Enero es un mes con escaso trabajo legislativo. Vetos y algún que otro proyecto del Ejecutivo, e informes de la Auditoría General centran el trabajo de la mesa de entradas del Parlamento porteño. Entre los poco más de 20 proyectos presentados en el primer mes del año, menos de 10 son de autoría de legisladores, pero a pesar de la escasa producción en materia de iniciativas, una temática sobresale del listado de asuntos entrados y atraviesa tanto al oficialismo porteño como a la oposición: los coches “La Brugeoise” que por un siglo recorrieron la Línea A de los subterráneos de la Ciudad de Buenos Aires.
Cuatro proyectos tienen estos centenarios vagones de madera como eje con la protección patrimonial de dicho material rodante y su reutilización cultural en forma de museo como propuestas.
Con fecha 2 de enero, la primera iniciativa en ingresar a la Legislatura propone que se mantenga “una formación de coches ‘La Brugeoise’ como Museo Histórico Rodante en la Línea ‘A’ de Subterráneos”. La propuesta, de autoría del legislador PRO Oscar Moscariello resalta que “en el marco de la decisión histórica del reemplazo de esta anticuada flota de trenes Le Burgueoise, proponemos la conservación de una de sus formaciones como Museo Histórico Rodante” con el objetivo de “preservar y difundir el valor patrimonial y cultural de la Línea A y su historia a través de los años; al mismo tiempo que se incorpora una herramienta de promoción turística que permite acercar a la población a los orígenes de la evolución del transporte”.
Desde las filas K, la legisladora María José Lubertino también presentó un proyecto que propone que se declare “como bienes integrantes del patrimonio cultural de la Ciudad de Buenos Aires a las estaciones de línea A de subterráneos denominadas Plaza de Mayo, Perú, Piedras, Lima, Saenz Peña, Congreso, Pasco, Alberti, Plaza Miserere, Loria, Castro Barros, Río de Janeiro, Acoyte y Primera Junta; en la categoría ‘Sitios o Lugares Históricos’”, y también a “los coches La Brugeoise que prestan servicio en la Línea A de subterráneos en la categoría ‘colecciones y objetos’”. La iniciativa de Lubertino establece que los coches centenarios deberán realizar recorridos con fines “educativos, culturales y turísticos los fines de semana y días no hábiles”.
Si bien SBASE anunció días atrás que ningún coche estaba en condiciones de seguir circulando, en la Legislatura no sólo desde el macrismo y el kirchnerismo plantearon la continuidad de un servicio con vagones históricos; desde Proyecto Sur también presentaron proyectos sobre el tema.
En el caso de la iniciativa de Rafael Gentili no sólo se propone que se incorpore al Patrimonio Cultural de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, “a la totalidad de los vagones estilo “La Brugeoise” de la Línea A del subterráneo de la Ciudad”, también plantea que lo hagan “ aquellos cuya antigüedad sea superior a sesenta (60) años a la fecha de sanción de la presente ley”. En el caso de los vagones belgas se propone que “ un mínimo de treinta y cinco (35) de las formaciones serán utilizadas para garantizar su integración al servicio de la Línea A durante horario valle” (las horas no pico).
Julio Raffo (Proyecto Sur) propone la creación del Museo Porteño del Transporte y en el proyecto expresa que los coches de madera, una vez fuera de circulación, “no podrán ser enajenados, desguazados o trasladados fuera del ámbito de la Ciudad de Buenos Aires”. “El material rodante histórico a conservar como patrimonio cultural en el Taller Polvorín, en forma conjunta entre SBASE y la Asociación Amigos del Tranvía y cualquier otra entidad que la reemplace con los mismos fines, comprenderá al menos dos (2) formaciones de cinco (5) coches, con el fin de realizar, los fines de semana, viajes turísticos”, propone la iniciativa.
Más allá del estudio realizado por SBASE sobre las condiciones de los coches centenarios, desde el oficialismo porteño y diversos sectores de la oposición coinciden en que al menos unos cuantos vagones deberán seguir recorriendo con fines turísticos y educativos las vías bajo la avenida Rivadavia, tal vez, por cien años más.
