Palmeyro: “Hay que batallar en todos los terrenos”

Palmeyro: “Hay que batallar en todos los terrenos”

Por Laura Di Marco

Hombre de Omar Viviani, preside la Comisión de Tránsito y Transporte en el Parlamento local y va por la renovación de su banca. “Ir a a TN no es una derrota política”, subraya.


En pleno giro del discurso político del kirchnerismo en campaña, el sindicalista y candidato Claudio Palmeyro, miembro de la comisión directiva del Sindicato de Peones de Taxis, parece un monje tibetano cuando dice: “Tenemos que aprender a escuchar los reclamos de la gente”. Un concepto que en democracia debería ser una obviedad pero que, sin embargo, en el caso del kirchnerismo, que suele desconfiar de una realidad supuestamente mediada por grupos mediáticos y económicos que persiguen “un país para pocos”, es toda una revelación.

Integrante de la CGT oficialista de Antonio Caló y cercano a Omar Viviani, hoy enfrentado al camionero Hugo Moyano, Palmeyro ocupa el cuarto lugar en la lista de legisladores del FpV, en nombre del sindicalismo oficialista. Su puesto en la boleta, que el minimizará (“tampoco vamos primeros ni segundos. No es para tanto”), dejó algunos heridos en el cierre de las listas porteñas. La militancia porteña kirchnerista no esperaba que se premiara a un dirigente que, hace un tiempo, constituyó un bloque aparte del FpV: el Sindical Peronista, que en rigor funcionaba en interbloque pero no integraba la bancada oficialista. Palmeyro logró la estratégica Comisión de Tránsito y Transporte en la repartija que las fuerzas políticas negocian luego de las elecciones. La separación del bloque Sindical Peronista y el FpV, en 2011, coincidió con la pelea del camionero Moyano y Cristina Kirchner, que hoy Palmeyro ubicará como parte de la construcción de un proyecto personal del camionero. “La prueba está en que la mayoría de las organizaciones sindicales está donde estamos nosotros, la oficialista de Caló”, afirma.

–¿Por qué obtuvo un lugar tan importante en la lista de legisladores, teniendo en cuenta que no estaba en el bloque oficial del FpV?

–No es tan buen lugar. Quedé cuarto. Y me parece que, como premio al acompañamiento del proyecto durante estos diez años, no está mal. Nosotros, con Viviani, no nos fuimos con Moyano. Nos quedamos en la CGT oficialista de Caló.

–¿Qué piensa hoy de Moyano?

–Me parece un gran dirigente, que en los 90 peleó junto a nosotros en contra del modelo neoliberal, pero que en un momento durante el kirchnerismo decidió privilegiar su proyecto personal. Yo prefiero quedarme con la imagen de ese dirigente combativo de los 90.

–¿No cree que el kirchnerismo hizo mucho para dividir al movimiento obrero, como ha fragmentado otros sectores de la sociedad?

–No. En el caso del sindicalismo, la división fue la constante desde la vuelta a la democracia, empezando por lo que era la CGT Brasil y la de Azopardo. Y hoy ya tenemos cinco sectores. Es lamentable, por supuesto, porque divididos somos más débiles, pero bueno, así se dieron las cosas.

–¿Podrá reunificarse la CGT luego de las elecciones, tal como vaticinó Luis Barrionuevo?

–No lo creo, lo veo difícil. Puede ser una intención, pero no cercana en el tiempo.

–¿Cómo hará el kirchnerismo para gobernar de aquí a 2015 si pierden en octubre, como todo indica?

–Mirá, en 2009 se decía exactamente lo mismo y sin embargo volvimos a ganar las elecciones y por un 54 por ciento de los votos. Las elecciones de medio término son así, no hay que asustarse ni preocuparse. Sí, creo, que ha llegado el momento de ocuparnos de las expectativas. Hay que aprender a escuchar los reclamos de la gente y dejar de hablar de lo que hemos hecho. La gente, sobre todo en Buenos Aires, quiere vivir cada vez mejor y eso está muy bien. Nuestra tarea como políticos es demostrar que lo que ellos quieren no lo van a encontrar en el pasado, en las recetas neoliberales ni en fuerzas que se unen para ganar una elección y luego desaparecen.

