Si hay una interna que también llame la atención además de la del culebrón macrista entre Michetti y Larreta es la del kirchnerismo bonaerense. Desde que el presidente de la Cámara de Diputados bajó su candidatura presidencial y decidió jugar en la Provincia –con el guiño de la Casa Rosada-, se produce un constante reacomodamiento.
Los actores mueven fichas, aunque en este caso el arma favorita son las fotos. En un espacio político en el que las diferencias internas tratan de mantenerse puertas para adentro (no vaya a ser que Clarín las amplifique y use para esmerilar), los retratos de encuentros milimétricamente calculados vienen siendo las armas de esta batalla interna.
Insaurralde con Taiana. Domínguez con Patricio Mussi. Bossio con intendentes del interior. Santiago Montoya con Scioli. Todas fotos de los últimos cinco días que nutren la novela del Frente para la Victoria, aunque haga falta ensamblarlas para que se entiendan.
El intendente de Lomas de Zamora decidió, demasiado tarde, volcarse al kirchnerismo de cara a las próximas elecciones y ratificó su precandidatura a gobernador, la cual para muchos estaba casi descartada. Se sabe que su principal defensor es Scioli, aunque tiene el veto seguro de La Cámpora y la mayoría de los intendentes.
Insaurralde tomó nota del lanzamiento de Domínguez y por eso retomó su ofensiva mediática para instalarse. Es que el tercero en la sucesión presidencial cuenta con muchos recursos y, se sospecha, con el apoyo de la Presidenta. Pasa el filtro del cristinismo más duro, de La Cámpora, de los barones del conurbano y del interior bonaerense, además de sus contactos agropecuarios de cuando fue ministro de Agricultura y, claro está, su vínculo con el Vaticano.
El lomense sabe que tiene que remontar en el terreno kirchnerista después de su juego histérico con Sergio Massa. Tal vez por eso se explica la foto con dos referentes de la izquierda discursiva del FpV: Jorge Taiana (aún precandidato presidencial aunque ignorado por Olivos) y el diputado provincial “Chino” Navarro. Fue en la sede municipal y la foto denodadamente filtrada.
Domínguez mantuvo un publicitado encuentro con el intendente de Berazategui, el joven Patricio Mussi. Fuentes cercanas al diputado señalaron a Noticias Urbanas que “Mussi todavía no se bajó así que se cuidó de transmitir que los dos son candidatos y los elegidos por Cristina”. Prometieron “trabajar juntos” y su foto tal vez fue un mensaje al titular de la ANSES, Diego Bossio, cuya última foto fue ayer con el intendente marplantense, Gustavo Pulti, y otros jefes comunales del interior.
Es que el delfín de Amado Boudou mantiene su interés en suceder a Scioli y tiene una fuerte difusión mediática y extensión territorial gracias al cargo que ostenta. Desde el kirchnerismo duro, según recogió Noticias Urbanas, es visto como un buen compañero de fórmula de Domínguez. Pero éste no se confía y muestra que puede exhibir una fórmula posible con otro joven como Mussi, respaldado por varios intendentes agrupados en Los Oktubres.
Como si fuera poco, días pasados el presidente del grupo Provincia, Santiago Montoya, se fotografió con Scioli y aseguró que el gobernador lo incentivó “a caminar la Provincia”. Además de sostener su precandidatura para el sillón de La Plata, dejó entrever que Scioli no quiere mostrar a un único heredero favorito. Tal vez por temor a que la Presidenta lo fulmine.
Cristina es quien tiene la sartén por el mango, a pesar de estar a meses de dejar el poder. Todos aguardan su decisión sobre la Provincia: no sólo si habilitará las PASO para gobernador o designará con un “dedazo” (como se conoce en México a los escogidos por el presidente para la sucesión, en un país sin reelección) a algún postulante. Pero también hay expectativa por si querrá, finalmente, estar ella en la boleta.