La carrera por la Jefatura

La carrera por la Jefatura

Las causas que llevaron a Macri a elegir el 10 de julio como fecha electoral. Los detalles de la guerra Michetti-Larreta. Las posibilidades de cada uno.


Las fechas de las elecciones porteñas por fin fueron reveladas: 10 de julio para la primera vuelta, 31 de julio para el ballottage. Con este anuncio, Mauricio Macri inauguró formalmente la carrera cuyo premio es el sillón de Bolívar 1. Y llevó al punto máximo de tensión las internas en PRO, en las que Gabriela Michetti y Horacio Rodríguez Larreta se juegan sus últimas cartas para tratar de ser sus sucesores. Operaciones, llamadas telefónicas, charlas íntimas, lecturas de lo que puede hacer el otro, teorías conspirativas y demostraciones de fuerza. Todo vale para calentarle la oreja al ingeniero.

El michettismo entendió el desdoblamiento como una señal a su favor. Incluso, creyó vislumbrar en la cara del jefe de Gabinete una expresión de desazón durante la conferencia de prensa en la que Macri hizo el anuncio de la fecha. Sin embargo, hasta los mismos seguidores de Gabriela sostienen que Rodríguez Larreta peleará hasta el fin.

Ambos contrincantes se posicionan de esta manera: Michetti hace gala de ser la que aporta los votos, mientras el jefe de Gabinete se muestra como el garante de la continuidad del modelo PRO.

Un dirigente que integra el bando michettista reconoce ante Noticias Urbanas que el Jefe de Gobierno confía más en Rodríguez Larreta que en la actual diputada nacional. ?Para Macri ?dice este político? gobernar es gestionar, y Horacio ya dio pruebas en este período.? Sin embargo, según este dirigente, el Jefe de Gobierno estaría llevando a cabo una estrategia similar a la que usó en 2007, cuando Larreta también quería ser candidato y finalmente debió desistir: ?Lo apoya a Horacio en todo para que, si después las encuestas no le dan, éste no pueda decir que no lo tuvo en cuenta. Los números, finalmente, son los que van a resolver?.

LA FECHA QUE NO FUE

Macri tiene deseos reales de competir por la Presidencia de la Nación, pero sabe que sus chances están atadas a cuestiones aún no resueltas. Por ejemplo, si Cristina Fernández se presenta o no a la reelección (hoy todo parece indicar que sí) y a los acuerdos que PRO pueda tejer con el peronismo disidente. Debido a este escenario de incertidumbre, el Jefe de Gobierno ha preferido, durante todo este tiempo, mantener la puerta abierta a la posibilidad de quedarse en la Ciudad cuatro años más y por eso es que estira la definición de las candidaturas porteñas lo más que puede. Entendiendo esta lógica, se puede comprender cómo fue su razonamiento cuando eligió la fecha electoral. Es más: mucha gente propia y ajena vivió el discurso como el comienzo de su camino hacia la posible reelección.

La historia, relatada por varios dirigentes de PRO consultados por Noticias Urbanas es que el último lunes, después de la reunión de Gabinete, Macri realizó un almuerzo al que acudieron varias figuras destacadas de su partido. Michetti y Rodríguez Larreta estuvieron presentes. En la mesa se tiraron dos fechas tentativas para la elección porteña: el 26 de junio y el 28 de agosto. Michetti, el secretario general Marcos Peña y Humberto Schiavoni, jefe de campaña de Macri, fueron los abanderados de la primera opción, mientras que Rodríguez Larreta y el presidente de PRO nacional, José Torello, promovieron la segunda alternativa.

?Macri dijo que iba a analizar las dos, pero la sensación que quedó flotando en el aire fue que los comicios iban a ser el 26 de junio. Sin embargo, al día siguiente, nos enteramos de que había decidido convocarlos para el 10 de julio?, relató uno de los políticos PRO entrevistados para esta nota.

Según deslizaron fuentes del Gobierno porteño a Noticias Urbanas, a Rodríguez Larreta le habrían llegado a enviar el decreto del llamado a elecciones con fecha del 26 de junio para que lo firmara y éste se habría negado a hacerlo. Como contrapartida, habría presionado a Macri para estirar los plazos lo más cercano posible a la elección nacional. ¿Cómo se arribó a la fecha del 10 de julio, entonces?

Ocurre que al Jefe de Gobierno le aconsejaron no realizar las elecciones porteñas después de las primarias del 14 de agosto, debido al efecto negativo que podría tener la cantidad de votos que en esos comicios pudiera obtener la posible precandidatura nacional de Cristina Fernández. Y hay otra cuestión que encorsetó la decisión: el receso escolar de invierno y el éxodo familiar que éste suele acarrear.

