La vicepresidenta Gabriela Michetti salió a bancar a las fuerzas de seguridad luego de la violencia registrada en los últimos días en las inmediaciones del Congreso de la Nación durante las movilizaciones contra la reforma jubilatoria y aseguró que el país pasó “de la locura y la aberración” de la última dictadura militar a “otro extremo” en el que nadie tiene el monopolio ni la legitimidad de la fuerza” y donde “cualquiera puede hacer cualquier cosa”.
“Hay que volver a respetar a las fuerzas de seguridad. Es todo una reconstrucción del orden democrático porque, de lo contrario, no tendremos democracia”, dijo Michetti, al conversar con periodistas acreditados de Casa Rosada, entre ellos Noticias Urbanas, al término de una actividad de la Jefatura de Gabinete encabezada por el titular del programa Argentina 2030, Eduardo Levy Yeyati, que presentó un libro con propuestas de varios autores para el futuro del país.
La Vicepresidenta explicó que “si no está en el medio la fuerza de seguridad, haciendo cumplir la ley, vamos a tener un problema gravísimo, porque si a alguien no le gustó una política pública y se da cuenta que puede hacer cualquier cosa y nadie le hace nada, estamos en un problema grave”.
“Hemos vivido situaciones atroces de avasallamiento de la integridad humana en la dictadura y ante cualquier cosa que sea ordenamiento de las fuerzas de seguridad, existe el terror de que nos pasemos de largo”, dijo, aunque aclaró que las fuerzas deben “actuar” bajo sus “protocolos” y que si cometen excesos debe ser la Justicia la que deba resolverlo, aunque, en ese sentido, cuestionó la intromisión judicial en los operativos, al repudiar a la jueza porteña Patricia López Vergara, que ordenó que las fuerzas porteñas no usaran “armas” letales durante la represión del lunes.
“Nos hemos ido a un costado del péndulo y eso también nos pone en peligro, porque llegamos al punto de que una jueza ordene que vayan las fuerzas de seguridad, pero sin armas. Entonces, vos decís, pero lo están mandando a ese señor a que lo maten, porque la verdad es que las otras personas (un grupo de manifestantes) están armadas y están tirando de verdad”, apuntó.
Consultada por los cacerolazos contra la reforma jubilatoria, que se hicieron sentir en algunos puntos del país, con mayor sonoridad en la Ciudad de Buenos Aires, Michetti aseguró que fueron llevados a cabo por sectores que “no están contentos con nuestro gobierno, que no apoyan nuestras medidas y que votaron distinto, aunque tienen legitimidad para hacerlo”.
“Son maneras de manifestarse, y mientras no haya violencia ni amenazas sobre la vida de nadie, están bien. Son genuinas. Es más, la Argentina ya ha tomado un poco esta cosa de los cacelorazos en varias oportunidades. Me parece que por la cantidad no eran como cuando se pedía justicia en la Argentina y que salían dos millones de personas a la calle”, completó.