Lanzado de lleno al desafío de conquistar un municipio bonaerense para el macrismo, Néstor Grindetti superpone hoy su responsabilidad como ministro de Hacienda porteño con su obsesión de gobernar Lanús.
Cuatro años después de competir por primera vez por la intendencia, el domingo de las PASO cosechó 71 mil votos, el doble que su marca anterior. Quedó segundo en el distrito, debajo del kirchnerista y miembro de La Cámpora Julián Álvarez, que lo superó por 20 mil votos.
“Voy a necesitar hablar más con los vecinos”, adelantó el actual ministro de Hacienda de la Ciudad, que usó la misma idea para explicar la estrategia que tiene que llevar a cabo Mauricio Macri para ganar los comicios nacionales: “Tenemos que transmitirle a la gente nuestra idea de que realmente somos el cambio”.
En diálogo con Noticias Urbanas, Grindetti aseguró que el frente opositor Cambiemos no necesita del massismo para ganarle al kirchnerismo y consideró que Macri puede sumar voluntades del peronismo.
–¿Cómo hará Cambiemos para superar el porcentaje de 30 puntos que consiguió en las PASO?
–Hay una franja importante de los votantes que realmente quiere un cambio sobre la forma de hacer política, y nosotros representamos eso. No estamos condenados al fracaso. Podemos crecer mucho más. En las elecciones llegamos al 30 por ciento pero hay mucha más gente abierta a escuchar nuestra propuesta.
–¿Van en busca de los votos que consiguió Massa?
–Soy partidario de que nadie es dueño de los votos de la gente. No creo que haya alguien dogmáticamente massista. No buscamos hablarles a los que votaron a cierto candidato, sino a toda la población.
–Pero si se hubieran aliado a Massa hubieran sacado más votos, ¿no?
–No se puede desconocer a ningún candidato, pero yo no soy de los que piensan que ahora hay que hacer un acuerdo superestructural con otras fuerzas. No hay que salir corriendo a buscar acuerdos cuando aún falta mucho tiempo para la otra elección.
–¿Macri solo puede ser presidente llegando al balotaje?
–No. Sabemos que es muy difícil ganar en primera vuelta pero a eso aspiramos ahora. Pero como el 60 por ciento de la gente quiere un cambio, en una segunda vuelta ganamos sí o sí.
–Ustedes dicen que el 60 por ciento no quiere al kirchnerismo, pero Cambiemos no es la única opción. También está Massa. Y también Scioli puede sumar en octubre más votos que el 38,4 por ciento que consiguió.
–Obviamente que es difícil, pero estamos convencidos de que el voto del kirchnerismo duro es menor de lo que consiguió Scioli. Nosotros buscamos hablarles a todos. En Córdoba, por ejemplo, Macri quedó segundo, por delante de Scioli. ¿Y ahora que no está De la Sota, qué pasa? Así como en la Capital tenemos una base de voto peronista, podemos conseguirla en otros lugares.
–¿Vidal fue la candidata que sacó más votos en la Provincia gracias a que fue la única postulante de Cambiemos?
–A mí no me sorprendió el resultado de María Eugenia. Estoy convencido de que tiene un grupo de valores que cae muy bien en la gente. Es inteligente y sensible a los problemas de los vecinos. Y tiene capacidad para gobernar, algo que no ocurre en la Provincia, como lo estamos viendo ahora con las inundaciones. Acá el Estado no está presente.
–¿La situación de las inundaciones afecta la campaña?
–Está claro que alguien que tiene un metro de agua en la casa no está contento con este gobierno. El Estado no sabe prevenir ni resolver los problemas en la Provincia, están pensando más en el ejercicio del poder para el poder mismo que en solucionarle los problemas a la gente.
–Macri salió rápido a ofrecer ayuda por parte de la Ciudad. Más allá de la decisión institucional, ¿fue una jugada electoral?
–La actitud de Mauricio no tiene que ver con lo electoral, sino con algo que siempre ha hecho la Capital. Entre otras cosas, ofrecimos la ayuda del SAME porque sabemos de la efectividad que tiene el servicio de emergencia.
–¿Los beneficia que el contrincante de Vidal sea Aníbal Fernández, cuya imagen negativa es más alta que la de Domínguez?
–La contraposición entre María Eugenia y Aníbal es clara. Si quisiéramos mostrar a cada espacio con una persona, no podría quedar mejor reflejado. Son la quintaesencia de cada fuerza. Pero, en términos de la campaña, que sea Aníbal o Julián nos da lo mismo. No nos va a cambiar el mensaje hacia la gente.
–Cambiemos ganó en muchos municipios del interior bonaerense pero en muy pocos del Conurbano. ¿Sigue siendo un territorio peronista por definición?
–No hay duda de que el Conurbano es más complejo que el interior. Son como dos provincias distintas. Cuesta, pero en el Conurbano, poco a poco, el Pro va penetrando en la cabeza de la gente.
–¿Cómo se le compite al PJ?
–Y… hablando con los vecinos. En mi caso, les digo que lo que propongo ya lo hicimos en Capital. Digo que voy a crear una policía porque ya hicimos la Metropolitana, que funciona muy bien.
–Podrían replicarle que Scioli creó hace poco las policías comunales.
–Sí, pero la policía local tiene que depender del intendente y estar mejor preparada, dos cosas que hoy no suceden. La policía comunal parece más una salida laboral fácil que una cuestión de vocación.
–Álvarez sacó 20 mil votos más que usted, ¿a qué los atribuye?
–Yo siempre veo las cosas como si el problema fuera mío. Me atribuyo la responsabilidad. Analizando nuestro voto en Lanús, vimos que en el centro sacamos el 42 por ciento y en la periferia, el 17. Entonces, tengo que buscar hacer más reuniones con los vecinos allí.
–En Capital, Macri sacó un poco menos de votos que Larreta y Michetti en las primarias porteñas, pese a tener buena imagen como jefe de Gobierno. ¿El voto Pro no es fiel?
–No hay duda de que Mauricio tiene una excelente imagen en la Capital, pero no sé explicar eso porque no analicé los resultados en detalle. Diría que una elección no siempre es calcada a la otra.
–¿Se imagina como ministro de Hacienda a nivel nacional? ¿Qué tendría que hacer Macri con la economía si fuera presidente?
–No soy partidario de los ajustes brutales y ortodoxos. El problema en la Argentina actual es la falta de credibilidad, y eso se ajusta a nivel institucional: un Banco Central independiente y un Indec con cifras confiables. Eso genera un círculo más virtuoso que tomar medidas de shock, que al principio ajustan y al otro día desajustan.
En primer plano
• Un restaurante. Sottovoce.
• Una comida. Pastas.
• Un lugar porteño. San Telmo.
• Una figura histórica. Arturo Frondizi.
• Un perfume. “No sé la marca, me los compra mi mujer.”
• Una frase. “Al final del día prima la realidad.”
• Una película. Amarcord, de Federico Fellini.
• Un libro. Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez.