Aumento del transporte público: ¿mal innecesario?

Aumento del transporte público: ¿mal innecesario?

NU dialogó con funcionarios de Nación y también de Ciudad, y con especialistas para ver las implicancias del aumento tarifario.


El 2022 se despidió con una alegría que el pueblo argentino anhelaba desde 1986. Pero también con una inflación que no se registraba desde principios de los noventas. Según el Índice de Precios al Consumidor y el análisis de las principales consultoras del país, la inflación anual fue de casi el 100%. En este contexto, la suba del precio del transporte público significa un nuevo revés para el bolsillo de los argentinos. Entonces, ¿qué explica que se haya decidido este nuevo incremento?

Noticias Urbanas (NU) dialogó con el Ministerio de Transporte de la Nación para conocer las razones detrás del aumento. Según explicaron, en el área del AMBA la tarifa de transporte público estuvo frisada durante tres años. La llegada de la pandemia alargó esta situación. Para favorecer a los trabajadores esenciales que necesitaban del transporte público para movilizarse, decidieron no establecer ningún incremento tarifario. Asimismo, sostuvieron que fue una forma de acompañar al sector privado que, de lo contrario, se hubiera visto obligado a cerrar las líneas de colectivo.

En ese sentido, con la llegada de las vacunas y otros mecanismos que desarticularon el COVID-19 se abrió la puerta para establecer el aumento y así también, reducir la brecha entre el AMBA y el interior del país. No obstante, desde el Ministerio afirman que con la actualización realizada en agosto del año pasado, las tarifas del Gran Buenos Aires siguen estando atrasadas con respecto a las del resto de las provincias. “Desde los números, esta diferencia se nota más”, declararon. “El AMBA transporta alrededor de cuatro millones de pasajeros a través de dieciocho mil colectivos. Mientras que en todo el Interior, solo hay dieciocho mil colectivos”, ilustraron.

En este contexto, se vuelve a poner la lupa sobre el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En diálogo con NU, el Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte explicó que la actualización de los precios corresponde a la Verificación Técnica Vehicular (VTV), estacionamiento medido y subte. Con respecto a cómo se pautan los incrementos tarifarios, afirmaron que se llevan a cabo audiencias públicas. De hecho, la audiencia que determinará la actualización del boleto de subte será a principios del próximo mes. En todos los casos, se plantea hacer un aumento gradual a lo largo de todo el 2023.

Uno de los aumentos que más llamaron la atención fue el del subte: se espera a que llegue a $80 en septiembre. De acuerdo a la Dirección General de Estadística y Censos (Ministerio de Hacienda y Finanzas GCBA) sobre la base de datos de la CNRT, este medio de transporte tiene alrededor de 20 millones de usuarios pagos mensuales. Por lo tanto, la cantidad de personas afectadas por este incremento es alarmante.

Otro factor que incide inevitablemente en el aumento de los boletos en la Capital Federal es el aviso por parte del Ministerio de Transporte de la Nación. “Tras el anuncio de actualización del pasaje de colectivos urbanos y ferrocarriles de jurisdicción nacional, la medida apunta a mantener un balance entre las tarifas de los diferentes modos de transporte, teniendo en cuenta que el transporte público en el AMBA debe ser pensado como un sistema integral”, declararon desde Ciudad.

Ante este escenario, NU consultó al Ministerio de Transporte Nacional sobre cómo creen que estos incrementos repercuten en la inflación. “Este aumento no necesariamente incide en la inflación”, afirmaron. “La tendencia general está arrojando un descenso de los precios. De esta forma, se espera que este aumento se compense con la baja de los precios en otros sectores”, declararon.

NU conversó con el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCi) para comprobar las declaraciones del Ministerio. “La influencia del valor del transporte en el costo final de todos los productos en particular de los alimentos ha ido aumentando al ritmo de las subas constantes de los precios de combustibles”, afirmó Isaac Rudnik, director del instituto. Además, indicó que durante gran parte del 2022 el incremento de precios de los alimentos fue el motor del crecimiento inflacionario. Y lo que es aún más sorprendente es que esta tendencia fue revertida por el sector de transporte. “A lo largo del año –según el INDEC en los primeros once meses– los alimentos en el Gran Buenos Aires aumentaron 87,8%, mientras que en el mismo período el transporte público subió 53,3%. Sin embargo, en la medición mensual de noviembre los alimentos subieron 3,1% y el transporte público se incrementó 9,4%”, ilustró Rudnik.

Este escenario se oscurece más si tomamos los valores de los alimentos de la Canasta Básica. “Según los registros de nuestro Índice Barrial de Precios (IBP) que mide los valores de los alimentos de la Canasta Básica de Alimentos en los negocios de cercanía de los barrios populares, en el conurbano bonaerense estos alimentos subieron 101,36%”, detalló el Director del ISEPCi.  “Algunos alimentos indispensables para las familias como lácteos subieron 110%, huevos 164%, azúcar 168%, fideos guiseros 114%”, remarcó Rudnik.

Para colmo, el movimiento del salario básico de los argentinos es inverso al de la inflación: mientras uno aumenta, el otro no deja de depreciarse. De acuerdo a cifras del ISEPCi, en diciembre de 2021 el salario básico estaba en $32.000. Un año más tarde, alcanzó los $61.953. Si uno analiza estos números desde su valor nominal, podríamos decir que hubo un aumento de más del 90%. Pero si uno ve el valor real, la conclusión es desalentadora. “Hubo un deterioro del 10% a lo largo del año”, ratificó Rudnik.

El infame ciclo argentino parece continuar. Mientras todo aumenta, el poder adquisitivo de la gente va quedando desfasado. Enfocados en terminar con las asimetrías entre el AMBA y el Interior, postergan los esfuerzos para terminar con las asimetrías económicas y sociales. Hace unos días, salió a la luz la compra de gel lubricante íntimo por un total de $500 millones para la provincia de Buenos Aires. ¿Servirá para que nos resbalen estos incrementos?

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