Scioli pone en marcha su plan presidencial en el Conurbano

Scioli pone en marcha su plan presidencial en el Conurbano

El embajador en Brasil empieza a caminar los distritos más poblados del país.


El embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, pone en marcha su plan presidencial en el punto geográfico más poblado del país visitando los municipios de Almirante Brown y Esteban Echeverría, en el Conurbano bonaerense, el lugar clave cuando de elecciones se trata.

Scioli da un paso importante para consolidar su precandidatura presidencial y se vuelca a recorrer la provincia de Buenos Aires, donde se concentró su carrera política.

Lejos de esperar que se solidifique el pedido K en el escenario político, el exgobernador avanza con paso firme y lo hace, fiel a su estilo, tratando de tener cintura y evitando generar resquemores hacia adentro del Frente de Todos, donde la grieta es cada vez mayor y el bombardeo interno es incesante.

Los dos municipios que visitarán tienen sus particularidades con respecto a la conducción política. Almirante Brown es gobernado por Juan Fabiani en forma interna. El jefe político del territorio e intendente en uso de licencia es Mariano Cascallares, que el sábado estuvo en Avellaneda para acompañar el lanzamiento del “operativo clamor” por CFK 2023.

En tanto que Esteban Echeverría está gobernador por Fernando Gray, distanciado del kirchnerismo desde el momento en que se plantó ante la conducción de Máximo Kirchner en el PJ Bonaerense, lo que le valió quedar afuera de las reuniones K a las que solía ir.

El martes estará en Ezeiza, donde gobierna Gastón Granados, que el sábado también estuvo en Avellaneda pidiendo la candidatura de Cristina Kirchner. El actual intendente es hijo de Alejandro Granados, que sigue teniendo el poder real en el distrito y que fue funcionario en el gabinete bonaerense durante la gestión de Daniel Scioli.

Al campamento sciolista llegó una información que desde hace un tiempo da vuelta por las arterias kirchneristas. Se trata de una nueva especulación electoral en la que Scioli podría convertirse en el candidato bendecido por Cristina Kirchner para liderar una boleta en la que la Vicepresidenta participe como candidata a senadora nacional y Axel Kicillof como candidato a gobernador bonaerense.

En el sciolismo evitan dar definiciones concretas y aseguran que “falta mucho tiempo” para el momento en que se cierren los candidatos. Lo cierto es que el kirchnerismo tiene una primera opción concreta que es la candidatura del ministro de Economía, Sergio Massa, quien en todas las reuniones que tiene jura y perjura que no será candidato a presidente.

En algunos sectores de la terminal K sobrevive la idea de que “un candidato que ya perdió, no es un buen candidato”, y ahí encuadran a Scioli, que no pudo superar a Mauricio Macri en las elecciones del 2015. Sin embargo, aceptan que el peronismo tiene un enorme problema que es la falta de candidatos y que no hay tantos dirigentes dispuestos a competir. Al menos, a esta altura del partido.

Scioli hace caso omiso a los rumores y repite que él siempre estuvo parado en la misma vereda que el kirchnerismo. Es decir, que no le pueden cuestionar su lealtad. Asume también, que frente a algunos candidatos a los que le falta mayor conocimiento nacional, ese no es un problema que tenga que afrontar.

Los colaboradores

Mientras Scioli suele bromear con que su “aparato político” es su teléfono, viejos compañeros de ruta como Alberto Pérez, volvieron a trajinar el celular del exgobernador bonaerense, al igual que Gonzalo Atanasof, Alberto de Fazio y Javier Milano, conocedores de los tiempos y ritmos del embajador.

También lo llamó el diputado Alejandro “Topo” Rodríguez, antiguo lavagnista y exfuncionario sciolista. Otro exfuncionario, el cuatro veces intendente de Avellaneda, Baldomero “Cacho” Alvarez, comanda la agrupación Juan Domingo, que estuvo detrás de la pegatina de la semana pasada, cuidadoso del “equilibrio” que Scioli busca entre su determinación de ser candidato y la necesidad de respetar los tiempos del Presidente. La Juan Domingo, que también integran otros líderes peronistas del interior bonaerense como Osvaldo Goicoechea, Heriberto Deibe o Julio Pángaro, apoya a nivel bonaerense la postulación a la reelección de Axel Kicillof.

Camila Cabral, que trabaja con él en el día a día en Brasil, forma también parte del entramado sciolista, a veces algo caótico y bien flexible: su hija Lorena, por caso, participó de la confección de aquella carta abierta en la que el promotor del “deporte, la fe y el optimismo” repasa sus logros políticos, se asume como alguien que busca “conciliar, descomprimir y lograr acuerdos” y dice que se siente “con fuerza y ​​energía para trabajar aún más por mi país, por el sueño de una Gran Argentina”.

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