Después de una larga historia, que culminó el 16 de junio último con su derrota en las elecciones provinciales contra su propio hermano, el senador puntono Adolfo Rodríguez Saá se unió a Juntos por el Cambio, de la mano de un hiperactivo Miguel Ángel Pichetto.
Éste le acercó más gente a Macri que el propio Marcos Peña. Operando, ofreciendo y convenciendo ya incorporó al bloque de senadores de Juntos por el Cambio al ex k Camau Espínola y a la ex MPN Lucila Crexell y comenzó a lubricar los vínculos del macrismo con los exmenemistas Carlos Menem, Carlos Reutemann y hasta con el salteño Juan Carlos Romero.
El salto de Rodríguez Saá le creará, paralelamente, un problema a Mauricio Macri en San Luis. Éste había hecho base en la provincia con el exgobernador Claudio Poggi, otro exaliado de los hermanos Alberto y Adolfo Rodríguez Saá. El ladero de Poggi en la elección del 16 de junio fue el que supo ser el intendente k de la capital provincial, Enrique Ponce, que migró hacia Cambiemos junto con Poggi.
En 2011, de la mano del propio mandatario, Claudio Poggi sucedió a Alberto Rodríguez Saá como gobernador. En 2015, éste volvió al palacio ubicado en Terrazas del Portezuelo y Poggi fue elegido diputado y, posteriormente, senador nacional. Este año, cuando se eligió nuevamente gobernador para San Luis, Poggi enfrentó a ambos Rodríguez Saá, cuya sociedad de toda la vida se había quebrado. El triunfador definitivo fue “el Alberto”, que el diez de diciembre asumirá su cuarto mandato, después de consolidar su liderazgo en la prueba de fuego.
Macri, en esta ecuación, sólo tiene un objetivo: ampliar la base electoral que le brindaron Poggi y Ponce. “El Adolfo” le suma a Juntos por el Cambio en ese sentido, siempre y cuando le pueda transferir una parte de su base electoral, que además se pueda sumar a la que ya instalaron los nombrados anteriormente.