Nielsen: “No me preocupa que me llamen el Giuliani de la Ciudad”

Nielsen: “No me preocupa que me llamen el Giuliani de la Ciudad”

El precandidato a jefe de Gobierno de Sergio Massa habló con NU sobre la situación de la seguridad pública y sus perspectivas electorales a diez días de las PASO. "Para nosotros, son un ensayo", dijo.


Frontal. Así se muestra Guillermo Nielsen, el precandidato a jefe de Gobierno por el massista Frente por Buenos Aires, quien no duda en poner los puntos sobre las íes cuando lo considera necesario. Y hoy es uno de esos días en los que no le tiembla pulso. Falta una hora para que se presente en la Legislatura de la Ciudad, donde, acompañado por su precandidato a primer legislador, Diego Kravetz, y la experta en seguridad Florencia Arietto, dará su apoyo a la presentación de un pedido de informes a cargo del primer diputado massista del distrito, Javier Gentilini, sobre el hecho de inseguridad ocurrido en la Villa 1-11-14 por el cual murieron cuatro personas.

En ese sentido, Nielsen anticipa a Noticias Urbanas que en caso de ser electo, impulsará una reforma en el Código de Convivencia porteño, con la que buscará que “las fuerzas del orden, cualesquiera que sean, no tengan las manos atadas”. “El Código actual no ha servido para la convivencia”, se lamenta. El orden y la seguridad son consignas que parecen obsesionar al hombre de Sergio Massa.

Es que, para Nielsen, hoy por hoy, los porteños no tienen “seguridad pública”, ya que “las políticas del Pro en los últimos ocho años no han dado soluciones a los problemas de seguridad, a la venta ambulante ilegal, a los trapitos”. “Tenemos problemas en los hospitales públicos. Y siguen las firmas. Hay una responsabilidad de la gestión del Pro; ocho años es mucho tiempo”, afirma. A lo que, entre enojado y preocupado, añade: “No hay un solo día en que no haya muertes evitables, como es el caso de los cuatro jóvenes asesinados en la Villa 1-11-14”.

Si bien el panorama que plantea Nielsen no es el más alentador, no todo termina en la crítica. “Nuestra propuesta está basada en cómo hacemos para que el aparato del Gobierno de la Ciudad le cueste menos a los porteños. Hay dos abordajes: uno es la reducción impositiva y el otro, la gestión de los productos que la Ciudad ofrece a los porteños”, explica.

–¿Y cómo se vincula esto con la falta de seguridad pública?

–Te doy un ejemplo. En la mayoría de los consorcios de edificios que tienen servicio de seguridad, el segundo rubro más caro es la seguridad. ¿Por qué? Porque no tenemos seguridad pública. Entonces, nosotros, que tenemos una propuesta muy acabada de seguridad pública, vamos a hacer también que se reduzcan los gastos del consorcio. Y así estamos atacando cómo llegarle al bolsillo del contribuyente por dos lados: los impuestos y la calidad de los servicios. El otro caso es el de la educación pública. Tenemos como prioridad una educación de calidad. Hay que volver a las pautas “sarmientinas”: exigencia, que es algo por lo que los “progres” han remado mucho para que se dejase de lado, y excelencia, para que en la escuela pública converjan todas las clases sociales. Hoy, lo que está pesando en el inconsciente de muchos es que hay que mandar a los chicos a una escuela privada para que mañana no estén desclasados en el mundo laboral. Y la escuela pública, en este contexto, en muchos barrios, sirve a los efectos de la “guetificación”.

–¿No le teme a que se diga que Nielsen plantea volver a la mano dura?

–(Suspira) Mirá, hay una colonización importante, en la Ciudad, de un progresismo falsamente entendido, que nos ha llevado a tener los niveles de inseguridad que hoy tenemos. Yo no tengo miedo de que me tilden de mano dura ni me preocupa que me llamen el [Rudolph] Giuliani de Buenos Aires. Yo respondo con mis propuestas y mi accionar a la mayoría silenciosa de la Ciudad.

–¿Y cómo recibe esa “mayoría silenciosa”, que usted señala, su propuesta?

