“Es imperioso detener los ataques del régimen de Kiev a instalaciones civiles”

“Es imperioso detener los ataques del régimen de Kiev a instalaciones civiles”

Embajador de Rusia en Argentina, Dmitry Feoktistov, se refirió a la "contraofensiva" ucraniana.


El embajador de Rusia en Argentina, Dmitry Feoktistov, a los ataques a la infraesturctura civil por parte de la “contraofensiva” ucraniana. A continuación las afirmaciones que a través de un comunicado expresó el diplomático ruso en nuestro país:

El mundo entero quedó consternado por la destrucción de las estructuras de una de las presas más grandes de Europa, de la central hidroeléctrica de Kajovka, que ocurrió el 6 de junio en la región de Jersón. La descarga incontrolada de agua provocó la inundación de numerosos asentamientos. Las vidas de las personas se vieron amenazadas, el número de víctimas llegó a decenas. La agricultura y el ecosistema de la región sufrieron daños significativos. Existe una amenaza creciente de interrupción del suministro de agua de la península de Crimea. Es imposible excluir el riesgo de aparición de patógenos de enfermedades peligrosas en las aguas de los territorios adyacentes. Es difícil calcular ahora todas las posibles consecuencias de esta catástrofe.

El régimen de Kiev y los países occidentales que lo apoyan acusaron de inmediato a Rusia de sabotaje. Implicando que, si el objeto estaba bajo el control de los rusos, entonces la responsabilidad recae en ellos. Como prueba se proporcionan “datos” de dudosa procedencia, como en la historia de un “coche bomba” hallada en fotografías ucranianas, que supuestamente se utilizó para hacer estallar la central. Resultó que este automóvil aún se encuentra en el mismo lugar donde estaba, lo que excluye su participación en el “sabotaje”.

Después de que los propagandistas antirrusos fueran condenados repetidamente por mentir sobre la detonación de los gasoductos Nord Stream, los ataques de Rusia al puente de Crimea, la planta de energía nuclear de Zaporozhye y el Kremlin de Moscú, solo los rusófobos contumaces pueden creer en tales acusaciones. Es importante recordar que nuestro país se enfrenta a toda una máquina poderosa para fabricar falsificaciones, cuya tarea principal es “deshumanizar” a los rusos y denigrar a todas nuestras acciones, incluida la misión militar especial en Ucrania.

Rusia nunca ha creado amenazas para la seguridad de la central hidroeléctrica de Kajovka. Al comienzo de la operación especial, cuando sus instalaciones cayeron bajo el control del ejército ruso, se descubrió que los zapadores ucranianos habían minado los mecanismos de las esclusas del Canal de Crimea del Norte. En aquel entonces se logró evitar la explosión. Posteriormente, el mando de las fuerzas armadas de Ucrania ha declarado en repetidas ocasiones su disposición a socavar la presa para resolver sus problemas tácticos. A partir del verano de 2022, los ucranianos han estado bombardeando regularmente la Central hidroeléctrica utilizando, entre otras armas, los lanzacohetes múltiples estadounidenses HIMARS. El 12 de agosto del año pasado, como consecuencia de un ataque similar, fallaron tres de las seis turbinas. En total durante el verano y el otoño de 2022, solo usando HIMARS se dispararon más de trescientos cohetes contra la Central.

La parte rusa ha llamado repetidamente la atención de la comunidad mundial sobre esta situación. El 21 de octubre de 2022, distribuimos una carta en el Consejo de Seguridad de la ONU en la que pedíamos impedir las provocaciones de Ucrania contra la Central hidroeléctrica de Kajovka. Sin embargo, no recibimos una reacción interesada a esto.

Como resultado, nos convertimos en testigos de la catástrofe que Kiev planificó como parte de su “contraofensiva”. La tarea era no permitir el avance de las fuerzas rusas. Con este fin, a principios de junio, los ucranianos llevaron el nivel del agua en el embalse de Kajovka a un nivel crítico, abriendo las esclusas de la central hidroeléctrica Dniéper río arriba, que está bajo su control.

Después de la destrucción de la Central, Rusia hizo todo lo posible para rectificar la situación. Tan pronto como sea posible, se inició una evacuación a gran escala de los residentes. A todas las víctimas se empezó la prestación de la asistencia necesaria. Tuvimos que actuar en las condiciones de constantes provocaciones de parte del régimen de Kiev, que no permitieron garantizar plenamente la seguridad de los residentes locales y representantes de misiones humanitarias internacionales. En este sentido, las quejas de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU y la Organización Mundial para las Migraciones contra Rusia sobre la supuesta creación de obstáculos para el acceso a las regiones afectadas de la región de Jersón deben dirigirse a la parte ucraniana. Abogamos por la examinación de este crimen en el Consejo de Seguridad de la ONU, la OSCE y otras organizaciones internacionales.

Instamos a la comunidad mundial a que condene enérgicamente los actos criminales de las autoridades ucranianas, que representan una grave amenaza para la seguridad regional y mundial. Complacerlas, no terminará bien. Lo más importante es no permitir un escenario similar en relación con la Central nuclear de Zaporozhye, que los ucranianos continúan bombardeando regularmente. Las consecuencias pueden ser catastróficas.

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