Lula se entregó: “O Globo y Veja van a tener orgasmos con mi foto preso”

Lula se entregó: “O Globo y Veja van a tener orgasmos con mi foto preso”

"Voy a cumplir el mandato de prisión", expresó Lula este sábado luego de participar en una misa por su difunta esposa, Marisa Letícia, en las afueras de San Pablo.


El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva anunció este sábado que aceptará el pedido de prisión contra él, luego de afirmar que no perdonará al juez Sérgio Moro por haber acuñado ante la sociedad, en connivencia con los grandes medios de comunicación, la idea de que es un ladrón.

“O Globo y Veja van a tener órgasmos múltiples con mi foto preso”, agregó en referencia a los dos grandes medios.

“Voy a cumplir el mandato de prisión”, expresó Lula en referencia a una orden de arresto emitida contra él por Moro, luego de participar en una misa por su difunta esposa, Marisa Letícia, en el sindicato de las afueras de San Pablo donde el exmandatario nació como político y donde permanece atrincherado desde hace dos días mientras negocia su entrega a la Policía.

“Todos ustedes serán Lula y caminarán por este país haciendo lo que hay que hacer. Mis ideas están en el aire, y no hay como detenerlas”, enfatizó en su mensaje a la multitud. En ese marco, agregó: “Soy un ciudadano indignado, soy el único ser humano imputado por un departamento que no es mío”. Por ello, denunció: “El golpe empezó con Dilma (Rousseff) y termina con la decisión de que Lula no sea candidato a la presidencia”.

A su vez, el exmandatario señaló ante los miles de seguidores que escuchaban su discurso: “Tengo la conciencia tranquila”. Y concluyó: “Los voy a enfrentar mirándolos a los ojos. Cuanto más días me tengan preso, más Lulas van a nacer en este país”.

Lula, de 72 años, favorito a las elecciones de octubre, tiene orden de prisión desde el jueves, decretada por el juez Sérgio Moro, para empezar a cumplir una pena de 12 años y un mes de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero.

Durante la ceremonia religiosa que se realizó en un camión convertido en capilla, y donde asistieron varias personalidades, entre ellas la la destituida exmandataria Dilma Rousseff, su heredera política, un cura enumeró en un momento la lista de cinco expresidentes brasileños que en algún momento conocieron la prisión, antes de agregar: “Y ahora… Lula”, levantando un clamor de la plaza: “¡Lula libre!”, “¡Lula libre!”.

El magistrado le había ofrecido la posibilidad de presentarse “voluntariamente” en Curitiba antes del viernes a las 17, pero el exsindicalista ignoró ese plazo y permaneció en su búnker sindical, rodeado por miles de personas que le expresan apoyo día y noche.

La esposa de Lula, Marisa Letícia, falleció en febrero de 2017. Este sábado hubiera cumplido 68 años. Su nombre figuraba en la causa que llevó a la condena del ex jefe de Estado, como beneficiario de un apartamento en un balneario ofrecido por una constructora a cambio de facilidades para obtener contratos en Petrobras.

Lula siempre negó esos cargos y al despedir a quien fue su compañera durante cuatro décadas y con quien tuvo tres hijos expresó su deseo de que “los criminales que levantaron ligerezas contra Marisa tengan (un día) la humildad de pedir disculpas”.

Medios brasileños anticipan que Lula no se entregaría en San Pablo como se creía, sino en Curitiba, hacia donde lo acompañaría una multitudinaria caravana.

 

 

 

 

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