“A la autonomía de la Ciudad le falta autonomía.” La frase pertenece a un funcionario porteño para explicar la carencia de herramientas para abordar la problemática por los cortes de luz durante la crisis.
Cuando a principios de los 90 la excompañía de energía estatal Segba fue dividida en dos zonas y privatizada, nacieron Edenor y Edesur bajo la órbita de contralor del Estado nacional.
Con la reforma de la Constitución en 1994, alumbrada tras el Pacto de Olivos, la Ciudad pasó a ser un distrito autónomo que, dos años después, dictó su propia Carta Magna y votó a su jefe de Gobierno, que reemplazó a los intendentes elegidos a dedo desde la Casa Rosada.
En la segunda quincena de diciembre de 2013 el calor comenzó a azotar al país y puso a la Ciudad en situación de vulnerabilidad absoluta.
Si bien las dos distribuidoras también ofrecen su “servicio” en la provincia de Buenos Aires, el Jefe de Gobierno, Mauricio Macri, poco pudo hacer desde el punto de vista de acciones administrativas.
El ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, hizo trascender que podría pasar la concesión a las oficinas del Palacio de Bolívar 1, a lo que Macri respondió que no podían pasarle cada cosa que no funcionaba. Al respecto, recordó el traumático traspaso del subterráneo, que luego de un año de disputas quedó, finalmente, bajo la órbita porteña.
De los casi seis millones de medidores que ostentan Edenor y Edesur, dos millones pertenecen a la Ciudad, que no tiene, sin embargo, facultades plenas para hacer un seguimiento del servicio.
En otras oportunidades, el Ente Nacional Regulador de la Energía (ENRE) ya sancionó a las distribuidoras por la falta de eficiencia en la oferta energética. Y ahora se espera que haga lo propio después de efectuar una evaluación del sistema tras la crisis de energía y cortes de luz que azotó a miles de ciudadanos durante los últimos días.
El expresidente del Banco Ciudad y actual diputado nacional Federico Sturzenegger dice que con un aumento de 80 pesos por domicilio el problema estaría resuelto.
La inversión necesaria en el sector de la distribución se estima en 5 mil millones de pesos. Pero hay que tener en cuenta que desde la aplicación de una resolución, que tiene más de un año, hay un cargo fijo que figura en las boletas que abonan los clientes. Ese monto es dirigido a las empresas para obras.
Los principales barrios que fueron afectados por la falta de luz contabilizaron siete días promedio sin suministro de energía. Prácticamente no hubo zona que se salvara de sufrir, en algún momento, un apagón. Y hubo algunos casos que marcaron récords, como un edificio de Balvanera ubicado en Rivadavia al 3100, que estuvo 27 días sin energía eléctrica. Incluso, al cierre de esta edición de Noticias Urbanas, había hogares en Santa Rita y Villa Devoto sin el servicio público reestablecido.
El problema de las subestaciones
El negocio de la energía está compuesto por la generación, transmisión y distribución. El último eslabón falló con la ola de calor. Según un plan maestro en estudio, en la Ciudad hacen falta al menos 10 subestaciones para garantizar la distribución de la corriente eléctrica. Cada subestación tiene un costo aproximado de 50 millones de pesos.
El punto crítico entre el Gobierno, los ejecutivos de las empresas y la sociedad porteña es ponerse de acuerdo para encontrar la ubicación de esas subestaciones. Ocurre que nadie quiere tener cerca de su casa una planta transformadora de energía de media tensión a baja.
Varios municipios atravesaron por esta problemática. Hay un caso testigo que se dio en Berazategui. Primero, el intendente autorizó a Edesur a que construyera la planta, pero la gente se opuso. Entonces, el jefe comunal se puso del lado de sus vecinos, poniendo a la empresa en una situación difícil.
Con un fallo de la Justicia y la ayuda del gobierno provincial, al final pudo concluirse la obra que hoy abastece del servicio sin inconvenientes.
Este será un año en el que habrá un fuerte debate en torno a la calidad del servicio público de provisión de energía, como también sobre el valor de las tarifas. En provincias como Santa Fe, Córdoba y Mendoza, los valores llegan a triplicar el precio que se paga en la Ciudad y parte del conurbano.
Pero la suba de las tarifas que obtuvieron algunas empresas tampoco redundó en una mejora de la oferta. Es decir que el “mercado perfecto” tuvo falencias.
El caso de Edelap, una empresa que supo ser de un holding norteamericano y que pasó a manos de un argentino con socio venezolano, es para analizar: estaba bajo el control del Gobierno nacional y pasó a la órbita de la provincia de Buenos Aires. Esta empresa consiguió una mejora sustancial en sus tarifas pero en La Plata quedó gente sin servicio de luz
Lo que dijo el jefe porteño
Mauricio Macri salió a fijar su posición en una conferencia de prensa, un sábado, en la que anunció el asueto en las oficinas porteñas y le pidió al Gobierno nacional que se sumase al comité de crisis. Más allá de los fuertes cruces con el ministro de Planificación, kirchneristas y macristas terminaron trabajando juntos para ayudar los damnificados por los cortes de luz.
“Tomamos muchas medidas: desplegamos un operativo de emergencia para distribuir agua, fortalecimos a los equipos del SAME y dispusimos la reducción del consumo de energía en todo lo que es dependencia de la Ciudad”, recalcó Macri durante una conferencia de prensa a la que llamó en el Centro Único de Coordinación y Control.
Macri salió a pedir “propuestas concretas del Gobierno nacional, porque hoy ni siquiera estamos coordinados”, cuestión que con los pasos de los días tuvo efecto.
En la Legislatura está tomando forma un proyecto para reclamar a la Nación que cedan parte del contralor en los servicios públicos. Macri dice que no habló con la presidenta Cristina Kirchner. ¿Habrá otra reunión con Jorge Capitanich?