Alejandro Finocchiaro: “Hay áreas del gobierno poco profesionales”

Alejandro Finocchiaro: “Hay áreas del gobierno poco profesionales”

Entrevista exclusiva al exMinistro de Educación.


El dirigente de Juntos por el Cambio y exministro de Educación de Mauricio Macri, Alejandro Finocchiaro, se mostró muy crítico con el gobierno de Alberto Fernández por el manejo del proceso para obtener la vacuna contra el coronavirus. Y atribuyó los problemas a una “falta de previsión”, que vinculó al “loteo de espacios” en el Ejecutivo entre los partidos que integran la coalición oficialista del Frente de Todos. En ese sentido, aseguró que en la Casa Rosada “manda Cristina Kirchner”. Por otra parte, advirtió que el Ministerio de Educación, bajo la órbita de Nicolás Trotta, funciona con la agenda de Ctera, que conduce el referente sindical kirchnerista Roberto Baradel.

 

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¿Cree que el Gobierno comunicó mal el tema de la vacuna, o que hay problemas más profundos sobre la forma en que se llevó a cabo el proceso para obtenerla?

Entiendo que es un mal manejo. Un manejo de falta de previsión. Quienes se dedican a la política sanitaria deben saber los requisitos que el mundo y los laboratorios imponen a quienes compran sus productos. Si un laboratorio exige ciertas condiciones, deberían saberlo. Hay que ser más serios. Especialmente cuando se habla de cuestiones de vida o muerte. No se puede ser improvisado en estas cuestiones. Y la verdad es que hay algunas áreas del gobierno nacional que son tremendamente poco profesionales.
-¿A qué atribuye esta falta de profesionalismo?

Yo creo que el gran problema es el que se generó entre Cristina Kirchner y Alberto Fernández por haberse repartido los ministerios y por haber loteado entre ellos los espacios dentro de los ministerios. Hay ministros que no hablan con sus vices, secretarios que no hablan con sus subsecretarios, o que piensan absolutamente diferente. Eso no es un gobierno, porque en un gobierno debe haber unidad de acción. Si esto se reparte porque esto le toca a Cristina, y aquello a Alberto, y el funcionario de abajo le toca a La Cámpora, ocurren estos desajustes, que en algunas áreas tienen una gravedad muy grande. En Salud se está viendo. El Presidente habla con una ligereza muy grande con respecto a la fecha de vacunación. No hay que buscar rédito político en los problemas, sino solucionarlos.

-¿Cree que ocurre lo mismo en el área de Educación?

El Ministerio de Educación tiene dos problemas muy graves. El primero es el que ya dije: que los espacios fueron loteados entre los diferentes espacios que componen el Gobierno. Un claro ejemplo es la salida de Adriana Puiggrós, que se sintió destratada, mal. Y el segundo problema que tiene el Ministerio de Educación es que, como ya ha ocurrido en otros gobiernos kirchneristas, la estructura está dominada por Ctera. El ministerio hace lo que dice Ctera, que tiene intereses particulares, que tienen que ver con sus propios afiliados, aunque lo que corresponde es que toda política pública educativa tenga como foco el interés de los alumnos y alumnas. El caso más emblemático es Baradel diciendo que hasta que no está la vacuna no se vuelve a clases y dos días después apareció el ministro diciendo lo mismo. Ellos hacen la agenda, porque Ctera es el kirchnerismo educativo. Y es así para Cristina Kirchner. En ese sentido, no hay discusión, este no es un gobierno que admita discusiones.

 

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Dice que Ctera le marca la agenda al Ministerio de Educación

No. La agenda no la marca Ctera, la hace. La primera decisión importante que tomó este ministerio fue reinstalar lo que Ctera llama la paritaria nacional docente, que para nosotros no existe. Antes de pensar en medidas para nuestros alumnos, pensaron en el interés de Ctera. Y lo más trágico, o cómico, es que después de hacernos diez paros nacionales a nosotros, este año, esta paritaria arrojó un cero por ciento de aumento para los docentes, para todo el año. Les están dando 1200 pesos en negro, por mes. Privaron del derecho a la educación a nuestros chicos y chicas, para obtener un cero por ciento de aumento. Y no protestaron.

 

 

La agenda no la marca Ctera, la hace. La primera decisión importante que tomó este ministerio fue reinstalar lo que Ctera llama la paritaria nacional docente, que para nosotros no existe. Antes de pensar en medidas para nuestros alumnos, pensaron en el interés del gremio.

 

-¿Por qué cree que los gremios tienen esta agenda?

No hablo de la agenda de los gremios, es la agenda de Ctera. Los otros gremios manifestaron que dadas las condiciones de seguridad, volverían a trabajar. Yo lo atribuyo a que un ministerio de Educación nacional debe pensar en los chicos. Baradel piensa en los afiliados y marca la agenda que él cree que conviene a sus afiliados.

-¿Cuál es esa agenda? ¿Que los docentes no trabajen?

No, no es eso, porque si no parece que tratamos a los docentes de vagos y no es así. Digo que parecería que la educación no es esencial. ¿Qué hubiera pasado si el gremio de los médicos, enfermeros y colectiveros hubieran tenido la misma actitud que Baradel? En vez de pensar en los chicos, este ministerio, que está dominado por Ctera, pensó en lo que Ctera cree que es más conveniente para sus afiliados, que no representan ni un 15 por ciento de los docentes activos en el país.

 

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¿El gobierno nacional está a cargo de Alberto Fernández, o de Cristina Kirchner, como apuntan varios dirigentes de la oposición?

El día que se anunció la fórmula, yo estaba al aire en un medio, y me trasladaron la misma pregunta. Yo dije que si en la fórmula estaba Cristina Kirchner, quien gobernaría sería Cristina Kirchner. Y lo que se verifica es que ella es quien gobierna. Toda la agenda de este año estuvo marcada por los temas que preocupaban a la expresidenta. Éste es un gobierno donde los ministros salen en apoyo del presidente, cuando en general es al revés: el Presidente debe salir en apoyo de sus ministros. Alberto Fernández es el testaferro del poder de Cristina Kirchner. Y ella ha comido todos los casilleros del Gabinete que le estaban interesando. Ahora apunta a Justicia, por ejemplo, a ministerios que a ella le interesan. Y lo peor es que el Presidente no demuestra ninguna voluntad de conducir el poder. Uno lo ve como una persona sumisa al dictado de la ex presidenta.

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