El trasvase denarvaísta

El trasvase denarvaísta


El diputado Francisco de Narváez quiere volver al ruedo. Viene intentando retornar al candelero mediático, aclarando que está en diálogo con todos los sectores de la oposición. Léase el Pro y el massismo.

Sin embargo, Mauricio Macri ya le cerró la puerta cuando, consultado por este tema, dijo a los medios en una de sus recorridas por el Conurbano: “No hay ninguna conversación con él y la verdad es que ya hemos probado por ese lado”. En otras palabras, por ahora lo quieren lejos. Y por su parte, el massismo nunca lo terminó de tomar en serio porque sabe que el colombiano de nacimiento y bonaerense por adopción ya actuó demasiadas veces como agente encubierto del sciolismo.

Sin embargo, De Narváez tiene una herencia que varios codician. Y no se trata de los casi 70 millones de pesos que aduce en su última declaración jurada, sino en los 5 diputados bonaerenses electos en su boleta los años anteriores y que todavía se mantienen unidos en un mismo bloque (otros ya se fugaron hace rato). El reparto es inminente y beneficia a Massa, Macri y De Narváez.

El trasvase. Dos de los legisladores prestos a irse del todavía bloque denarvaísta son el abogado mediático y polifacético Mauricio D’Alessandro y el oriundo de Chivilcoy Guillermo Britos, ambos electos en 2011 por la Cuarta Sección (durante el intento de alianza con el entonces candidato presidencial radical Ricardo Alfonsín).

D’Alessandro y Britos ya tendrían hablado su pase al Frente Renovador, y nutrirían la bancada massista en la Cámara baja provincial, donde aún la tropa del tigrense no puede arrinconar a Scioli, como sí lo logra en el Senado.

Por otra parte, en la Sexta Sección (cuyo municipio clave es Bahía Blanca) el denarvaísmo logró colar en la elección pasada (en la que se derrumbó ante Massa) a tres legisladores: Héctor Gay, Nidia Moirano (senadora) y Santiago Nardelli. Gay fue quien traccionó votos en la boleta porque es algo así como el Marcelo Longobardi bahiense (en cuanto a share radial se refiere).

Los diputados provinciales Gay y Nardelli se encaminan a partir rumbo al Pro (aunque ya lo negaron el mes pasado) y ensancharían así el monobloque macrista que, por el momento, integra Orlando Yans, quien en julio pasado hizo ruido con su movida (promovida desde Bolívar 1) de desmarcarse del bloque massista y poner blanco sobre negro entre los dos sectores, creando su propio sector en la Cámara baja (Yans ingresó por la boleta de la alianza massista-macrista de 2013).

Pero también habrá ganancia para el gobernador. Es que Fernando Rozas, electo por la Primera Sección, tendría previsto sumarse al bloque del oficialismo bonaerense, pero no para convertirse en un kirchnerista más sino para fortalecer al sciolismo. Rozas es un hombre muy cercano a Gustavo Ferrari, que ostenta desde el año pasado una secretaría general asesorando a Scioli y que, dicen algunos, fue una salida que se buscó él mismo cuando quedó fuera del Congreso nacional por el magro resultado del Colorado en octubre pasado.

El binomio Espinoza-Álvarez Rodríguez. “Prestale atención a ese dúo. Ella es la favorita de Scioli y la quieren todos los intendentes”, comentó a Noticias Urbanas un hombre que trabaja en el entorno de Pepe Scioli, hermano y operador del gobernador, cuando vio en una pantalla una foto de los dos dirigentes juntos.

Fernando Espinoza es el intendente de La Matanza, la provincia dentro de la Provincia, con un millón de votantes y un aparato aceitado que funciona según el paladar de turno del peronismo. Mantiene buenos lazos con el kirchnerismo y excelente vínculo con el gobernador, pero tiene vuelo propio: es el presidente del PJ bonaerense, reactivado últimamente por él mismo.

Ella es la ministra de Gobierno, y el peronismo está en su ADN: aunque algunos no se acuerden, es la sobrina nieta de Evita. Además, Scioli la había elegido como compañera de fórmula para 2011 pero la Presidenta la bajó para ubicar en ese cargo a Gabriel Mariotto, que por entonces era considerado un incondicional y que iba a la Provincia para mantener a raya (y darle más de un dolor de cabeza) al gobernador.

Por el momento, son solo trascendidos. Aunque todo parece indicar que Scioli quiere impulsar a su sucesor o, al menos, que compita con los kirchneristas más puros en las PASO bonaerenses. ¿Y Martín Insaurralde? Ya lo consideran ajeno.

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