Tiene cuatro patas, cola y ladra: es perro

Tiene cuatro patas, cola y ladra: es perro

El anuncio de la fecha electoral causó "sorpresa". Era una de las posibilidades que venía manejando Telerman y su entorno hace meses y que también fue adelantada por este semanario. La ingenuidad de medios y dirigentes. Claves de una decisión anunciada


El 8 de diciembre de 2006, ante la corrida de Daniel Scioli desde el oficialismo K a la Provincia de Buenos Aires, decíamos desde este sitio (y una semana después en el semanario NU) que el escenario electoral iba a quedar más un poco más previsible. Más concretamente y con respecto de la fecha de las elecciones escribíamos:

“Por último, Jorge Telerman va a adelantar las elecciones probablemente a principios de junio y también parecería que hace lo correcto. Si juega Macri, para salir segundo y entrar al ballotage en que podría tener alguna chance si defeccionara Filmus o quien sea el candidato oficial y si el empresario de Socma no juega, aparece tras la salida de Scioli como el candidato con mayor intención de voto en la Ciudad, algo con lo que no había soñado ni en sus más felices noches de La Trastienda. Pero la realidad hoy es así, Telerman estuvo (y está) en campaña desde hace rato y su lapicera en cualquier hipótesis firmará el decreto correspondiente, sabedor que los plazos (padrones, etc) de la justicia electoral para la Capital no superan los noventa días. Si no lo hiciera desperdiciaría una bala de plata”.

Y como era lógico no la desperdició. Luego vinieron –también lógicamente- las desmentidas del vocero oficial, Oscar Feito, hablando de "operaciones" que pretendían torcer la decisión del gobierno comunal acerca de la fecha imaginada que situaban por aquellos días en julio u agosto. Buena parte de la dirigencia política y la totalidad de los medios entraron en la variante, hablando algunos incluso si julio no era demasiado temprano para su realización.

Desde el Gobierno hacían un cruce de la ecuación que encarnaban las obras que necesitaban mostrar (subtes, viviendas, sistema sanitario, etcétera) y la traba temporal que no permitiera el crecimiento de rivales directos o no tanto como el caso de Daniel Filmus. Eso daba mediados de julio, pero si priorizaban esta última de las variables, junio pasaba a ser la alternativa más válida, Y hablamos de los noventa días que necesita la justicia para elaborar el acto comicial y tomando el primero de marzo –fecha de comienzo de sesiones ordinarias- como lanzamiento, daba la primera semana de junio como fecha. ¿Clarito, no?

La "sorpresa" con que se desayunaron los medios y los políticos habla de la poca capacidad de "leer" las capacidades y los objetivos del actual gobernante, de los movimientos pendulares que viene realizando mientras suma para su proyecto masa crítica "multicolor" desde lo político. Filmus parece no haber sentido el golpe ya que en realidad no es el primer golpe que recibe. El primero fue el que lo depositó en la arena electoral porteña, no digamos contra su voluntad pero tampoco con el hambre necesaria para un distrito carnívoro. Su crecimiento –si bien existió- no perfora el PBI necesario para entrar en la pelea grande. Mucho dependerá de lo que haga Mauricio Macri, quien tuvo las posibilidades de marcar la cancha como anteriormente hacía el progresismo pero su eterna duda y su enfoque depresivo de la segunda vuelta lo tienen todavía en la duda metódica. Esto lo obligará a salir más temprano que tarde, si no será tarde en serio. Hay que recordar que Macri es el adversario preferido por el matrimonio Kirchner para la elección nacional. Veremos si lo seducen.

La explicación oficial habla que es bueno separar las elecciones ya que la Ciudad tiene otras problemáticas que el país, un padrón muy particular cuando se expresa y no conviene mezclar todo, sobre todo cuando a uno no le es favorable. Un acuerdo entre Macri y los K en la Legislatura podría haber juntado las dos elecciones o al menos intentarlo. La indecisión del ingeniero y la poca coordinación de los kirchneristas locales dejaron la cancha libre para que Telerman juegue hasta ahora prácticamente solo.

Adelantamos la caída de Aníbal Ibarra (quien en su momento también había querido adelantar los comicios), su ruptura con Raúl Fernández, la caída de Guillermo Nilesen (cuatro meses antes) y con 70 días de anticipación la fecha electoral del 2007 en la Ciudad, entre los acontecimientos de mayor relieve. Demasiado para un añito calendario. Telerman como decíamos usó la única la bala de plata. ¿Le alcanzará?

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