El diputado nacional cordobés por la UCR, Diego Mestre, describió el funcionamiento actual del Congreso y cree posible que después de la cuarentena haya una merma de la polarización ideológica en la política argentina. Sobre todo, de cara a la difícil situación económica que se avecina tras la suspensión de actividades. Mientras tanto, impulsa un proyecto de ley para digitalizar las recetas digitales.
¿Cómo está funcionando el Congreso en este momento?
Con la cuarentena estamos complicados. Ni siquiera podemos presentar proyectos. En este sentido, sería importante avanzar con la firma digital. He participado en las reuniones con los presidentes de los bloques y el presidente de la Cámara, donde se hicieron varios planteos en relación a éste y otros temas. Hubo llamadas a diputados, estudiando temas, iniciativas, poniéndonos a disposición y pensando ideas para lograr el mejor funcionamiento.
¿La suspensión de la “grieta” por el coronavirus podría inaugurar una nueva forma de hacer política en la Argentina?
Ojala que así sea. Creo en la solidaridad transgeneracional del fin de la grieta, del estar unidos. Hay una cuestión de salud pública que obliga a la política partidaria a quedar en un segundo lugar, relegada. Y lo que tiene que estar por delante son las políticas públicas que se ocupen de la salud de la población. Creo que después de la cuarentena, con las medidas económicas, vamos a tener bastante consenso. ¿Quién se puede llegar a oponer a suspender medidas cautelares, desalojos, suspender por 90 días los impuestos, el pago de los créditos hipotecarios…? Hay un consenso importante para avanzar con esto. Ojalá sigamos por este camino de dejar las diferencias partidarias atrás.
Presentó un proyecto de ley para digitalizar recetas médicas, algo que sería clave en el contexto del aislamiento por el coronavirus. ¿Cuándo surgió esta idea, y por qué?
Surgió a fines del año pasado. Vemos hace tiempo los problemas que surgen de las recetas de los médicos, que muchas veces son ilegibles. Desde lo práctico, esto es grave para la salud de las víctimas. Así que apuntamos a modernizar esta comunicación tripartita entre los médicos, los pacientes y las farmacias. A nivel mundial, el costo asociado a los problemas con las recetas es de 42 millones de dólares anuales. Esto es el 1 por ciento del gasto sanitario global. Y no sólo afecta a lo económico, lo principal son las consecuencias de gravedad para la salud. Si en la farmacia entienden mal la letra, por ejemplo, pueden causarse serios problemas.
¿Cómo se va a llevar a la práctica?
Queremos modernizar el sistema de forma progresiva. Buscamos modificar la ley para que los profesionales estén obligados a prescribir y certificar en formularios digitales, que deberán llevar el nombre, la profesión y la firma del médico. Esta parte deberá adecuarse a la ley de firma digital. Vamos a modernizar la comunicación, estableciendo excepciones al marco digital, garantizando la protección de la trazabilidad y realizando convenios con los colegios profesionales. Creo que es una buena iniciativa, ya la compartí con los diputados del interbloque, que están ansiosos de poder acompañarla y darle trámite legislativo. Por ahora en el Congreso no tenemos firma digital, pero cuando pase la cuarentena vamos a presentar este proyecto y a debatirlo.
¿Hay posibilidad de aprobarlo antes, justamente para facilitar a los pacientes los trámites en la cuarentena?
Parece que la cuarentena va a durar un tiempo más e iniciativas como estas, en el contexto actual, son clave. Quisiéramos tratarlo ahora, pero tenemos varios impedimentos. Hay diputados mayores que correrían riesgo al asistir a la sesión. Y si bien la discusión se podría hacer virtualmente desde los hogares, me parece que hay algunas cuestiones legales que hay que revisar. No estoy seguro de que esto se adecue a lo que establece la Constitución. Es un debate que habrá que dar, para pensar un esquema en este sentido. Los temas económicos son importantes y yo ya presenté un proyecto para suspender las ejecuciones y para aplazar el pago de impuestos. Pero antes de estas cuestiones está siempre la salud.