Cristina 2019

Cristina 2019

*Secretario de Política Universitaria de Pro.


Aníbal Fernández, Moreno, De Vido, Kicillof, Abal Medina, La Cámpora. La sensación generalizada de que el principal enemigo de Cristina es su propio equipo. Si se lo puede llamar equipo.

Una suma de personajes incomunicados entre sí, arrogantes, prepotentes. Seres que asumieron que todo vale en nombre de la revolución. Que en el camino a dicha revolución debían cuidar sus espaldas, sus cuellos y por sobre todo sus bolsillos. Y así, de a poquito y sin planearlo, nació el diario de cristina.

Cristina está mal asesorada. Por el nivel y la experiencia de los personajes antes mencionados podemos suponer que el mal asesoramiento no parte de falta de capacidad sino de intereses distintos al de la presidenta.

El juego de Cristina debe ser llevar a buen puerto los dos años de gestión que le quedan. Reforzar una imagen de estadista, pero con conciencia social. De política, pero al servicio de los intereses de las mayorías postergadas y no de las grandes corporaciones. El juego de Cristina es entregar por las buenas la banda presidencial en 2015 para volver a la presidencia en 2019.

Para lograrlo se deben dar dos hechos indispensables. Que el próximo gobierno fracase, y que ese fracaso sea por alguno de sus opositores. A diferencia de Menem, que el fracaso de la próxima presidencia no sea atribuible a errores de la gestión anterior.

De las presidenciables, el único con chances reales sin ser continuidad del modelo es Mauricio Macri. Y por más descabellada que suene esta estrategia, cada vez que Cristina lo ataca, pareciera que adhiere al plan, lo impone como el referente de la oposición, aunque sea segundo después de Clarín y Lanata.

Lo que definitivamente le falta al plan, pata indispensable para sostener esta idea, es llevar a buen puerto sus últimos dos años de gestión.

Es un error garrafal enajenarse, radicalizar el discurso, ir por todo. Un error que pagará caro en la clase media, en los grandes centros urbanos donde el voto no se compra tan fácil. Porque sus políticas de derechos humanos pueden fallar en Formosa, pero no puede olvidar que casi la mitad del electorado se encuentra en el Gran Buenos Aires.

Solo unos pocos gestos le harían falta para reconciliarse, para volver a ser la voz de los jóvenes, de los universitarios, de los que sueñan con un país mejor. Aquí con humildad y total desinterés le proponemos algunos:

Democratizar canal 7

Cerrar 678, echar a sus panelistas y rescindir cualquier contrato con Gvirtz. Invitar al canal a todos los grandes de la comunicación sin importar si aceptan o no. A Lanata, Longobardi, Tinelli, Susana Gimenez, Mirta Legrand, etc. Los paladines de la cultura del modelo no pueden seguir siendo Florencia Peña e Ignacio Copani.

Limpiar el Indec

Empezar por echar a moreno y ordenar las estadísticas. Una vez ordenado el sistema de finanzas podrán tomar deuda en el exterior a tasas mucho menores a las que pagamos nuestra deuda a Venezuela.

Echar a La Cámpora

Sacar a los referentes de la juventud kirchnerista de los cargos de gestión que tan grande les quedan. Aerolíneas, Intercargo, Ministerio de Justicia, Ministerio de Economía. Poner a la gente que sabe, con experiencia y honesta a laburar en esos 4 o 5 lugares clave de la gestión y del relato.

Es decir, para que Cristina reacciones, reordene y llegue a buen puerto con chances de volver 4 años más tarde, tendría que dejar de ser ella. Tendría que dejar de hacer todo lo que la vuelve lo que es. Tendría que terminar con la confrontación y con la corrupción que ensuciaron para siempre este modelo. Parece imposible. Por todo lo que hicieron en esta década saqueada, seguramente lo sea.

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