Tricampeonato mundial: los festejos se extendieron hasta la medianoche

Tricampeonato mundial: los festejos se extendieron hasta la medianoche

Los hinchas coparon las calles para expresar su alegría por el logro obtenido.


Argentina se consagró campeón de la Copa del Mundo 2022 y obtuvo su tricampeonato. El domingo el conjunto dirigido por Lionel Scaloni le ganó a Francia tras imponerse por 4 a 2 en los penales. El Obelisco porteño y otros puntos de la Ciudad de Buenos Aires fueron escenario de la concentración de los hinchas argentinos para la gran celebración tras la obtención del tercer título mundial de la albiceleste en 36 años.

Con banderas, camisetas y gorros albicelestes, en medio de cánticos que celebraban la gesta de la “Scaloneta”, la gente empezó a congregarse desde las 15 en las principales esquinas de los barrios porteños y de cada ciudad del extenso territorio nacional. El festejo continuó hasta la madrugada en el centro porteño, en donde cientos de personas seguían después de 12 horas del triunfo de la Selección.

La tensión de los últimos minutos de un partido agónico, extremo, se fueron transformando en un grito de desahogo común. El furgón de una formación del tren del ramal Belgrano norte que encaró hacia Retiro cerca de las 16 parecía la popular de cualquier cancha argentina. “Olé olé olé olé olé olé ola soy argentino”, cantaban los hinchas con pasión.

Y una vez en Retiro, la procesión arrancó hacia el Obelisco. Los chicos, todos, llevaban la 10 de Messi. Los grandes, bombos, vuvuzelas, banderas gigantes. Se veían heladeritas con bebidas que anticipaban una tarde de festejos extendida. Al llegar a la Avenida 9 de Julio se entonó el himno. La gente saltó, se abrazó, sonrió.

La calle fue una fiesta sin fronteras que se extendió hasta altas horas de la noche, cuando fanáticos seguían festejando en el Obelisco y los alrededores del centro porteño. En cada esquina de la ciudad, la gente festejó con cerveza, remeras de la selección, pomos de espuma y réplicas de la copa del mundo.

“Palo palo palo palo bonito palo eh, somos campeones otra vez”. Los cantos de cada grupo de hinchas se entrecruzaban, hasta que dos se unían espontáneamente y al ritmo de “muchachos” la voz del pueblo se unía en una sola.

Cerca de las 20, cuando la tarde caída, comenzaron los fuegos artificiales. El Obelisco proyectaba a Messi levantando la Copa mientras volaban pelotas por el cielo. Es que arriba del metrobús, cada vez había más personas y hasta se jugaban picaditos a cuatro metros de altura. Para subir se armaron filas que la gente respeta pacientemente para acceder a la platea preferencial de los festejos.

Pantallas gigantes
Los festejos colectivos empezaron de inmediato entre las personas que estaban reunidas desde antes de las 12 para ver el partido por las cuatro pantallas gigantes dispuestas en el Rosedal, la Plaza Seeber, el Parque de la Ciudad y el Parque Centenario.

Alrededor de 90.000 vecinos compartieron la final contra Francia en la Plaza Seeber y El Rosedal, en Palermo; otras 10.000 se dieron cita en el Parque Centenario y unas 2000 en el Parque de la Ciudad, según informó el gobierno porteño.

Un hincha se trepó a la punta del Obelisco

Algunos fanáticos invadieron pasadas las 22 el Obelisco y subieron a la cúpula. Uno de ellos salió por una ventana y quedó colgando sobre el vacío. Habrían forzado la puerta de ingreso al monumento. Habrían sido persuadidos para bajar.

Y en la Antártida, también se festejó

En las bases antárticas argentinas y Tierra del Fuego se dieron los festejos más australes tras la victoria de Argentina. En las ciudades fueguinas de Ushuaia, Tolhuin y Río Grande, vecinos y turistas salieron a las calles a celebrar con banderas, gorros y las canciones con las que se alentó a la selección nacional durante el Mundial. En Ushuaia, la gente se fue concentrando a pie y en vehículos en la céntrica avenida San Martín, la Plaza Cívica, a metros del puerto donde cruceros hicieron sonar las sirenas para acompañar la celebración de los hinchas. Lo mismo ocurrió en el municipio de Tolhuin, a unos cien kilómetros, y en Río Grande, donde las calles se inundaron de celeste y blanco.

En las bases argentinas en la Antártida, las dotaciones se reunieron a mirar el último partido en Qatar; tras los penales, civiles y militares de la base Marambio festejaron fuera y dentro de las instalaciones con una vuelta olímpica sin parar de cantar. En la base Esperanza, la cita para ver la final fue en la Escuela Nº 38 Presidente Alfonsín, donde se gritó cada gol argentino. “¡Dale, campeón!”, cantaron chicos y adultos durante el festejo.

Cuándo llega al país el equipo argentino

El vuelo AR1915 que traslada al seleccionado argentino se demoró tras su salida de Doha y se espera que llegue al país entre las 2 y las 3 de la madrugada del martes, en lugar de pasadas las 19 de este lunes como se había previsto en un principio.

Ante la multitud que se prevé que irá a recibir al equipo liderado por Lionel Messi, la empresa pública Corredores Viales programó desvíos de tránsito en la autopista Riccheri. Del operativo participará Gendarmería nacional, Policía de Seguridad Aeroportuaria y la Agencia Nacional de Seguridad Vial.

Resta conocer si los jugadores visitarán la Casa Rosada una vez que pisen suelo argentino, aunque también existe la posibilidad de que el presidente Alberto Fernández visite al equipo en el predio de la AFA. Sin embargo, ninguna de las dos versiones fue confirmada oficialmente y desde el Gobierno aseguraron que la última palabra la van a tener los jugadores.

¿Qué sucedió en 1978 y 1986?

Tanto en 1978 y 1986, las otras dos veces en las que la Selección alzó el título mundial, al día siguiente de la final no hubo ningún decreto de asueto o feriado nacional para celebrar la conquista. Sin embargo, con el segundo título mundial conquistado los jugadores sí fueron a Casa Rosada para llevarle la copa al presidente Raúl Alfonsín.

Con Diego Maradona como figura indiscutible del equipo, el plantel realizó una breve visita a la Casa de Gobierno al día siguiente de llegar de México, el 30 de junio. En Balcarce 50 los recibió Raúl Alfonsín y los invitó a festejar en el balcón presidencial. De esa tarde se recuerdan las míticas fotos todos los jugadores y su entrenador, Carlos Salvador Bilardo, quienes saludaron al pueblo que se acercó a Plaza de Mayo para celebrar la victoria.

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