Claudio Dellarbonara integra el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), que en las últimas elecciones formó junto con el Partido Obrero (PO) y otras organizaciones de izquierda el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT). Además es delegado de la Línea B de subte y encabeza el sector opositor a la conducción actual de los metrodelegados. En diálogo con Noticias Urbanas dejó en claro cuáles son las diferencias con el secretario general del gremio, Roberto Pianelli, a quien acusó de ser funcional al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
–Usted no está de acuerdo con lo acordado en las paritarias del sector.
–La petición original era de un aumento del 37 por ciento y elevar al 2 por ciento la antigüedad, además de mejorar una serie de condiciones laborales. Y se termina acordando por un 32 por ciento, que no es real ya que si se hacen los cálculos de la paritaria anualizada el porcentaje es menor al 27 por ciento. Ellos toman el aumento sobre los sueldos en bruto, pero a esa cifra hay que hacerle todos los descuentos del caso y así se llega al número real, que es el que nosotros decimos. Con esto estamos muy lejos de lo que se votó en las asambleas y mucho más en comparación con la inflación actual.
–Sin embargo, el sector de Pianelli lo consideró un triunfo.
–Estos son los mismos compañeros que se jactaron de no ir al paro del 10 de abril argumentando que existían paritarias libres y ahora terminan firmando los topes salariales impuestos por Mauricio Macri y Cristina Fernández.
–Entonces, los acusa de ser funcionales al gobierno K.
–Lo real es que los trabajadores perdemos poder adquisitivo porque la mayoría de los integrantes de la cúpula sindical apoyan al gobierno kirchnerista y aceptan las imposiciones salariales que les dictan.
–¿No se discutieron los aumentos en las asambleas de base?
–La propuesta que se hizo en la mesa de negociación se conoció el miércoles pasado por la noche y el acuerdo se firmó el viernes al mediodía, con lo cual no dieron los tiempos para que todos los trabajadores pudieran discutir la propuesta. Es más, muchos compañeros me comentaron que no sabían lo que se estaba negociando. Hay falta de participación y por eso los trabajadores no están de acuerdo con lo acordado.
–Sus críticas apuntan directamente a la conducción de su propio gremio.
–Es que ellos se declararon abiertamente K y defienden más el proyecto kirchnerista que a los laburantes. Así se pierde la independencia política. El sector que represento tiene diferencias históricas con la cúpula en la manera de organizar el sindicato internamente. Cuando fundamos este gremio en oposición a la Unión Tranviaria Automotor (UTA) queríamos un sindicato totalmente distinto a los de raíz peronista, y esto lo decimos principalmente por las burocracias sindicales que terminan anquilosándose en sus estructuras.
–¿Acusa a Pianelli de burocratizar el gremio?
–En la última elección de 2011 sacamos más de un tercio de los votos y no nos integraron como minoría a la comisión directiva, tal como correspondía. Luchamos para ser reconocidos pero no nos reconocen. Los actuales líderes del gremio están en deuda con las premisas básicas de de democracia e independencia política, los emblemas fundadores de los metrodelegados.