Macri, entre el descanso y la política

Macri, entre el descanso y la política

El Presidente continúa profundizando vínculos con gobernadores e intendentes. Los detalles te los cuenta NU.

Macri con Frigerio y Arcioni

Con una solución salomónica, Mauricio Macri podrá extender su estadía en la Patagonia aunque intensificará su actividad oficial para acallar a quienes lo cuestionan por tantos días de descanso. En solo una semana, se mostrará con cinco gobernadores, propios y aliados, y como un arquitecto parlamentario al recibir a un grupo de nuevos legisladores nacionales. El martes había acompañado al gobernador mendocino y flamante titular de la UCR, Alfredo Cornejo, en dos actividades en San Rafael, el pago chico de Ernesto Sanz, exsenador y cofundador de Cambiemos. Sanz, al igual que Cornejo ahora, tiene en su currículum haber ocupado el mismo sillón como presidente del Comité Nacional de la UCR. Al mismo tiempo, en las oficinas de Rogelio Frigerio en Casa Rosada ya le estaban organizando otra actividad para el miércoles, para cerrar la trilogía de reuniones “mano a mano” con los gobernadores patagónicos, con la excepción obvia de Alicia Kirchner.

Como ya se había reunido a solas con el neuquino Omar Gutiérrez en sus primeros días de estadía en Cumelén Country Club, donde se hospeda con su esposa, Juliana Awada, y su hija menor, Antonia, desde la tarde navideña, resolvieron repetir el formato con el rionegrino Alberto Weretilneck y con el chubutense Mariano Arcioni, con quien estuvo la semana pasada recorriendo obras en el Parque Eólico de Rawson. El Gobierno y, especialmente, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, los considera aliados clave. Es más, un día antes estuvo en el Salón de los Escudos de Casa Rosada con un grupo de intendentes de la Comarca Andina del Paralelo 42 (El Bolsón, Epuyén, El Hoyo, Lago Puelo) y Esquel, a quienes les ratificó el compromiso gubernamental para mejorar la infraestructura, la competitividad regional y potenciar el turismo y animarlos a que “articulen con los gobernadores”. Así lo resumía un funcionario del Ministerio del Interior, en diálogo con Noticias Urbanas: “Para nosotros el vínculo con los intendentes tiene que ser directo y fluido, pero además ellos tienen que articular con los gobernadores. También se habló sobre las reuniones que iba a mantener Macri con Arcioni y Weretilneck, con la presencia de Frigerio”.

En tanto, por el nuevo “despacho” de Macri en Villa La Angostura también pasarán, el jueves, el jefe porteño Horacio Rodríguez Larreta, y, el viernes, la bonaerense María Eugenia Vidal. Rodríguez Larreta no pasa su mejor momento con la estructura nacional. Es que, según contó un funcionario a NU, el jefe de Gabinete nacional, Marcos Peña, lo quiere cada vez más lejos de la mesa chica. “Marcos quiere que no se meta más en la Presidencia de la Nación y que se dedique exclusivamente a gobernar la Ciudad de Buenos Aires”.

Las chicanas entre ambos son de ida y vuelta. Larreta tampoco se queda atrás y lo provoca constantemente. Es más, a fin de año, el jefe porteño tomó un trabajo de Jefatura de Gabinete, con el proyecto Argentina 2030, y organizó una serie de actividades con esa agenda en la Ciudad y hasta lo invitó a Peña a que forme parte de la lista de oradores. Entre esas tensiones, otros también cuentan que Larreta se abroquela con Emilio Monzó, el titular de la Cámara de Diputados y otro de los que acumula rencores con el jefe de Gabinete y “CEO del año”, según la revista Forbes Argentina. Con Monzó parece no haber retorno, porque además también es detestado por el exintendente porteño Carlos Grosso, hoy constituido como uno de los asesores presidenciales con mayor ascendencia, sin cargo alguno y en las sombras.

Macri, que también descansa de estas internas y bastante lejos de su gabinete, tendrá otra visita especial el viernes. María Eugenia Vidal cumplirá con su visita pendiente, que se barajaba incluso para la semana pasada, y el mismo día también se encontrará con los diputados nacionales de Cambiemos en Río Negro, Sergio Wisky y Lorena Matzen, y por Neuquén, David Schlereth y Leandro López, para mostrarse como el verdadero jefe de la arquitectura parlamentaria.

Así cerrará Macri su semana, sin sobresaltos, cerca de los propios y aliados y lejos de fotos incómodas como la que evitó el martes pasado con el sindicalista Hugo Moyano, que lo había invitado a la reinauguración de un hospital de Camioneros, a la que tampoco fueron ni Vidal ni Larreta, pero sí estuvieron el vicejefe porteño, Diego Santilli, y el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, que envió los saludos presidenciales.

Mientras tanto, Macri alterna entre sus acotadas actividades oficiales los momentos familiares y una rutina diaria de ejercicios para ponerse a punto desde lo físico luego de un año que estuvo cargado de lesiones deportivas y visitas por el quirófano. En su regreso a la Casa Rosada, previsto para el lunes, lo aguarda un decreto de necesidad y urgencia que necesita su firma y que “simplificará” distintos trámites dentro de la órbita estatal. Ya tiene la firma de varios ministros, que las estamparon en la oficina del secretario de Legal y Técnica, Pablo Clusellas, e incluye desde el comercio de obras de arte hasta la disposición de nuevos requisitos para obras públicas y publicidad oficial, entre otros cambios.

Luego de la próxima semana, el primer mandatario se subirá de vuelta a un avión pero con destino a Moscú, donde se reunirá con el presidente ruso, Vladímir Putin, con vistas a fortalecer la relación bilateral, incrementar el intercambio comercial y atraer nuevas inversiones rusas al país. Luego, en el marco de su primera gira internacional del año, viajará a Suiza para asistir al Foro Económico Mundial en Davos y, antes de regresar a Buenos Aires, será recibido en París por el presidente francés Emmanuel Macron. De vuelta en el barro de la política argentina y con la mirada puesta en el Congreso, intentará continuar con la sanción del paquete de reformas y leyes pendientes en su agenda. Aunque, según aseguran en Casa Rosada, la reforma laboral deberá esperar al menos hasta marzo hasta conseguir todo el consenso necesario y evitar así poner en jaque de vuelta la paz social con protestas como las de diciembre pasado, cuando se sancionó la reforma jubilatoria. Superada esta etapa, entonces sí, llegará el momento de poner el foco en el otro plan que desvela al todo el Gobierno: la reelección presidencial de 2019.

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