En la Ciudad de Buenos Aires se consumen casi 1500 toneladas diarias de productos frutihortícolas frescos. Esa cifra corresponde al 35% de lo que se comercializa en todo el Mercado Central. Y además, esa cantidad tiende a subir en verano por la mayor cantidad de productos de estación.
El acto se realizará a las 17 en el Salón Blanco del Palacio de Gobierno y contará con la presencia del ministro de la Producción de la Nación, Aníbal Fernández, el jefe de Gobierno Porteño Aníbal Ibarra, la secretaria de Gobierno y Control Comunal de la Ciudad de Buenos aires, Silvana Giúdici y el titular del SENASA Bernardo Cané, entre otros.
El convenio -que fue desarrollado en conjunto por la Dirección General de Higiene y Seguridad Alimentaria de la ciudad, el SENASA y el Mercado Central- tiene el propósito de reducir al mínimo el riesgo que entraña para la salud humana el exceso de los residuos de plaguicidas, que suelen estar presentes en los productos frutihortícolas, al igual que los derivados de la contaminación bacteriana que contienen muchos productos que se consumen frescos.
La firma de esta acuerdo aumentará el control de productos frutihortícolas frescos comercializados en la Ciudad, que subirá del 35 al 70 por ciento. “Con este convenio estaremos protegiendo la salud de 1.200.000 ciudadanos más que antes. Además, para los productores y comercializadores, es una forma de conformar una oferta de calidad, al asegurar su competitividad en el mercado”, explicó el diputado Jorge Argüello, uno de los impulsores del proyecto.
Hasta el momento sólo se hacen controles bromatológicos y de residuos plaguicidas a las frutas y verduras frescas adquiridas en el Mercado Central. Es la zona sur de la Ciudad en la que se comercializan estos productos, porque la mayoría de los mercados minoristas de esa zona se abastece en el Mercado Central.
Por el contrario, los mercados minoristas de la zona norte y los supermercados e hipermercados de toda la ciudad compran en los mercados mayoristas de la zona norte del gran Buenos Aires -en especial Béccar y San Martín- o a sus propios productores. Estos mercados sólo cuentan con un control post-facto, realizado por el Gobierno porteño, esto quiere decir que el organismo de control interviene solamente a partir de la denuncia de los particulares. Los productos adquiridos en estas condiciones suman el 40 por ciento de las frutas y hortalizas comercializadas en toda la Ciudad de Buenos Aires.
