El “dilema Mascherano” del Frente Renovador

El “dilema Mascherano” del Frente Renovador


Son Massa y 24 más. Como un equipo con una sola megaestrella, a un año de la contundente victoria en la provincia de Buenos Aires que dejó a Cristina Kirchner fuera de carrera para una soñada re-reelección en 2015, el Frente Renovador no logra salir de una lógica que comenzó como una llave para abrir el futuro y hoy parece una encerrona. Más allá de algunas incorporaciones, el massismo arranca, gira y vuelve casi siempre sobre Sergio Massa. ¿Cómo hacer para sostener una candidatura presidencial cuando todavía quedan poco más de diez duros meses por delante? ¿De dónde saldrán los 24 laderos del exjefe de Gabinete K para competir en las provincias?

Así como tiene el mérito de haberse mantenido arriba en las encuestas nacionales, donde oscila entre el primer y el segundo puesto según la empresa que difunda el trabajo, Massa no logró echar fuertes raíces en ninguno de los grandes distritos del país, donde se juega la elección de verdad. Aun reconociendo que él mismo es un bonaerense con peso propio para una eventual sábana nacional, la gran apuesta en el principal distrito del país se fue travistiendo y desinflando. Con más definición para decidir su casamiento con Jésica Cirio que para pegar un salto que quedó en amague, el diputado Martín Insaurralde se fue alejando del Frente Renovador. En el massismo hablan hasta de un quiebre, que se dio cuando el intendente con licencia de Lomas de Zamora realizó otra prueba de amor K y votó la cuestionada Ley de Abastecimiento con sus compañeros del Frente para la Victoria.

Ese desplante a Massa fue aprovechado por los viejos laderos del exintendente de Tigre para echar más tierra sobre Insaurralde y desatar su interna más pequeña. Felipe Solá, Darío Giustozzi y Gustavo Posse subieron el perfil para que el jefe no se olvide de que ellos están dispuestos a ir por la gobernación. También Martín Redrado obtuvo el OK para salir a caminar el distrito. Ninguno, por ahora, garantiza algún valor agregado en la boleta como sí parecía ofrecer Insaurralde.

Tampoco en Córdoba hubo novedades de peso para el massismo. El zigzagueante coqueteo con el zigzagueante gobernador José de la Sota (en los papeles, también anotado para la presidencial) mantuvo opacado cualquier intento de generar un Frente Renovador local. Otra de las alternativas de Massa en el distrito, el joven intendente radical de la capital, Ramoncito Mestre, está más preocupada en apagar las denuncias de corrupción municipal que en un salto a una gobernación. Si bien es cierto que la elección cordobesa para ese cargo será separada y anticipada, la ausencia de Massa en una foto ganadora o, al menos, la mención de su nombre como un actor clave en la pelea, preocupa en su espacio.

Este martes hubo en Buenos Aires una reunión de empresarios cordobeses y empresarios de Tigre. Los llevó el legislador cordobés Rubén Borello, un “excajero juecista” que llegó a la Legislatura provincial en 2011 y se pasó al delasotismo con un bloque independiente. Cuando apareció Massa, se hizo massista. En términos locales, Borello es el único referente con algo de peso, además de Pablo Chacón, líder del gremio de empleados de comercio, “el Cavaliere cordobés”. Poco para el segundo distrito más poblado del país.

En Santa Fe, el panorama también es abierto e incierto. Si bien Carlos Reutemann apoya a Massa y adhiere a su candidatura presidencial, a principios de agosto le pidió un tiempo porque quería dedicarse a trabajar en la unidad del peronismo santafesino. Reutemann cree que mostrarse con Massa en este momento atentaría contra su idea de aglutinar a la mayor cantidad de espacios del justicialismo de su provincia. El gran sueño del expiloto, casi por una cuestión personal, es desbancar al socialismo del poder.

Además de Reutemann, la acción más fuerte de Massa en Santa Fe apunta a terminar de cerrar algún acuerdo con Eduardo Buzzi, de la Federación Agraria. Esa relación está blanqueada y es abierta. Todavía no está claro si lo quiere de candidato a gobernador o le propondría otra candidatura (a legislador, por ejemplo). La tercera pata en la provincia es el diputado Oscar “Cachi” Martínez, quien fue elegido en la lista del Frente para la Victoria en 2011 pero se abrió del kirchnerismo. Es un dirigente con algo de peso en Santa Fe capital, pero por el sur de la provincia (incluido Rosario) no tiene gran penetración.

En la Ciudad de Buenos Aires, en tanto, la última novedad vino de la mano de la incorporación del exsecretario de Finanzas de Kirchner, Guillermo Nielsen. Un economista reconocido, pero por el momento sin trajín político en el distrito. A un exjefe de Nielsen, paradójicamente, Massa había imaginado hace un tiempo y hasta medido en encuestas para pelear en este distrito clave. Pero Roberto Lavagna considera que la Ciudad de Buenos Aires le queda chica. Massa cree ahora que quizá sea un buen compañero de fórmula.

Claro que para llegar a esa instancia, el líder del Frente Renovador aún deberá engordar aquel sueño y ponerle columnas a su despegue fugaz en tierra bonaerense. Algunos colegas del interior, esos peronistas que Massa varias veces va a buscar para hacer pie en sus provincias, le insistirán con una idea para garantizar la continuidad del peronismo en el poder: Scioli presidente, Massa gobernador. Una fórmula que el propio Scioli rechazó en 2013 y que hoy, jura el líder del Frente Renovador, está descartada por completo. Siempre queda tiempo para recular.

Qué se dice del tema...