No es novedad que Darío Giustozzi no quiere compartir espacio político con Martín Insaurralde. Desde los tiempos en que ambos eran kirchneristas ya no se llevaban bien. Pero el año pasado la brecha se amplió y las críticas del presidente del bloque de diputados nacionales massistas fueron feroces. Incluso, hasta llegó a amenazar vía los diarios con irse del Frente Renovador si su rival se incorporaba.
A fines de 2014, la situación parecía volcarse a favor de Giustozzi y los demás precandidatos a gobernador bonaerense, ya que Insaurralde parecía acercarse al kirchnerismo. Pero en la Provincia todo cambia súbitamente, y más aún en el massismo. Tras compartir la noche de Año Nuevo con Sergio Massa –en la cena que el presidenciable organizó en Pinamar-, Insaurralde marcó distancia con su padrino político (o uno de los tantos, si tomamos a Duhalde), Daniel Scioli, y dijo que el gobernador “recién en el último año se preocupó por la inseguridad”.
Sumado a esto, el primer día del nuevo año, Massa anunció un nuevo tarascón a otro partido opositor y le arrebató dos legisladores provinciales al bloque denarvaízta. Uno de ellos es el mediático abogado Mauricio D’alessandro, quien públicamente afirmó que trabajará para “convencer” a Insaurralde de que se sume al FR, con quien mantiene una relación estrecha.
La respuesta de Giustozzi no tardó en venir. Pero no fue él, sino su aliado, el diputado bonaerense Mario Giacobbe, quien manifestó a través de un comunicado su repudio a la actitud de D’alessandro, escrito que fue cuidadosamente difundido por el equipo del ex intendente de Almirante Brown.
“Nosotros llegamos al Frente Renovador para enfrentar un poder inmenso que quería perpetuarse. Cuando Massa se puso al frente de la demanda social, ese enorme poder empezó a resquebrajarse hasta caer rendido por el voto de la gente. Estoy seguro que ni Massa ni Giustozzi han alterado ese compromiso”, aseveró Giacobbe.
En ese sentido, enfatizó que en el giustozzismo están confiados “que los millones de bonaerenses que confían en el Frente Renovador saben muy bien quién es quién”. Y ya sin indirectas, fustigó al lomense: “También conocen que Insaurralde fue el candidato que eligió Cristina Kirchner para tratar de frenar a Massa y de frustrar el cambio que junto a él muchos nos propusimos protagonizar. Y saben también que fue el mismo hombre que el año pasado, cuando el oficialismo soñaba con la reelección indefinida, reclamaba ‘cien años más de modelo K’. No olvidan que fue el diputado que en este último año acompañó con su voto todos los proyectos oficiales y que fue el socio político y el principal defensor que tuvo Amado Boudou”.
Por último, hizo referencia al perfil farandulesco de Insaurralde: “Debe saber que en la política no todo vale. Y la fama que puede dar la TV no reemplaza el prestigio que sólo brinda una conducta digna. Nosotros no queremos que traiga al Frente Renovador sus devaneos oportunistas, sus amistades corruptas ni sus vínculos con el juego. Buenos Aires necesita dirigentes que no prohíjen la corrupción, que promuevan el empleo digno para su gente y que no les abran las puertas a los empresarios del juego para que se enriquezcan enviciando a los que trabajan y quitándoles sus magros ingresos”.
Allí, Giacobbe -fogoneado por Giustozzi- explicita uno de los costados más sensibles de Insaurralde, según filtran desde Brown hace meses. Es que según varios trascendidos, de los cuales un sector del massismo se hace eco, existe un polémico vínculo entre el lomense y Daniel Mautone, CEO de un nucleamiento de sociedades que participan en diferentes modalidades dedicadas a la explotación de Bingos, Casinos y máquinas.
Giacobbe es el primer massista que on the reccord saca a la luz estas críticas que por lo bajo hace rato algunos dirigentes dejan trascender. Finalmente, dijo que con los precandidatos del FR a gobernador van “a competir” y que pueden tener “distintas visiones pero mismos valores”. Pero para con Insaurralde, no hubo cariño: “Con los que creen que la política es una herramienta que sirve para administrar la fama, vamos a confrontar porque no nos une ni los mismos valores ni el mismo compromiso político”.
