Campagnoli: “Unen es una derecha maquillada”

Campagnoli: “Unen es una derecha maquillada”

Por Romina Sánchez

José Campagnoli es sabbatellista y ocupa el tercer lugar en la lista del FPV. Opina que la Ciudad “no es gorila, pero su gobierno sí” y que “el Pino de La hora de los hornos votaría a Filmus”.


“Estoy movilizado por el estado de salud de la Presidenta, pero confiado porque este es un gobierno sólido”, dice, apenas arranca la entrevista de la contratapa de NU, José Campagnoli, el candidato del sabbatellismo porteño en el Frente para la Victoria. Y la confianza se afinca en el sentirse parte, en el ponerse la camiseta que lleva hacia un partido del nosotros inclusivo. Por estos días, José Cruz Campagnoli, dirigente porteño de Nuevo Encuentro y tercer postulante, detrás de Jorge Taiana y María Rosa Muiños, en la lista del kirchnerismo de la Ciudad, anda enfrascado en la campaña, convencido, como todos los K a los que se les pregunte por el aprendizaje que dejaron las PASO, en que ahora la clave está en optimizar la capacidad de escucha al vecino, de escucha y autocrítica. Mucha autocrítica.

Para eso están los timbreos y las mateadas, que él define como “diálogos francos, cara a cara”, en donde surgen cuestiones nacionales, como la inflación, el dólar y la inseguridad, pero también otras bien porteñas –con alcance interjurisdiccional, muchas veces–, que los K asumen como agenda propia. A saber: transporte, basura, emergencia habitacional, salud, educación, el tema de las inundaciones. Después de esos diálogos, que suelen derivar en discusiones, Campagnoli cuenta, algo reconfortado, que la cuestión pasa por proponerse como alternativa de gobierno hacia 2015. Y se entusiasma al recordar que muchos vecinos que en agosto le dieron vuelta la cara al FpV en las urnas le dicen, después del encuentro, “ahora sí te voy a votar”. Es que, entiende, acerca del viejo mito que cae sobre las espaldas del electorado local, que esta Ciudad no es ni de derecha ni gorila. “Todo lo contrario. Pero tiene un gobierno de derecha y gorila”, afirma.

–¿Cómo se explica, entonces, que Macri siga ganando?

–Ya empieza cierto agotamiento del “Va a estar bueno Buenos Aires”, hay desencanto. Por eso, ahí está nuestro desafío y obligación: queremos reconciliarnos con el porteño. Además, decir que Buenos Aires es gorila y de derecha no tiene sentido, con toda su tradición de lucha histórica: desde las invasiones inglesas y la Revolución de Mayo hasta las Madres, más acá en el tiempo. Decir eso implicaría un canto a la resignación.

–¿Y de qué manera van a disputar los votos de Unen, que ha tenido muy buenos resultados en agosto?

–Unen es una derecha maquillada. En agosto, el electorado se tomó licencias para que otros espacios puedan llegar a octubre, pero no es más que un espacio testimonial, como la izquierda. Pino Solanas no es el que estuvo con Perón en España o el de La hora de los hornos, cualquiera sabe que es funcional al establishment. Aquel Pino votaría a Filmus.

–Si dentro de la agenda K está el tema del transporte, ¿qué lectura hace del Metrobús?

–Es una solución parcial, pero no forma parte de un plan integral de transporte, responde solo a un diseño de impacto visual. Por otro lado, la obra costó el doble de lo que fue presupuestada, lo cual es un bochorno, y se podría haber llevado a cabo en las colectoras de la 9 de Julio, sin dañar el espacio público. Hay que hacer más subtes: Madrid tiene 150 kilómetros y Buenos Aires solo 57. Todo demuestra, en definitiva, que Macri solo favorece el negocio de sus amigos y que usa la Jefatura como trampolín presidencial. Lo que pasa es que hay que bancarse el largo plazo.

–¿Qué quiere decir?

–Que las políticas sostenidas en el tiempo no le convienen a Macri si solo quiere usar su cargo como una vidriera. Por ejemplo, en una Ciudad de tres millones de habitantes, con un PBI que se asemeja al de las ciudades desarrolladas, no puede ser que haya 200 mil personas que vivan en villas. Este gobierno está expulsando a los hijos de la Ciudad, donde el metro cuadrado está dos mil o tres mil dólares. Imposible comprarse algo. En cambio, la Nación está relanzando el programa Pro.Cre.Ar.

–¿Hasta dónde piensan llegar?

–Queda mucho por hacer, falta, no hay ningún fin de ciclo. El kirchnerismo es el nombre del futuro.

Campagnoli, en su salsa

• Tiene 37 años.

• Arrancó su militancia en el movimiento secundario, a principios de los 90, donde se hizo amigo de Martín Sabbatella.

• Fue director de la Oficina Anticorrupción del municipio de Morón, al oeste del GBA.

• Se desempeñó como presidente del bloque oficialista del Concejo Deliberante del mismo partido y, más tarde, entre 2006 y 2007, del parlamento local.

• Está tratando de terminar la lectura de El hombre que amaba a los perros, de Leonardo Padura.

• Casi no va al cine, no tiene tiempo. Sin embargo, eso no le impide escuchar a Silvio Rodríguez, Fito Páez y Los Redondos. Recuerda con cariño el recital del Indio en Tandil, en 2011. Y lo último que vio en vivo fue el show de Me Darás Mil Hijos: salida de a cuatro, él con Julieta, su pareja, y Hernán Sabbatella, su amigo, con la suya.

• Le encanta comer asado en lo de sus viejos, en Morón, tanto como las milanesas que se cocinan en lo de sus suegros, Alberto y Zulema.

• Si tuviera que elegir un barrio porteño, elegiría La Boca, porque es bien bostero. Reconoce que el lunes posterior al superclásico estuvo, pecho inflado mediante, insoportable.

De todos modos, también simpatiza con el Gallo de Morón. El barrio tira.

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