Carta a la Opinión Pública

Carta a la Opinión Pública

"Me encuentro vinculada con este hecho por mi larga amistad con Omar Chabán, parte responsable en esta tragedia. Creo que no me corresponde dirimir cuáles son las culpas o responsabilidades en este suceso, de eso se encargará la Justicia, tal vez en este caso y así lo espero, más eficiente y exhaustiva que nunca".


Quiero ante todo expresar el profundo dolor que siento por la espantosa catástrofe que ha sucedido en nuestra ciudad y que ha oscurecido la vida de tantas personas.

Lamentablemente me encuentro vinculada con este hecho por mi larga amistad con Omar Chabán, parte responsable en esta tragedia. Creo que no me corresponde dirimir cuáles son las culpas o responsabilidades en este suceso, de eso se encargará la Justicia, tal vez en este caso y así lo espero, más eficiente y exhaustiva que nunca.

La dimensión de esta catástrofe me sacudió por entero. Creo que no estamos siendo concientes de lo sucedido. Me impresiona de sobremanera la inconciencia colectiva que tuvo como resultado este desastre. Por donde se lo mire, es un acto de inconciencia.

De los organizadores, de los participantes, de las Instituciones, de toda la Sociedad Argentina, de cada uno de nosotros. Aunque un hecho de esta magnitud es obviamente imprevisible para nadie, corresponde a la suma de pequeños hechos previsibles si nuestro estado de conciencia fuera de mayor alerta y cuidado por nosotros mismos y los demás.

La culpa que una tragedia así genera, en todos nosotros, es un arma peligrosa. Podemos proyectarla hacia adentro en forma de angustia y depresión o podemos proyectarla en el exterior, en forma de odio y resentimiento. De ambas formas entramos en la consecuencia de la culpa, que es el castigo, sea el castigo a los demás o el castigo a nosotros mismos. Pero ese castigo, sea cual fuere, no va a aliviar nuestro dolor. Estamos en una situación de duelo que durará el tiempo necesario para hacer este proceso que nos ha tocado, a cada uno de forma diferente, y será para los que han perdido a gente querida, o los que todavía están luchando por su vida, mucho más doloroso que para el resto. Para ellos, mis respetos y condolencias.

Hace tiempo que estoy retirada de los medios porque no comulgo con la falta de rigor, respeto y seriedad de gran parte del periodismo de este país. Las conjeturas erráticas, la tendencia a pontificar y la falta de humildad para informar un hecho con la seriedad que requiere, hacen que también el periodismo forme parte de esta inconciencia generalizada que finalmente sólo nos lleva al desastre.

Mi carácter público hace que en este momento los medios me hagan parte de todo este trágico suceso. Es por eso que he elegido expresarme de esta manera, de puño y letra, para evitar desviaciones y falsedades. No voy a conceder ninguna entrevista ni nota sobre este tema. Cualquier otra cosa que se publique sobre mi persona no corresponde a la veracidad de los hechos y tomaré acciones legales correspondientes.

Con la esperanza de que todo mejore y que seamos cada vez más concientes, me despido.

Más columnas de opinión

Qué se dice del tema...