Área Metropolitana: el gran desafío argentino

Área Metropolitana: el gran desafío argentino

"No es posible resolver ninguno de los problemas estructurales de la Ciudad si no incorporamos en nuestros análisis la dimensión metropolitana, y no resolveremos los problemas metropolitanos si no articulamos con la Región (léase MERCOSUR). Este enunciado nos intenta decir que el destino de la Ciudad y del Área Metropolitana depende de las políticas que se encaren dentro y fuera de la Región".


El Área Metropolitana Buenos Aires es uno de los conglomerados más populosos de América Latina y comparte este título con la Ciudad de San Pablo y el Distrito Federal de México. En ella se asienta un tercio (33%) de la población de la Argentina (12 millones de habitantes de un total de 36,2 millones), que en menos del 1% del territorio nacional producen más del 50% del Producto Bruto Interno del País. Para que no haya dudas entendemos por Área Metropolitana a la geografía integrada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (2.700.000 habitantes), la Ciudad de la Plata (740.000 habitantes) y los 24 municipios del conurbano Bonaerense (8.400.000 habitantes).

Con los datos expresados anteriormente se pone de manifiesto su increíble capacidad económica productiva pero al mismo tiempo se enmascaran las serias dificultades en materia social, de infraestructura, de servicios básicos y logística.

Este último análisis nos induce a la dura conclusión que el Área Metropolitana Buenos Aires no está preparada para transitar, así como está, el siglo XXI. Es necesario planificar sobre las potencialidades del Área Metropolitana Buenos Aires y trabajar sobre las cuestiones regionales a encarar sin más demora para permitir que la justicia social acompañe al proceso de crecimiento y se convierta en un portal real que apalanque el desarrollo nacional y regional.

PROYECTO BICENTENARIO

Estamos viviendo en esta parte del planeta con un diseño de infraestructura de más de 100 años y una relativa actualización de hace 50. Tenemos que agradecer a aquellos compatriotas que hicieron tan bien las cosas que a pesar de la desatención que tenemos desde hace 50 años todavía podemos exhibir una linda Ciudad. Éste es el punto en el que nos encontramos. Desde acá partimos. Entonces, se hace imprescindible el armado de los proyectos que tendrían que estar en desarrollo o iniciados con vista al Bicentenario de la Patria. Esto, aunque lejos, lo tenemos en cinco años. Es necesario contar con un horizonte de análisis que nos lleve a imaginar el País en general y la Ciudad en particular para el 2010 y el 2020. En definitiva, de lo que se trata es de transformar a la Ciudad de Buenos Aires en el gran portal de ingreso a la Argentina y a la Región (léase MERCOSUR) para convertirla en la Capital del Sur.

RESOLUCIÓN DE LOS PROBLEMAS

Para cumplir con estos objetivos es necesario incorporar un concepto fundamental: no es posible resolver ninguno de los problemas estructurales de la Ciudad si no incorporamos en nuestros análisis la dimensión metropolitana, y no resolveremos los problemas metropolitanos si no articulamos con la Región. Este enunciado nos intenta decir que el destino de la Ciudad y del Área Metropolitana depende de las políticas que se encaren dentro y fuera de la Región.

Ésta es la limitación más fuerte de orden práctico que podemos señalar desde el punto de vista de la búsqueda de la autonomía de la Ciudad. Incluso plantea más limitaciones que las que establece la Ley Cafiero y Snopeck que es necesario anularlas. Cuando uno analiza estos temas se ve con mucha claridad estos conceptos en los problemas de infraestructura tales como transporte, manejo de agua y temas ambientales, pero haciendo un repaso de la agenda social nos encontraremos con muchos ejemplos en temas de Salud, Educación y Acción Social que si no se trabajan con esta lógica las injusticias no se resuelven. Se estaría trabajando con juegos de ilusión óptica si los problemas no se encaran de esta manera. El Área Metropolitana es a la Ciudad, lo que la Región es al área Metropolitana.

Esto último nos indica que cuando la Ciudad dependía del Ejecutivo Nacional y se establecían políticas y/o flujo de inversiones la Ciudad y el Área Metropolitana veía los beneficios. Cuando a mediados de la década del ’50 se interrumpe esta orientación se deja la Ciudad al igual que al país como un barco a la deriva. Si a esto le sumamos lo sucedido en la década del ’90 en donde el dictado de políticas y de inversiones, a juzgar por los resultados, no han sido las correctas, nos encontramos ante un cuadro de situación muy complejo.

TRABAJO, INVERSIÓN Y DISTRIBUCIÓN

Crear trabajo, condiciones para invertir y distribuir la riqueza es la consigna del momento. Los temas de seguridad y trabajo son los más importantes para la gente. Así también lo reflejan las encuestas. Los temas de seguridad y trabajo van de la mano, porque cuando el sostén de la familia no puede garantizar los recursos mínimos para que subsista la familia se hace muy difícil estructurarla y resolver los problemas de salud y educación por mas esfuerzo que se haga desde el Estado. Hoy gobernar es crear trabajo, generar condiciones para las inversiones privadas y sentar las bases para una justa distribución de la riqueza que se produce. Desde ese lugar podemos señalar que después de años de democracia contamos con un gobierno que rompe con la lógica que ha imperado en la Argentina por décadas dejando a un lado las recetas de los organismos financieros internacionales que nos hicieron perder de vista el objetivo de cuidar el trabajo de nuestra gente. Se están dando las condiciones para que las inversiones públicas y privadas generen en el tiempo la cantidad de puestos de empleo para paliar el déficit de desocupación y abandonar el esquema de los necesarios pero perversos "planes de empleo" que atentan contra la construcción de una sociedad mas justa e inclusiva. A la Obra Pública hay que reconocerle el papel de motor del desarrollo económico que nos permite arribar al bienestar general. En las condiciones del país no se la puede considerar un gasto. Hay que retomar la Cultura del Trabajo, para esto hay que crearlo.

BUENOS AIRES 2010-2020

Las inversiones que tenemos que hacer para atacar los serios problemas, recorrer el camino del crecimiento y trabajar para la distribución de la riqueza suponen planes inmediatos, a mediano y largo plazo y políticas sostenidas en el tiempo. La convocatoria tiene que ser a todos los sectores para que pensemos la implementación y la construcción de Buenos Aires 2010-2020 y que esta surja de la participación amplia de los sectores que compartan una misma idea: Buenos Aires Capital del Sur.

(*) Abel Fatala fue secretario de Obras y Servicios Públicos de la Ciudad. Actualmente se desempeña en el Gobierno nacional como coordinador de Saneamiento Hídrico del Área Metropolitana Buenos Aires (AMBA). También preside la Red x Buenos Aires, un conglomerado de más de 600 ONG’s.

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