Este miércoles “el rebelde de Cambiemos” tal como suele escucharse desde las bancas opositoras, fue reelecto como presidente de la Cámara de Diputados para el período 2017, durante una sesión que contó con la presencia de 198 diputados, y presidida por Mirta Pastoriza.
Sucede que Emilio Monzó se vuelve una pieza cada vez más imprescindible para el oficialismo, a pesar de sus encontronazos con María Eugenia Vidal o el propio Mauricio Macri, y logra construir su reputación: consiguió un amplio consenso de las bancadas mayoritarias, fruto del acuerdo que ratificó además los restantes cargos de conducción de la Cámara.
Monzó fue un actor clave durante todo el año en tejer acuerdos con la oposición, no sólo en Diputados sino también en el Senado, ya que el oficialismo de Cambiemos no cuenta con mayoría en ninguna de las cámaras.
Durante la sesión, el titular del interbloque Cambiemos, el radical Mario Negri, valoró la capacidad de Monzó para lograr consensos y garantizar “pluralidad de voces”, como así también “abrir espacios para quienes no siendo gobierno y Ejecutivo, pudiesen lograr convertir en ley sus propuestas”.
También el jefe del bloque del FpV, Héctor Recalde, coincidió en que “todos deben que defender la institucionalidad, la pluralidad de opiniones”, y admitió que se funcionó “con todas las disidencias que tuvimos, más o menos normalmente”, y propuso también como presidente a Monzó.
Graciela Camaño, del Frente Renovador, también lo apoyó para presidir el cuerpo: “No hemos tenido un presidente de Cámara en muchos años que tuviera esa enorme paciencia y bonhomía en el manejo parlamentario”.
Y Oscar Romero, del bloque Justicialista, dijo acompañar “al compañero diputado y en el caso personal amigo, Emilio Monzó”. “Siempre ha tratado de mantener ese fino equilibrio entre ser el representante del oficialismo y tratar de que todos los que estamos aquí podamos plantear nuestras ideas y nuestras diferencias”, completó.
Sentado en una banca luego de mucho tiempo, Monzó escuchó elogios aún de diputados con los que se sacó chispazos todo el año, como el salteño Alfredo Olmedo. “Usted se recibió de señor”, le dijo Olmedo.