El país de Radowitzky y Wilckens o el país de la normalidad

El país de Radowitzky y Wilckens o el país de la normalidad


Simón Radowitzky era un anarquista de origen ruso, que en noviembre de 1909 asesinó al Jefe de la Policía Federal Ramón Falcón, quien había ordenado una cruenta represión en una movilización de grupos anarquistas el 1º de mayo de ese año.

Kurt Wilckens, un anarquista libertario de origen alemán, quien en enero de 1923 asesinó al Teniente Coronel Héctor Varela, que había ordenado los fusilamientos de 1500 anarco sindicalistas en Santa Cruz durante la rebelión de los peones rurales de la producción de lanas, quienes solicitaban mejoras en las condiciones laborales.
Ambos simplificaban el progreso de las ideas revolucionarias de principios del Siglo XX, donde inmigrantes de origen europeo, que fueron partícipes de las tragedias de ese Continente, viajaron semanas en barcos por el Océano Atlántico y arribando en el Puerto de Buenos Aires se asentaron en los campos de la Pampa, Patagonia y el Litoral, como también en los vastos conventillos porteños, con el objetivo de “hacerse la América”.

Muchos de éstos jóvenes idealistas y soñadores, pero también pragmáticos, fueron los que dieron origen a las primeras organizaciones sindicales y políticas revolucionarias y una parte de ellos dejaron su vida en los fríos adoquines de Buenos Aires y en las tierras fértiles del interior. Sus actos abrieron un claro para que Juan Bautista Justo, Alfredo Palacios, Hipólito Irigoyen y Juan Domingo Perón, concretaran sistemas que luego fortalecieron al Movimiento Obrero.

Todo cambio en los sistemas orgánicos de la humanidad fueron dados por hechos violentos durante siglos. Desde las primeras comunidades nómades y sedentarias; pasando por las comarcas; los incipientes reinados; las estructuras imperiales; los Estados Feudales; los Territorios Eclesiásticos; las Monarquías Constitucionales y los Estados Nación, fueron productos de la conformación de ejércitos y de la organización de las masas. Pero cuando la violencia pasa, sobreviene la cordura, la cual deviene de la ética y moral de los liderazgos, que llevaron a la constitución de la Liga de las Naciones luego de finalizada la Primera Guerra Mundial y a la Organización de Naciones Unidas, luego de finalizar la Segunda Guerra Mundial. Organismos que pusieron por encima la diplomacia por sobre los procesos bélicos, en pos de solucionar conflictos internacionales, regionales y locales.

Claro esta que cuando los pueblos se esclarecen por medio de la educación, la ampliación de la cultura y el acceso a los distintos estamentos comunicacionales, dan inicio a reclamos profundos como el de mejoras en las condiciones laborales; la introducción a una economía sustentable; la obtención de viviendas dignas; que los eslabones de educación, salud, seguridad y justicia sean garantías para la prosperidad particular y general. Si estos puntos no son solucionados por los gobernantes de turno, los pueblos se revelan.

Hoy en la Argentina tenemos rebelión de policías, tomas de tierras, desobediencia a la cuarentena, inseguridad diseminada en todo el territorio, libertad a los corruptos, manipulación del Poder Judicial, una economía endeble, extensión de planes sociales y programas improductivos. Pareciera ser que el Presidente de la Nación, Dr. Alberto Fernández, pondera bajo un discurso novelesco a Radowitzky y Wilckens, provocando una anarquía. El problema es que cuando lo anárquico se hace carne, podría sobrevenir una Liga Patriótica Argentina y quizás luego, como la historia es cíclica, llegaría un gobierno que ejecute políticas de Estado que coloquen al hombre y a la mujer como epicentro y se conlleve a recuperar su moral y su bienestar.

ALEJANDRO MANSILLA
LICENCIADO EN CIENCIAS POLITICAS
PRESIDENTE MOVIMIENTO DE REAFIRMACION PERONISTA

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