Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro

Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro

Mauricio Macri se prepara para la pelea final por la Jefatura de Gobierno. A pesar de la amplia ventaja, calcula hasta el últlimo detalle. Ya comenzaron las disputas y la danza de nombres para su eventual gabinete y autoridades de la Legislatura.


Los 45,6 por ciento de votos obtenidos por Mauricio Macri en la primera vuelta disparó en la danza de nombres para su eventual gabinete. También, como era de esperarse, puso en marcha una serie de operaciones cruzadas entre los sectores que intentan imponer sus candidatos. Dos grandes líneas, históricamente enfrentadas, quedaron cristalizadas: los que se encolumnan detrás de Gabriela Michetti y los que siguen a Horacio Rodríguez Larreta. También hay varios pesos pesados que responden directamente a Macri, que suelen jugar cerca de uno u otro sector. Finalmente, están los aliados o socios, entre los que se destacan el peromacrismo, cuyos integrantes conforman en la Legislatura el grueso del bloque Juntos por Buenos Aires, y Recrear.

Macri adelantó a Noticias Urbanas la semana pasada tres nombres que piensa llevar a su gobierno: Horacio Rodríguez Larreta a la Jefatura de Gabinete (un área que actualmente no existe), Néstor Grindetti al Ministerio de Hacienda y Mariano Narodowski al de Educación.

Después, entramos en el reino de las hipótesis. Las más consistentes indican que el macrismo estudia modificar el organigrama por lo que debería, para eso, modificar la Ley de Ministerios. Continuando en el terreno de los verbos en condicional, Gregorio Centurión quedaría al frente de la Secretaría de Prensa y Difusión, mientras que Iván Pavlovsky oficiaría de vocero. En Obras Públicas hay coincidencias sobre las posibilidades de Daniel Chaín, quien actualmente, en la Fundación Creer y Crecer, comanda un área denominada Desarrollo Urbano. A su vez, el larretista Carlos Tramutola es mencionado para Medio Ambiente o para Espacio Público.

El peronista Cristian Ritondo figuró en los trascendidos como candidato a conducir el Ministerio de Gobierno, que podría ser dividido en dos áreas, una de Gobierno propiamente dicho y otra de Justicia y Seguridad. Sin embargo, Ritondo aseguró a Noticias Urbanas que el 10 de diciembre asumirá como legislador. Para Seguridad y Justicia se menciona Eugenio Burzaco, aunque Macri prefirió no confirmar su nombre durante la entrevista que le ofreció a este medio.

Si Descentralización continúa siendo un ministerio, podría conducirlo Rodrigo Herrera Bravo. Sin embargo, el legislador porteño quiere una diputación nacional en octubre. Según cómo cierren las listas, podría ir para un lado u otro. Los radicales macristas también le pidieron a Macri integrar el Ministerio de Descentralización, aunque aparece como lejana la posibilidad de que alguno de ellos sea quien finalmente lo comande.

Para dirigir el Ministerio de Salud, la diputada Soledad Acuña (responde a Rodríguez Larreta) cuenta con fuertes chances, al igual que Hernán Seoane. El presidente de CpC de la Provincia de Buenos Aires, Jorge Macri, también habría pedido el lugar.

Las fuentes consultadas coincidieron en que María Eugenia Vidal contaría con el aval de Macri para comandar el área social. Sin embargo, la diputada electa, embarazada, tiene fecha de parto cercana a la fecha de asunción de autoridades, por lo que podría no ser parte de la primera formación de gobierno. Por otra parte, el área social también es reclamada por el sector que responde a Michetti.

También podrían emigrar al Ejecutivo el diputado Marcos Peña (ligado a Michetti) y el legislador electo Avelino Tamargo (larretista), aunque no se mencionaron los sectores donde recalarían. El peromacrismo, a su vez, intentará imponer un nombre en la Subsecretaría de Deportes.

Finalmente, otro que podría terminar en el gobierno de Macri sería el actual vicepresidente primero de la Legislatura, Santiago de Estrada. Fiel a su estilo, el "Obispo" pediría un cargo donde pueda coordinar políticas, sin demasiada exposición pública, con Macri, Michetti y la mesa chica de la Legislatura porteña.

EL MANEJO DE PERÚ 130

En el Parlamento porteño, a su vez, es casi un hecho que el macrismo impulsará a Diego Santilli para ocupar la vicepresidencia primera, cargo que representa el manejo real de esa institución. En algún momento se había especulado con que ese lugar se lo disputaría Ritondo. Sin embargo, el actual diputado nacional y legislador electo lo desmintió de plano. "Diego (por Santilli) es el hombre más indicado para presidir la Legislatura", señaló, consultado por este semanario. Según trascendió, Ritondo quiere presidir el bloque Juntos por Buenos Aires, que reúne a peronistas y radicales macristas, aunque la intención de Macri es que haya un solo bloque que contenga a todo PRO. Si no hay acuerdo, Juntos por Buenos Aires, bajo el paraguas de Macri, continuará teniendo una fuerza considerable, ya que mantendrá a los peronistas Santilli, Daniel Amoroso, Silvia Majdalani, Dora Mouzo y Álvaro González (quedó en la puerta de ser reelecto pero asumirá apenas Narodowski emigre al Ejecutivo) y al radical Oscar Zago, y sumará a Ritondo, Mónica Lubertino, Gerardo Ingaramo (ligado a Juan Carlos Blumberg), Martín Ocampo (radical) y a Victoria Morales (vinculada a la Iglesia y respaldada Santiago de Estrada).

