Rosas-Villa Urquiza: Dos nombres, dos historias opuestas

Rosas-Villa Urquiza: Dos nombres, dos historias opuestas

La Legislatura porteña aprobó la redenominación del nombre de la estación del Subte B, Juan Manuel de Rosas. Desde ahora se le agregará el nombre de Villa Urquiza, en homenaje al caudillo entrerriano.


La Legislatura votó positivamente la modificación del nombre de la estación cabecera de la Línea B de Subterráneos, que anteriormente se llamaba Juan Manuel de Rosas, pero que ahora pasará a agregar a su nombre el de un incómodo compañero en la historia argentina, Justo José de Urquiza, que fue quien conspiró con gobiernos extranjeros para lograr su derrocamiento.

Más allá de los insignes catedráticos que convalidaron la doble denominación de la estación, la historia nunca duerme. El tres de febrero de 1852, el ejército de la Confederación Argentina, al mando de Juan Manuel de Rosas fue derrotado por un ejército al mando de Urquiza, que con el apoyo del ejército del Imperio del Brasil y la anuencia de la corona inglesa logró imponer una propuesta política acorde con los proyectos de las potencias coloniales de la época.

Al decir del historiador Alberto Lettieri, “Justo José de Urquiza, al mando del denominado Ejército Grande Aliado de América del Sur, puso fin a la extensa y pródiga etapa de la Federación rosista e introdujo definitivamente a la Argentina en la senda de la dependencia y el neocolonialismo“.

Y no sólo eso, Lettieri prosigue explicando la génesis y los resultados de la Batalla de Caseros, afirmando que “la primera enseñanza que podía extraerse de su acción era que la imposición de un modelo de sumisión neocolonial y de entrega del patrimonio nacional sólo había sido posible en virtud de la traición del enemigo interno, camuflado bajo una supuesta identidad nacional, ya que el liberalismo político no tenía fuerzas suficientes, por sí solo o en alianza con intereses externos, para imponer semejante proyecto“.

Más allá de la controversia, la estación se aposenta en el barrio de Villa Urquiza, que se denominó así a instancias de una comunidad entrerriana que vivía en el barrio, denominado hasta entonces como Villa Catalinas. Corría el año 1901 cuando se cumplían los 100 años del nacimiento de Urquiza, por lo que sus comprovincianos pidieron que a partir de entonces llevara el nombre del hombre asesinado en San José el 11 de abril de 1870, pedido que fue concedido.

El proyecto fue aprobado con 40 votos por el sí, de los bloques del Pro, Suma+, Coalición Cívica, Frente de Izquierda y los Trabajadores, Partido Socialista y Confianza Pública. Sólo Gabriel Fuks votó en contra, en tanto que se abstuvieron de votar los legisladores de Autodeterminación y Libertad, Frente para la Victoria, Frente Renovador y Sindical Peronista.

De esta manera, los legisladores convalidaron el atropello histórico de adosarle al nombre de un patriota el nombre de quien lo traicionó y traicionó también a la Patria, aliado con el extranjero.

Qué se dice del tema...