Los ministros de Salud, Jorge Lemus; de Justicia, Germán Garavano, y de Modernización, Andrés Ibarra, junto al director del Hospital Posadas, Jorge Díaz Legaspe, presentaron, de acuerdo a instrucciones del presidente Mauricio Macri provistas en la última reunión de gabinete, una denuncia penal ante la Justicia Federal por daños en el nosocomio, bajo la sospecha de que los perjuicios –principalmente, la rotura de un tomógrafo en los últimos días– encierran un sabotaje.
Al respecto, Martín Sabbatella, exfuncionario K, opinó desde su cuenta de Twitter (@Sabbatella): “Armaron la burda mentira de un supuesto sabotaje para justificar despidos de trabajadores en el Hospital Posadas”. También, expuso: “Difaman y persiguen trabajadores por su pertenencia política, mientras desguazan el Estado y lo ponen al servicio de las corporaciones”.
En tanto, Diego Spina, exdirector de Relaciones Institucionales del Hospital Posadas durante la intervención del Dr. Martín Latorraca, manifestó: “No hay ningún sabotaje. El viernes, un médico tuvo un accidente con una silla de ruedas en la sala de resonancia e inventaron lo del sabotaje con el único objetivo de despedir trabajadores”.
Según las denuncias del macrismo, en una semana, dejaron de funcionar los 25 ascensores al mismo tiempo, se produjo una descarga eléctrica que dañó todas las heladeras del vacunatorio y, además, apareció una silla de ruedas incrustada en la boca del único resonador magnético en el centro de salud ubicado en El Palomar, al oeste del Gran Buenos Aires, cuya reparación costaría unos 45.000 dólares.
“Se vive en el hospital una amenaza permanente y esto dificulta el normal trabajo de los equipos de salud, pero a pesar de todo el personal médico puede dar a los pacientes una atención de calidad”, contó, por su lado, Díaz Legaspe.