Si finalmente prevalece la unidad, el actual secretario administrativo del Parlamento de la Ciudad, el demócrata progresista Oscar Moscariello, será el presidente del bloque PRO. Si no sólo presidirá el bloque CpC. Moscariello fue el primer presidente que tuvo el bloque macrista en la Legislatura, antes de que el ingeniero se presentara para las elecciones porteñas de 2003.

En lo que queda del año, el parlamento porteño, con su actual composición, será el encargado de garantizar (o no) la gobernabilidad de la administración Telerman en los meses que restan de mandato. En el macrismo se oponen a votar leyes que le dejen déficit a un eventual gobierno de su jefe político. Esta situación amenaza con complicarle el panorama a Telerman. Por su lado, Macri necesitará de consensos para votar un presupuesto para el 2008 acorde a sus proyectos y, si bien el interbloque PRO es la primera fuerza en la Legislatura, no llega al quórum propio, por lo que seguramente se abrirá con el telermanismo una instancia de negociaciones con final incierto.

LA ÚLTIMA JUGADA

La final está dos a cero, faltan dos minutos para que termine y hay tiro libre para el que equipo que está ganando. El jugador, en lugar de patear al arco, se la pasa a un compañero. El objetivo, asegurar la pelota. ¿Pero el partido no está ganado? No, el partido se gana una vez que termina. Esta enseñanza futbolera -típica de la vertiente "resultadista"- sirve para definir las acciones que hoy guían a los operadores macristas. Lo único que importa es el triunfo. Si no se alcanza, no sirve haber jugado bien en la primera vuelta ni haber obtenido 22 puntos de ventaja. Y para ganar, nada de tacos y lujos; hay que asegurar los votos. No dejar nada librado al azar.

"Si los mismos que votaron a Macri en primera vuelta lo votan en segunda, ganamos", asegura a Noticias Urbanas una alta fuente del comando macrista. El cálculo que los macristas hacen es el siguiente: como en la segunda vuelta, seguramente, habrá gente que no sufrague porque no está de acuerdo con ningún candidato, la menor cantidad de votantes hará subir los porcentajes, con lo que Macri tendría asegurado el triunfo.

En PRO afinan los números: "En la primera vuelta votó el 69 por ciento del padrón. Con que vote un 67 por ciento, es decir, dos puntos menos, y que el 20 por ciento de los que apoyaron a Telerman nos elijan, ya ganamos", desliza otro operador, muy ligado al empresario.

Equipo que gana, equipo que no se toca, dice otra máxima futbolera, de esas que le encantan al presidente de Boca. Y tampoco se tocan las estrategias que dieron buen resultado: la presencia en la calle, el timbreo, las cartas dirigidas a los vecinos y las presentaciones diarias de propuestas. Macri intentará no confrontar con el Gobierno nacional y seguir con la campaña "positiva", aunque es obvio que esta vez le será más difícil, ya que, a partir del 3 de junio, reemplazó a Telerman como blanco de los pingüinos.

Como este semanario adelantó en números anteriores, la base de datos que Macri obtuvo a través del timbreo vecinal, le será de gran utilidad para sumar votos. El objetivo son los que no lo votaron, pero que ante la consulta personalizada no dijeron que no lo votarían. El macrismo también continuará con el envío de cartas a los electores, ahora apuntando directo a los barrios donde mejor le fue, casi todos del norte de la Ciudad. ¿Por qué? Primero, para no gastar plata ni energía en votantes "perdidos". Segundo, porque si obtuvieron un buen resultado en una zona, infieren que los que allí no votaron podrían sumar siguiendo esa misma tendencia. Según los datos provisorios, la circunscripción 20 (Retiro) fue el lugar donde el macrismo consiguió el mejor resultado: un 64 por ciento. También obtuvo cifras óptimas en la 19 (Recoleta), con el 56 por ciento; la 17 (Colegiales), con el 52 por ciento; la 16 (Belgrano), con el 51 por ciento; la 4 (La Boca) con el 48 por ciento; la 18 (Palermo), con el 47 por ciento; y la 27 (Villa Urquiza) con el 47 por ciento.

Donde peores números obtuvo Macri fue en la circunscripción 15 (Villa Ortúzar, Chacarita, La Paternal): un 37 por ciento. En esa zona, en el centro y el oeste, donde el voto progresista es más fuerte, el líder de PRO hará presencia de calle. En la zona sur, donde estuvo por debajo de la media de votos obtenidos, habrá un trabajo más intenso, porque según remarcan los operadores, "es donde más plata va a poner el Gobierno nacional para levantar a Filmus". Allí también se recurrirá al timbreo y entrega de folletos bajo las puertas de las casas. "Esto no se puede hacer en las zonas donde predominan los departamentos. En esos lugares, el fuerte va a estar en las cartas".

También se van a diseminar por la Ciudad 150 mesas por día y 400 los fines de semana. "Y vamos a seguir haciendo una propuesta por día", señalan en el entorno de Macri. En el búnker de la calle Alsina descuentan que el Gobierno nacional tirará algún otro "carpetazo", esta vez dirigido contra el ingeniero. "La táctica es no contestar, aunque se va a hacer difícil", señala un dirigente macrista, mientras reconoce, en estricto off the record que en la elección de 2003, Macri también tuvo una unidad de trabajo encargada de hurgar en el pasado de sus rivales.

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