Escándalo libertario: Pagano sigue internada y denunciaron espionaje

Escándalo libertario: Pagano sigue internada y denunciaron espionaje

Se suspendió la reunión de comisión citada por Martín Menem para desplazarla.


Presiones para que renuncie, amenazas de violencia física y hasta acusaciones de espionaje son algunos de los ingredientes que por estas horas hacen crecer el escándalo de la interna libertaria en Diputados y que llevaron a Marcela Pagano, una de las integrantes del bloque de Javier Milei y presidenta de la comisión de Juicio político, a terminar internada por un pico de estrés que le produjo una úlcera sangrante.

La diputada seguirá internada en una clínica a la espera de los resultados de los estudios que se le llevaron a cabo para determinar el origen de la afección que puso su estado de salud en crisis. Todo, a una semana de la feroz interna que se desató por su designación en la comisión de Juicio Político de la Cámara Baja, una de las áreas claves de gestión legislativa, en la que asumió propuesta por el entonces jefe de bloque Oscar Zago, con el “ok” del Presidente.

Zago, es sabido, terminó siendo removido de la jefatura de los diputados de La Libertad Avanza (LLA) y en su lugar asumió el cordobés Gabriel Bornoroni. Martín Menem, en paralelo desconoció la elección de Pagano y llamó a una nueva reunión para elegir autoridades en la comisión, pero luego tuvo que posponer esa convocatoria, fechada para hoy, por la internación de la periodista y actual presidenta de Juicio Político.

En medio de todo eso, la denuncia de aprietes dentro del bloque para conseguir la renuncia de Pagano a la comisión se hizo vox populi en los pasillos del Congreso. Bornoroni buscó desmentirlo: “No digamos eso, no es así”, dijo al ser consultado por el canal IP por las denuncias del entorno de la periodista sobre las presiones.

Antes de la internación, hubo una conversación telefónica entre la diputada y Menem, que le pidió su renuncia a la comisión. Pagano le explicó que si eso era necesario tenía su dimisión al cargo de presidenta a disposición, pero que debían articularse los mecanismos institucionales para hacerlo de manera correcta.

Le explicó que ella no podía hacer algo que era ilegal, es decir desconocer la constitución de la comisión y su designación que había sido votada por la mayoría. En resumen, que buscaran una salida elegante al problema. Menem le propuso pasar a dos comisiones: Finanzas o Libertad de Expresión, que ella declinó en una por no ser especialista y en la otra por un conflicto de intereses, por venir del mundo del periodismo.

La oposición, en tanto, se mantiene firme en su posición de considerar a Pagano como la legitima presidenta de la comisión de Juicio Político, ya que hubo quórum y fue votada por la mayoría. Según explican diputados opositores, Menem no tiene la potestad de disolver la conformación, y que aceptar lo que busca sembraría un antecedente preocupante en el Congreso.

“La próxima vez que votemos algo que no le guste podría tomar la misma decisión”, señalan. En ese sentido agregan que la comisión solo puede reunirse si la convoca Pagano, no Menem.

Operaciones, amenazas y su pelea con Lilia Lemoine

Una de las apuntadas por esa ofensiva para conseguir la renuncia de Pagano en Juicio Político es justamente Lilia Lemoine, la diputada cosplayer que el jueves pasado irrumpió en la reunión de comisión para avisar que el encuentro era inválido porque segundos antes del horario citado Martín Menem había enviado un correo electrónico suspendiendo la reunión.

Integrantes del espacio libertario en Diputados señalan que Lemoine habría amenazado a Pagano en las horas previas a su internación a través de WhatsApp. “Eso la desequilibró, fueron amenazas”, aseguran. Hay versiones de que se enviaron mensajes crípticos que iban desde “gualichos” hasta “violencia física”.

A eso se suma otra acusación, pero sobre supuesto espionaje, que se instaló en las últimas horas y tiene como protagonista a un empleado del despacho de una diputada mileista que habría realizado tareas de seguimiento de Pagano.

La periodista le confió a su entorno sobre dos situaciones que vivió en los últimos meses que le llamaron la atención. Identificó que una persona del despacho de Lemoine la seguía cuando ella esperaba a otro diputado en un café. Y también contó que ese mismo asesor se le apareció después en un restaurante donde ella cenaba con alguien. Coincidencia o no, despertó sus sospechas.

A eso se sumó otro episodio que sucedió dos días antes de que estallara todo el escándalo por su designación como presidenta de la comisión de Juicio Político. Fue que el martes previo, le robaron el celular mientras paseaba a su perro, tal como reseñó Clarín el domingo. Ahora, ese hecho de inseguridad que creyeron fue al voleo toma otro cariz a raíz de las denuncias de espionaje, seguimiento y aprietes, en medio de su resistencia a renunciar como presidenta de Juicio Político.

La enemistad entre Pagano y Lemoine no es nueva. La diputada porteña se encargó no solo de interrumpir la reunión en la que se designó a su par bonaerense como presidenta, sino que después despotricó publicamente y manifestó que no confiaba en ella para ese cargo clave, que prefería a “Bertie” Benegas Lynch.

“Estuve todos los días bancando los trapos, no me fui de vacaciones a Europa, me quedé con mis compañeros, bancando los trapos, como todos. Bah, una no, curioso… es la única que reclama la comisión de Juicio Político”, le apuntó la noche del escándalo en su programa de radio “No la ven”.

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