Para el Centro de Innovación de los Trabajadores (CITRA), dependiente de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo y el CONICET, la caída del salario real por causa de la inflación hasta julio fue del 52 por ciento, arrojando un promedio del 45,4 por ciento en el año.
El Índice Estadístico de los Trabajadores que elabora el CITRA arrojó además que en 2016 sus salario retrocederán desde el 51,2 al 48,5 por ciento del Producto Bruto Interno. Este resultado es similar al que sufrieron los asalariados tras el derrocamiento del presidente Juan Domingo Perón en 1955, cuando su ingreso cayó en el seis por ciento en el mismo período.
En el informe, se estima que el salario cayó un 7,9 por ciento, lo que significa el retroceso más importante en los últimos 13 años. Inclusive, en el documento se consideró que “la caída del salario real es una de las claves que explica que la participación asalariada en el PBI retroceda en 2016”, aunque hubo otras bajas en el salario real que fueron aún más pronunciadas en 1959, en 1976, en 1982, en 1989 y en 2002.
La inflación de julio que debieron soportar los trabajadores fue, entretanto, del 1,8 por ciento en comparación con el mes de junio, en los que los alimentos y bebidas fueron los que más se elevaron.
En la “torta estadística”, las variaciones de precios por producto (es decir, la influencia que tuvo cada uno de ellos en el índice inflacionario) durante el mes de julio fue la siguiente:
Alimentos y bebidas: 59,3
Esparcimiento: 10
Vivienda y sus servicios: 8,4
Otros bienes y servicios: 6,1
Transporte y Comunicaciones: 5,8
Enseñanza: 4,2
Salud: 4,1
Mantenimiento del Hogar: 2,2
Indumentaria y Calzado: -0,1
Al mismo tiempor, en julio de 2016 el salario alcanzó para la compra de 11,2 changuitos básicos quincenales, cuando un año atrás, compraba 12,1 changuitos. El retroceso fue, en este caso, del 6,9 por ciento.
En las estimaciones realizadas por CITRA -que dirige la socióloga Marta Novick- y el IET -que dirige el economista Mariano de Miguel- se puede afirmar que el salario promedio de un trabajador registrado alcanza para adquirir un 28,6 por ciento menos de tomates y 25,6 por ciento de litros menos de aceite de girasol
Por ejemplo una de las estimaciones realizadas por el Citra, que dirige la socióloga Marta Novick, y el IET, a cargo del economista Mariano de Miguel, permiten señalar que el salario promedio de un trabajador registrado le permite adquirir 28,6 por ciento unidades menos de tomates y 25,6 por ciento litros menos de aceite de girasol.