Casi como si de justicia divina se tratara, Caros Zannini podría ahora ensamblar su “venganza” contra Mauricio Macri. El abogado sería el próximo procurador del Tesoro de la Nación, y podría quedar a cargo entonces de los puntos débiles del saliente Presidente: la deuda de su empresa familiar -el Correo Argentino-, y la modificación por decreto del “blanqueo de capitales”, aprobado en el 2016.
Es que en ese contexto, Macri quedó complicado. Por un lado, según la fiscal Gabriela Boquín el gobierno de Macri intentó saldar mediante un acuerdo abusivo con el Estado Argentino la deuda de su padre, Franco Macri, por el Correo Argentino. Macri echó al procurador del tesoro Juan Carlos Balbín por no protegerlo en esta causa, y aprovechó la ley del blanqueo que su tropa legislativa (con la ayuda del massismo) aprobó hace tres años en el Congreso para “perdonar” a sus familiares a través de blanquear sus deudas.
Su reemplazo fue Bernardo Saravia Frías, quien desde un principio actuó en sintonía a los intereses de Macri, y actualmente, el expediente de ambos mencionados escándalos están bajo tratamiento de la Corte Suprema.
En concreto, el segundo escándalo, reside en que por DNU Macri modificó la ley de Blanqueo de Capitales que inhabilitaba a los familiares de funcionarios para acogerse a la misma.
Ahora será Zannini el encargado de definir la posición a adoptar por los abogados del Estado. Cabe recordar que Zannini estuvo detenido 107 días entre diciembre de 2017 y marzo de 2018, por presunto encubrimiento de los ciudadanos iraníes acusados por volar la sede de la AMIA. Incluso se le adjudicó la autoría del memorádum que se convertiría en ley durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner. Ahora Macri no solo se baja del poder, sino que podría perder lo que le queda.