Médicos, en guerra: cuando los aplausos no alcanzan

Médicos, en guerra: cuando los aplausos no alcanzan

NU dialogó con funcionarios del GCBA, con la AMM y con miembros de la Asamblea de Residentes y Concurrentes sobre el conflicto de los médicos.


A principios del 2020, en la ciudad china de Wuhan, surgió una iniciativa ciudadana que consistía en aplaudir a los médicos. Rápidamente, esta ovación se replicó en todas partes del mundo hasta llegar a nuestro país. Todas las noches, los argentinos se asomaban en sus balcones o ventanas para aclamar a quienes estaban poniendo el cuerpo en una de las peores pandemias de la historia. Pero tan pronto como llegaron los aplausos, se fueron.

Tal como rezan las pancartas que sostienen en las marchas, los aplausos de ayer, hoy son bofetadas. A través de una movilización histórica que abarca a todo el personal de salud que depende no solo del Gobierno de la Ciudad (GCBA), sino también de Nación, los residentes y concurrentes exigen mejores condiciones laborales. En estos últimos días, se hizo pública la adhesión de la Asociación de Médicos Municipales (AMM) que, en un principio, no acompañaron de forma total el reclamo ya que, según declararon a Noticias Urbanas (NU), no compartían la metodología de paro en las guardias. “Creemos en el diálogo permanente, pero también creemos que cuando se llegan a ciertos límites, nos vemos obligados a tomar medidas de fuerza”, sostuvo a NU el secretario de Prensa de AMM, Edgardo Knopoff.

¿Pero por qué fue rechazada la propuesta del GCBA? De acuerdo a Vanesa Fauda, residente de segundo año (R2) de la Unidad Posbásica de Nefrología Infantil en el Hospital Garrahan y miembro de la Asamblea de Residentes de la Ciudad, la oferta salarial de $197.285 desde octubre sigue estando por debajo de la inflación. “Además, ese monto es en bruto. Si consideramos todos los descuentos que se deben aplicar, son $162.000 en mano”, sostuvo a NU. Antú Bastos, residente de la Unidad de Pediatría del Hospital Elizalde y delegada de la residencia, también habló con NU y coincidió con la mirada de Fauda. “Este escaso aumento simboliza una suba de solo $100 por hora trabajada. Y lo que es peor, no contempla nada para los concurrentes”, enfatizó Bastos.

Los concurrentes, profesionales de la salud que trabajan a la par de los residentes, no perciben un sueldo y tampoco tienen ART. Según Bastos, en una de las reuniones que mantuvieron con el Ministerio de Salud, Fernán Quirós sostuvo que los concurrentes no están bien formados. En ese sentido, la residente y delegada del Elizalde, calificó a estos encuentros de “hostiles”.

NU logró hablar, en off the record, con funcionarios del Ministerio para conocer el otro punto de vista. Según su testimonio, el Presupuesto 2023 para la Ciudad es una muestra de la voluntad del Gobierno para beneficiar al personal de salud. “Para el presupuesto del año que viene, el gasto de mayor incidencia es el que corresponde a las remuneraciones del personal, cuya previsión es de $966.869 millones”, afirmaron desde el Ministerio de Salud de la Ciudad. “Este importe refleja la anualización del gasto en personal para el próximo ejercicio, teniendo en cuenta la paritaria correspondiente al corriente año y un proyectado de futuras negociaciones para el año 2023”, agregaron. Por otro lado, sostuvieron que su propuesta salarial implica un incremento que se suma al 96% ya otorgado durante el transcurso del 2022.

Este panorama alentador choca con la postura del personal de salud. Según Edgardo Knopoff, miembro de la AMM, llegaron a las últimas paritarias con muchísimos años de atraso salarial. “En los últimos siete años, venimos perdiendo año a año con la inflación”, afirmó Knopoff a NU. “Un médico gana, en promedio, $120.000. Este sueldo está por debajo de la canasta básica. Exigimos una recomposición salarial con un sueldo inicial de $200.000. El salario de ahora es francamente inadmisible dada la situación económica de nuestro país”, sostuvo el Secretario de Prensa de la AMM.

