Podría tomarse como un reflejo o como la versión 2018 de aquella estratégica decisión en la campaña para la última elección, cuando María Eugenia Vidal decidió separar su figura de la de Mauricio Macri a causa del creciente rechazo que generaba por ese entonces en el Conurbano la figura del actual presidente.
La nueva separación, según adelantaron en la Provincia, será para preservar a la gobernadora del aluvión de malhumor social generado por la situación económica. Por eso, el plan es que Vidal tome distancia de las discusiones nacionales y vuelva a hablar de los temas que más se vinculan con su gestión y que mejor calaron hasta ahora en el aura de los bonaerenses: las obras locales, las mafias. Esto sería un cambio en la manera de gestionar el distrito más grande del país.
De todos modos, la decisión política, a diferencia de aquel movimiento electoral, se enmarca en un contexto social y político mucho más complicado para el oficialismo de Cambiemos.
Como ya se fue contabilizado en los medios, el declive de la imagen de Macri tuvo su correlato en sus dos fieles gobernadores: Vidal y Horacio Rodríguez Larreta, pero sobre todo impactó en la primera.
Una de las explicaciones que encuentran los analistas es que el porteño basa su ponderación en temas más concretos de gestión (en un territorio, por cierto, más fácil de conducir) y eso hace que los vaivenes del sentir de la gente afecten menos al jefe de Gobierno. Como sea, que la dirigente mejor ponderada de los últimos años sufriera algunos magullones de imagen fue un alerta sonoro para el oficialismo.
Vale una pequeña retrospectiva para entender el valor de Vidal dentro del macrismo. Hace unos meses, cuando el Presidente era el blanco dilecto de todas las críticas y su intención de voto empezaba a caer, algunos arriesgados referentes del Pro comenzaron a hacer circular el nombre de la gobernadora como una variante para la Casa Rosada en 2019.
Aún hoy, las consultoras la siguen midiendo, con suerte diversa, lo que motivó que ella misma se encargara de salir a aclarar que aún sigue en pie el plan reeleccionista “3×1”: Macri en la Nación, Vidal en la Provincia y Larreta en la Ciudad. Esto significa, claro, que en cierto modo cada uno depende del otro. Sobre todo, el Presidente y la gobernadora, cuyas reelecciones se juegan juntas en la misma boleta y cada uno de ellos tracciona al otro, para arriba o para abajo. Distinto es el caso del jefe de Gobierno porteño, que aún no definió hasta cuánto presionará para unificar comicios. Hoy por hoy, la ley se lo prohíbe.
Pero más allá de ese posible gambito, es interesante analizar cómo está hoy Vidal en la ponderación de la gente. Una radiografía a solo un año de las PASO. La gobernadora, bajo la lupa de algunas de las encuestas más recientes.
• Poliarquía. Es una de las firmas que históricamente trabajó con el macrismo. Incluso, uno de sus fundadores, Fabián Perechodnik, es hoy el secretario general de la Gobernación bonaerense. En julio, la consultora publicó dos trabajos. Uno, realizado en la Ciudad y el Conurbano; el otro, en el plano nacional.
¿Qué dice cada uno de Vidal?
En el primero, la ponderación de los vecinos del GBA sobre el gobierno de Vidal es mala: un 56% desaprueba la gestión, contra un 26% que aprueba. A Macri, por su parte, le va aún peor (65% contra 22%).
El segundo trabajo es más completo. Arranca con una descripción de la “situación política de Cambiemos” y concluye con que “María Eugenia Vidal es la líder política mejor evaluada del país y una potencial candidata a presidenta, en caso de que la popularidad de Mauricio Macri se vea gravemente afectada”.
En cuanto a la evolución de la imagen de la gobernadora, esta exhibe pros y contras: si bien, como arranca el informe, Vidal es la política mejor ponderada, su imagen positiva está ahora en 46 puntos, uno de los parámetros más bajos desde que asumió. En octubre superaba los 60, aunque, a su favor, en la última medición repuntó un poco y cayó la negativa a 29%.
• Grupo de Opinión Pública. Es esta otra firma que suele ser consultada en la Casa Rosada. En este caso, en uno de sus informes de julio (500 casos en Capital y GBA), referido a la imagen de los principales dirigentes, Vidal aparece segunda, detrás de Cristina Kirchner, con 42,3% de positiva y 53,5% de negativa.
Cuando se mira la evolución, se aprecia a la gobernadora cayendo desde octubre de 2017, que fue cuando había llegado a su pico de 63,1% de imagen positiva. Una trayectoria similar dibujan los otros tres dirigentes oficialistas medidos: Macri, Carrió y Larreta.
En la evaluación sobre la gestión bonaerense, hay un mínimo repunte en julio, pero sigue siendo claramente mayor la desaprobación (47,5%) que la aprobación (29,6%).
También en este sondeo, Vidal mide mejor que Macri para presidenta: 14% contra 9,9%. Ambos lejos de Cristina (26,1%).
• Ricardo Rouvier & Asociados. La consultora que midió durante muchos años para el kirchnerismo publicó un sondeo nacional, de 1.200 casos, que arroja resultados relativamente buenos para la gobernadora. Aunque está en baja, aún mantiene más imagen positiva (49,3%) que negativa (42,7%) y lidera la tabla de los dirigentes medidos por esta firma.