedo ser yo.

En primer plano

• Edad. 54 años.

• Ocupación. Diputado provincial de Pro y escritor.

• Estado civil. Divorciado. Está de novio y tiene tres hijos.

• Una frase. “El contexto modela la realidad”.

• Una película. Cinema Paradiso, de Giuseppe Tornatore.

• Un libro. El país de la canela, de William Ospina.

• Una figura histórica. Raúl Alfonsín.

• Un barrio. Boedo.

• Una esquina. San Juan y Boedo.

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