?Al elegir el 10 de julio para la primera vuelta, Macri estiró los tiempos lo más que pudo, porque el 17, 24 y 31 de ese mes están dentro de las vacaciones de invierno y si fijaba la elección para el 7 de agosto, el ballottage le caía sobre las primarias?, explicó a este medio otro dirigente del espacio macrista.

Igualmente, la fecha elegida para la segunda vuelta genera un cierto temor en PRO, ya que coincide con el último domingo del receso invernal y eso, según consideran algunos miembros de ese partido, podría significar una ventaja para la oposición.

LO QUE TENGO, LO QUE TE FALTA Y LO QUE NO SOS

Rodríguez Larreta supo tejer una compacta trama de poder en el seno del Gobierno porteño, al punto tal de que varios ministros hoy le responden directamente a él. El jefe de Gabinete, entonces, es visto por Macri y su núcleo de confianza como el seguro de permanencia del proyecto actual.

Michetti, en cambio, aún es una incógnita y, para peor, algunos dirigentes ponen en duda su capacidad de gestión. Una teoría conspirativa que se le atribuye a Nicolás Caputo, consejero y amigo de Macri (también presente, al igual que Jaime Durán Barba, en la reunión en la que se definió la fecha electoral), es que la ex vicejefa, una vez en el poder, podría apropiarse del partido e intentar una proyección nacional para 2015, si Macri llegara a perder ahora la elección presidencial y se quedara en el llano.

La teoría conspirativa y la de la presunta ineficiencia son altamente perjudiciales para Gabriela, ya que se complementan, se potencian mutuamente y generan un efecto que puede hacer ruido en los oídos de Macri de la siguiente manera: ?Si Gabriela gana y le va bien en el Gobierno, te puede traicionar, y si gana y le va mal, nos caemos todos?. En este caso, la falta de carisma de Larreta termina jugando a favor del jefe de Gabinete, ya que lo convierte en un sucesor menos ?peligroso?. Otro dato: en un esquema con Gabriela candidata, las chances de que Diego Santilli sea su compañero de fórmula son muy altas, ya que es visto en PRO como una persona que aporta garantía de gestión, a la vez que contiene a los sectores peronistas, tradicionalmente enfrentados con Michetti.

El hecho de que Rodríguez Larreta quisiera unificar las elecciones porteñas con las presidenciales y que Gabriela pugnara por desdoblarlas habla por sí solo de la diferencia de capacidad de cada uno para sumar votos. El carisma y la llegada a la gente siguen siendo el mayor capital de Michetti. Su salida del Gobierno porteño hacia el Congreso, en lugar de perjudicarla, la benefició, debido a que quedó al margen del desgaste de la gestión. No así Rodríguez Larreta, que, por su rol, le tocó jugar de duro y defender hasta lo indefendible.
Pese a que el jefe de Gabinete asegura que la distancia que lo separa de Michetti son sólo cinco puntos, otras encuestas que manejan los seguidores de la ex vicejefa aseguran que ésta dobla a su contrincante en porcentajes de intención de voto.

Por lo pronto, este último jueves ambos precandidatos presentaron sus programas de gobierno ante Macri y el partido. Pero todos los consultados reconocen por lo bajo que lo que inclinará la balanza para uno u otro lado son las encuestas. ?Es cierto que Horacio creció en las mediciones, pero todavía está bastante abajo de Gabriela y, encima, suma un problema para un eventual ballottage: une a la oposición en contra, a diferencia de Gabi, que puede robar votos de otros sectores como, por ejemplo, el radicalismo o la Coalición Cívica?, señaló ante Noticias Urbanas un alto dirigente de PRO al que Macri consulta a menudo, y que, vale aclarar, no forma parte del sector michettista. En síntesis, si para Macri, Larreta le garantiza el proyecto, Michetti hoy le garantiza el resultado.

Conclusión: nada asegura con esta decisión que Macri no intente su segundo mandato, conservando el poder en manos propias y evitando la sangría interna. Es más, casi abona esa posibilidad. Pero si el jefe porteño insiste con su sueño presidencial directo, Rodríguez Larreta será el candidato en la Ciudad sólo si consigue, primero, achicar aún más la diferencia que lo separa de la diputada nacional y, segundo, llevar su intención de voto a un porcentaje que suponga (al menos teóricamente) el triunfo de PRO en la segunda vuelta. La paradoja en este caso es que Macri, si quiere a su jefe de Gabinete como líder de la fórmula porteña, deberá salir a jugársela por él sin esperar, como acostumbra, los resultados de las encuestas. En pocas palabras, tendrá que ponerse el candidato al hombro, como hizo Cristina en Chubut.

La indefinición le deja la mesa servida a Michetti, que tiene brillo electoral propio y no necesita que le sostengan los cubiertos.

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