Para entender la dimensión que representa esa cifra, es fundamental saber cuántas horas trabajan los residentes. Según, lo estipulado en el artículo 26 de la Ordenanza 40.997 consolidada en el 2018 sobre el Sistema Municipal de Residencias del Equipo de Salud, los residentes realizarán como máximo veintiocho horas semanales de guardia supervisada, pudiendo realizar guardias de 24 horas corridas que comenzarán a las 8hs de ese día. Estas podrán desdoblarse en turnos determinados (diurnos o nocturnos) de doce horas que comenzarán a las 8 o a las 20, según corresponda. Por otro lado, la ordenanza establece que las jornadas laborales constan de nueve horas diarias que deben ser cumplidas entre las 8 y las 17 durante cuatro días hábiles.

Según la residente y delegada del Garrahan, Vanesa Fauda, la legislación no responde a la realidad. De acuerdo a Fauda, un residente trabaja, en promedio, 80 horas semanales. Es decir, más de 300 horas por mes. “Por todas esas horas trabajadas, lo único que conseguimos de nuestra reunión con Quirós es que se nos aumente $15.000 y que se nos pague en 3 cuotas”, afirmó Fauda. “Queremos y necesitamos que toda la población esté al tanto de esta situación y que nos acompañen. No solo por nosotros, sino porque a la larga, va a afectar a toda la gente y al sistema de salud”, recalcó la residente.

La semana pasada, la marea blanca pidió a todos los ciudadanos que vuelvan a brindar su apoyo como lo hicieron en la pandemia. La gente respondió y obedeciendo la propuesta, salieron a sus balcones para volver a aplaudir al personal de salud. A pesar de la convocatoria, el sonido de la ovación no generó cambios en la negociación. “Se debe revalorizar el rol del médico”, recalcó Edgardo Knopoff. “En la pandemia, pusimos todos nuestros esfuerzos y eso se tiene que reconocer”, aseguró el miembro de la AMM. Durante la pandemia, los residentes tuvieron que desempeñar roles en la primera línea de trabajo. Por otro lado, el período de cuatro años que duran las residencias se alargó un año. Según la AMM, si el Gobierno de la Ciudad no cede, las medidas de fuerza se mantendrán en el tiempo.

NU consultó al Ministerio de Salud sobre las implicancias que tienen los paros en la salud pública. Según el Ministerio, en aquellos hospitales donde se presentaron mayores porcentajes de ausentismo, las residencias de guardias siguieron funcionando. Tanto Fauda, como Bastos sostienen que el verdadero problema va a verse a mediano y largo plazo. “Este año, quedaron muchísimas vacantes libres para residentes lo que es preocupante, pero también inédito”, señaló la residente y delegada del Garrahan. “Esto se debe a que, tal como nos dicen nuestros compañeros de facultad a punto de recibirse y de ingresar al sistema de salud público, prefieren seguir otro camino ya que no ven un futuro haciendo residencias. Básicamente, porque conocen nuestra situación y temen no poder subsistir con los actuales sueldos. No llegamos ni a pagar un alquiler. Muchos menos, mantener una familia”, argumentó Fauda. “Antes, las residencias eran puestos súper demandados porque sabíamos que en los hospitales íbamos a encontrar la mejor formación para poder brindarles la mejor atención a nuestros pacientes”, agregó.

A menos de dos meses de que finalice el año y con la sombra de un evento deportivo que amenaza con opacar todos estos reclamos, el camino de los empleados de la salud parece dificultarse cada vez más. “El gobierno nos debe escuchar. Pensaron que íbamos a cansarnos, pero lejos de eso, somos cada vez más en las calles”, ratificó Fauda. ¿Podremos hacer más fuertes nuestros aplausos? ¿O solo van a sonar en las tribunas de nuestras casas? Solo el tiempo lo dirá. Pero lo que es seguro es que no debemos olvidar esta lucha porque la lucha por la salud pública es de todos.

 

Qué se dice del tema...