En Provincia el Presupuesto es un round por 2015

En Provincia el Presupuesto es un round por 2015


La discusión en la provincia de Buenos Aires por el Presupuesto 2014 tiene más que ver con 2015 que con el año que viene. Sergio Massa y Daniel Scioli, los dos presidenciables que más miden en las encuestas, ven sus cartas y se miran de reojo para advertirse cada jugada en una partida que comenzó el día en que el gobernador dinamitó la alianza para jaquear a Cristina Kirchner en las legislativas.

Desde entonces, Massa avizoró en Scioli a su mayor enemigo y actuó en consecuencia. Tras las elecciones, el campo de batalla entre ambos viene siendo el presupuesto de la mayor provincia del país y el segundo más abultado después del de la Nación.

La caja futura. “No quiero endeudamiento para que no lo tengamos que soportar nosotros en el próximo gobierno. Tampoco el aumento de impuestos. Quiero la prórroga”, dijo Massa a uno de sus hombres cuando habló del tema recientemente. El diputado electo tiene la llave del endeudamiento, ya que se requieren dos tercios de las Cámaras para aprobarlo según la legislación provincial (y Scioli ya cuenta con el apoyo de la UCR y el FAP).

Es que el Frente Renovador considera que, probablemente, sea uno de sus miembros el próximo administrador de las arcas provinciales y no quiere firmar un pagaré hoy que deberá costear mañana y que, encima, a su entender, sirva para financiar la campaña presidencial sciolista.

En el último comunicado oficial sobre el tema hasta el cierre de esta edición, Cacho Álvarez, el massista y ex mano derecha de Scioli, lo dijo con todas las letras: “Si quieren deuda para obras, que digan cuáles van a hacer. Pero en realidad quieren deuda para la publicidad de Scioli”.

Si bien las negociaciones continuaron hasta última hora –era a tres bandas: el diputado Juan José Amondarain, el senador Jorge D’Onofrio y el intendente Gabriel Katopodis–, el objetivo final fue el desgaste del gobernador. “No daremos nada salvo que Scioli lo pida en persona. Si prorrogan el Presupuesto, tienen 35.000 millones de pesos por la inflación para usar a piacere”, señalaba a NU un cacique massista de la Primera Sección. “Sabemos que la ministra Batakis (Economía) prefiere la prórroga”, dice otro de la Tercera.

Por otra parte, el senador bonaerense más allegado a Scioli, Alberto Di Fazio, dijo a NU que la postura massista era “exclusivamente política porque los presupuestos vienen mostrando desendeudamiento y este es el primero desde 1983 que no tiene déficit. Ellos tuvieron una estrategia muy fuerte que después no supieron cómo frenar”.

Según Di Fazio, el Ejecutivo provincial está obligado a endeudarse en 14,5 mil millones de pesos porque contempla los cuatro mil millones que deben negociar con la Presidenta por el rescate de los patacones, deuda que puede ser también pospuesta si la Nación lo desea. Scioli va cayendo de a poco en su peor pesadilla: un efecto pinza entre Massa y Cristina que puede hacerle irrespirable la gestión pero que lo beneficiará ante la opinión pública, una vez más, como víctima.

Desde el sciolismo también se ocuparon de filtrar que el massismo mostraba grietas para ceder por el camino del ofrecimiento “de algún cargo o alguna ayudita a un municipio gobernado por ellos, además de algún directorio en el Bapro”. Aunque resulta inverosímil imaginar a Massa cediendo una embestida tan promocionada a cambio de menudencias.

La apertura. “El gobierno bonaerense se abre a la oposición”, graficó Di Fazio. El ejemplo es la posible incorporación del diputado nacional saliente Gustavo Ferrari, histórico mano derecha de Francisco de Narváez y jefe de campaña en la elección de 2009 que le ganó a Néstor Kirchner.

Si bien la noticia se conoció a través del diario Clarín por una presunta alta fuente sciolista, Ferrari se mostró evidentemente molesto por esa filtración antes de tiempo y por el momento avisó que no hablará ni fuera de micrófono al respecto.

En el entorno denarvaízta aclaran que el pase no está 100 por ciento cerrado y que sería como parte de un gesto de ayuda a la gobernabilidad de Scioli. También sería un evidente acto reflejo de la debilidad en la que quedó ese espacio tras el paupérrimo resultado electoral, que dejó a Ferrari sin poder renovar su banca.

En el sciolismo también desmienten la noticia como un hecho consumado pero admiten que lo que se baraja es un posible cargo de asesoría general de la Gobernación. Por la importancia de Ferrari en el mundo denarvaízta, no sería aventurado leer esa incorporación como un nuevo paso en pos de la candidatura a gobernador del diputado nacido en Colombia acompañando a un Scioli presidente.

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