“Tiene que haber una discusión para una reforma electoral”

“Tiene que haber una discusión para una reforma electoral”

En la segunda vuelta, el ombudsman porteño, que fue elegido como titular del organismo que agrupa a sus colegas, encabezará un grupo de observadores electorales.


Las elecciones presidenciales de octubre pasado no solo abrieron la puerta para el primer balotaje de la historia del país, sino que también significaron un desafío a la hora de controlar el proceso de votación. La preocupación creció luego de los polémicos comicios de agosto en Tucumán, donde hubo desde graves denuncias de fraude hasta quemas de urnas.

Así, el 25 de octubre se realizó por primera vez un control estatal en los centros del Correo Argentino, donde se reciben y se digitalizan los telegramas de los resultados provisorios, aquellos que se conocen en la misma noche del domingo de la elección.

Esa tarea la llevó a cabo un equipo de observadores integrados por distintos defensores del Pueblo del país y volverá a repetirse el próximo 22, durante la segunda vuelta entre Daniel Scioli y Mauricio Macri.

“La tarea tuvo una precisión importante. Apenas hubo un margen de error de 1,5 por ciento, que muchas veces tuvo que ver con cuestiones de procedimientos”, destacó el ombudsman porteño, Alejandro Amor, quien encabezó a los más de 300 veedores.

En diálogo con Noticias Urbanas, Amor señaló que, pese a los buenos resultados en el control de las elecciones, es necesario que para los próximos comicios –legislativos de 2017 o presidenciales de 2019– se discuta la posibilidad real de que haya un sistema de votación con boleta única, ya sea electrónica o de papel.

El rol destacado que tuvieron las Defensorías del Pueblo durante las elecciones sirvió también para poner sobre el tapete la acefalía en la Defensoría del Pueblo de la Nación, tras la salida del peronista cordobés Eduardo Mondino en 2009.

El control en las elecciones

Como flamante titular de la Asociación de Defensores de la República Argentina (Adpra), Amor coordinó el trabajo realizado por 337 observadores en todas las provincias, que principalmente trabajaron en grupos de dos. Hubo control en 159 de los 325 centros de digitalización, adonde se digitalizó aproximadamente el 82 por ciento de los telegramas emitidos por las autoridades de mesa.

“Encontramos algunos sobres sin firmas o con firmas incorrectas, o sobres con las actas de escrutinio en vez de los telegramas correspondientes”, precisó Amor sobre los inconvenientes registrados.

“Esperamos que en el balotaje haya más de 500 observadores en todo el país”, adelantó sobre quienes participan en las tareas de control. Los veedores son capacitados principalmente por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, que ya realizó este tipo de controles en las elecciones porteñas.

El proceso de observación de las elecciones generales fue acordado entre los distintos ombudsman, la Cámara Nacional Electoral, que encabeza Santiago Corcuera, y la Dirección Nacional Electoral, que dirige Alejandro Tullio.

“Fue la primera vez que hubo presencia del Estado en los centros del correo. Se nos dio la responsabilidad de controlar un punto gris, como se le dice, donde hasta ahora el Estado nunca había participado”, reveló Amor.

Si bien admitió que el recuento provisorio “no tiene validez legal”, el ombudsman porteño destacó la importancia de los datos que se conocen la misma noche del domingo de elecciones. “Existe un valor simbólico para toda la sociedad, que conoce los datos a través de los medios de comunicación apenas horas después de cerrados los comicios. Pero el escrutinio que realmente vale es el definitivo”, señaló Amor.

Los observadores entrenados por la Defensoría tenían cuatro tareas principales, que se repetirán durante el balotaje: controlar el funcionamiento de las cámaras que graban las operaciones en los centros del correo; supervisar que los sobres que contienen el telegrama lleguen cerrados y en excelente estado; observar que la apertura de los sobres se haga en presencia de los fiscales de los distintos partidos, y verificar que haya un adecuado escaneo de los telegramas.

Pedidos al próximo presidente

Ya sea Scioli o Macri, el próximo presidente tendrá pendiente abrir un debate sobre la forma en que se desarrollan las elecciones en la Argentina y el futuro de la tradicional papeleta. Mientras aún no hubo definición sobre qué haría el candidato kirchnerista si llega a la Casa Rosada, el líder de Pro ya se comprometió a impulsar la boleta única electrónica, que debutó este año en las elecciones porteñas.

“Después del 22 de noviembre tiene que haber una discusión para una reforma electoral”, planteó Amor, quien presentó en su momento un proyecto de ley en la Legislatura porteña.

Según el ombudsman, la reforma tiene que centrarse en “la promoción del uso de nueva tecnología”. También exigió que si se mantiene el esquema de boleta de papel, debería mejorarse “la provisión de boletas por parte del Estado”, ya que generalmente los encargados de imprimirlas son los propios partidos políticos.

En las últimas horas, Amor también les pidió a los candidatos que pelearán en el balotaje que se comprometan a designar a los titulares de las Defensorías del Pueblo del país que se encuentran vacantes, como las de la Nación, las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, San Luis, Entre Ríos y las de varios municipios, y a crear una Defensoría del Pueblo en aquellas provincias en las que todavía esta institución no existe. La misma situación ocurre con la Defensoría de Niñas, Niños y Adolescentes, que aún no fue creada, pese a la sanción de la Ley 26.061.

“Le exigimos a Scioli y a Macri que definan al defensor del Pueblo de la Nación”, planteó Amor, quien les envió un acta de compromiso para que firmen ambos postulantes. El ombudsman aseguró que ya tuvo contacto con Alberto Pérez, jefe de Gabinete bonaerense, y con funcionarios macristas.

“No sé por qué no se definió después de tantos años, porque el defensor del Pueblo se designa por acuerdo entre la oposición y el oficialismo”, se quejó Amor, que concluyó con una defensa del papel de las Defensorías: “Somos órganos constitucionales y no partidarios, pero no somos neutrales: defendemos derechos y garantías constitucionales”. o

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