Polémico: Washington cambia su paradigma de enemigo

Polémico: Washington cambia su paradigma de enemigo

El foco ya no está puesto en el terrorismo, sino en la "competencia estratégica" entre potencias que reinó durante la Guerra Fría.

La sede del Pentágono en Estados Unidos.

El enemigo de Estados Unidos cambió de cara luego de 17 años, dejando de lado la amenaza terrorista que persiste desde los atentados a las Torres Gemelas en el 2001. Sucede que ahora el Pentágono considera que el mundo se asemeja más a la pugna de “competencia estratégica” entre potencias que reinó durante la Guerra Fría.

En esa línea, se levanta la nueva estrategia de defensa de EE. UU., la primera del Gobierno de Donald Trump. “Continuaremos con la campaña contra terroristas, pero la gran competencia de poder, no el terrorismo, es ahora el foco principal de la seguridad nacional de EE. UU.”, anunció este viernes el secretario de Defensa, Jim Mattis.

Ese poder tiene, para Washington, sobre todo dos nombres: Pekín y Moscú. “Afrontamos amenazas crecientes de países revisionistas, tan diferentes como China y Rusia, naciones que aspiran a crear un mundo consecuente con sus modelos autoritarios, buscando una capacidad de veto frente a las decisiones económicas, diplomáticas y de seguridad de otras naciones”, señaló Mattis en el acto de presentación del documento. El informe también advierte de los peligros de Corea del Norte e Irán, y pide no bajar la guardia ante la amenaza yihadista.

Imágenes del atentado a las Torres Gemelas, el 21 de diciembre del 2001:

El informe del Pentágono sostiene que “la competencia entre grandes poderes ha vuelto”, también basado en la doctrina de seguridad nacional que anunció Donald Trump a fines del año pasado.

El Pentágono apuesta por reforzar las alianzas actuales y “construir una fuerza más letal”, que ya se visualizó en el notable aumento de su presupuesto propuesto por la Casa Blanca y que es coherente con las continuas amenazas de Trump de acciones militares contra Corea del Norte. “Esta estrategia expande nuestro espacio competitivo y prioriza la preparación para guerras”, dijo Mattis, sin entrar en detalles.

En el documento, esa mayor fortaleza militar se traduce en la “modernización de la fuerza nuclear” de EE. UU., incluyendo más opciones para contrarrestar amenazas externas, en una alusión velada a Irán y Corea del Norte. También se apuesta por reforzar la capacidad de ataque y defensa cibernética, en lo que se interpreta como otra referencia a Pyongyang pero también a Moscú, al que Washington acusa de intrometerse en la campaña electoral de 2016. Se defiende, además, una mayor inversión en misiles y poder desarrollar sistemas de defensa menos centralizados.

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