–Se refiere a Unen, supongo.

–Sí, claro. Fijate que eso también ya sucedió. En algún momento fue Luis Zamora; en otro, el ARI; luego, Proyecto Sur. Y luego se dispersaron tanto que ni siquiera pudieron disputar el Ejecutivo. No queremos otra Alianza en la Argentina.

–De manera que la única fuerza que puede gobernar este país y esta ciudad es el kirchnerismo, dice usted. ¿Y por qué cree que los porteños no se dan cuenta de esta obviedad?

–Es evidente que nosotros comunicamos mal y que, como te decía, son elecciones de medio término, en las que la gente elige un sheriff para controlar el Ejecutivo. No me parece mal.

–¿Ir a TN durante la campaña, como hace ahora el kirchnerismo, es una derrota política?

–No, ¿por qué? Hay que dar la batalla en todos los ámbitos y también en el mediático. Ahora, incluso, habrá debates televisados. El tema es ver si la oposición nacional, que tiene blindaje mediático, se va a animar a hacer un debate en un lugar neutral.

–¿No cree que la gente rechaza el estilo patotero y negador del kirchnerismo y que por eso le votó en contra?

–Nosotros hemos ampliado nuestro caudal electoral en la Ciudad respecto de 2009; hemos sacado un 20 por ciento. Lo de las formas, la crispación y los problemas de estilo son más un cliché que otra cosa.

–También podría verlo como que el 80 por ciento de la sociedad porteña decidió no votarlos. Scioli, que cultiva otro estilo, ¿podría ser un sucesor del modelo?

–Falta mucho para definir eso. La sucesión se puede ir generando en estos dos años. Puede ser Scioli u otro compañero; es pronto todavía.

–Le cambio de tema para terminar. El subsecretario de Transporte porteño, Guillermo Dietrich, extendió el servicio de las grúas a Puerto Madero sin llamar a licitación. De hecho, todo el negocio de parking tiene licencias vencidas. ¿Qué van a hacer desde la oposición?

–El Ejecutivo envió un proyecto de licitación en el que propone que tanto el servicio de acarreo como el de las ticketeras (estacionamiento pago) sigan en manos privadas. Nosotros planteamos una modificación del Código de Tránsito y Transporte por la cual esos dos servicios tienen que estar en manos estatales, por la sencilla razón de que son fundamentales para ordenar el tránsito en la Ciudad, que tiene que funcionar con base en un interés colectivo y no con el objetivo de ganar dinero de cualquier empresa. En cuanto a la extensión del área de la concesión, es obvio que es ilegal porque cualquier modificación de ese estilo debe hacerse a través de la Legislatura. Por eso hicimos un pedido de informes. También nos negamos a que, como quiere el Ejecutivo, aumenten las áreas de estacionamiento pago en la Ciudad porque hay barrios en los que eso no hace falta. En el proyecto del Ejecutivo, los espacios de estacionamiento medido en la Ciudad suben de 14 mil a 160 mil. Un disparate.

Con alma de taxista

Estado civil. Casado (dos veces).
Hijos. Cinco (cuatro del primer matrimonio,
uno del segundo).
Edad. 49 años.
Barrio preferido. Barracas (donde nació) y
Liniers (donde vive).
Pasaría toda una tarde en la esquina de… El bar de su adolescencia, de Osvaldo Cruz y Goncalvez Días.
Restaurante. Martita, en Cochabamba y Colombres.
Lugar de veraneo. Costa Azul.
¿Bici o auto? Auto, Chevrolet.
Perfume. El que le regalan.
Libro. Nunca más.
Película: El hijo de la novia.

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