–Soy consciente de que tenía un bajísimo nivel de conocimiento al iniciar la campaña, pero eso ha cambiado. Y la gente recibe bien mis propuestas. Las ve concretas, directas. Que hablo claro. Y eso, en las conversaciones que tengo todos los días con los vecinos, lo valorizan. Ese es el camino que vamos a seguir intensificando hasta las elecciones en julio.

–Usted dijo que habrá una segunda vuelta entre la senadora Gabriela Michetti y usted. ¿Para qué está el Frente Renovador en la Ciudad?

–El Frente Renovador está para hacer política y mejorar la calidad de vida de los porteños. Nosotros no estamos para repartir globos, ni helados, ni pochoclos. No estamos en una kermés ni somos animadores de una fiesta infantil. Somos políticos. Y en política, lo que paga es la constancia. Es laburo y más laburo. Y nuestro objetivo es julio. Para nosotros las PASO son un ensayo general. Una encuesta en proporciones gigantes. Y nos parece que es imprescindible que se aclare la interna del Pro, que está impidiendo que haya una discusión de ideas y de propuestas.

–¿Y por qué cree que Michetti va a imponerse en las PASO?

–Rodríguez Larreta está haciendo campaña agarrado de la botamanga de los pantalones de Mauricio [Macri]. Y yo, en la calle, salvo por el uso de los recursos públicos para hacer campaña que hace, veo que en todo lo demás están iguales. Cuanto antes pase esta página, mejor para la calidad de la discusión. Yo apuesto a eso, a que haya calidad en la discusión de ideas y de propuestas.

–De todos modos, días atrás usted dijo que si tuviese que votar en la interna del Pro, lo haría por Martín Lousteau, del frente ECO, quien retrucó que el mote de “colectora del Pro” que le pusieron a su lista le da risa. ¿Por qué Lousteau no debería reírse de esto?

–Lousteau en la interna de agosto va a votar por Lilita, pero nadie espera que gane Carrió. La va a ganar Mauricio Macri. Ergo, si Lousteau es un militante disciplinado, va a votar a Mauricio Macri. Por lo que Lousteau es una colectora del Pro.

–Retomando: en contraposición con Larreta, usted ha explicado que no tiene intenciones de convertirse en un candidato “massadependiente”, a pesar de las dificultades con las que lidia a diario, como su bajo nivel de conocimiento entre el electorado. ¿Qué lo lleva a tomar esa posición?

–Yo estoy convencido de que a los porteños no nos gusta que nos digan a quién tenemos votar. Al votante porteño, que ha sido históricamente independiente, un votante con genética radical, con esto quiero decir republicano, democrático, respetuoso de la ley, a ese votante no le gusta esta cuestión de que le impongan un candidato. Es algo a lo cual yo me resisto. Nosotros estamos creando un espacio en la Ciudad que tiene las características que tenemos los porteños. Esto está pensado y diseñado para la Ciudad. Y los porteños somos, ante todo, muy independientes.

–De todos modos, para ser un candidato que, supuestamente, “no mide”, sus declaraciones son bastante cuestionadas. ¿Qué le genera eso?

–Ladran, Sancho. Y yo voy por el Quijote. La experiencia que estoy haciendo como candidato es muy fuerte, muy rica y, te diría, muy única. No solo contamos con voluntarios, sino que se arrima gente con posiciones de poder y dice “te quiero ayudar”, cosas así. Y eso es muy emocionante para mí. Es una motivación que me hace ir para arriba.

–¿No le duele que, como ocurrió en alguna ocasión, desde su propio espacio cuestionen la decisión de sostener su candidatura?

–No hay tiempo para pensar eso. Al final del día no hay sustituto para la victoria, y nosotros estamos trabajando para la victoria.

–¿Cómo calificaría al equipo que lo rodea?

–Es un equipazo. Son esas cosas donde se pone mucho, mucho de cada uno. Mucho afecto. Pensá que venimos de lugares totalmente distintos. Y la verdad es que yo me siento muy cómodo. Yo no quería ser candidato, y hoy no me arrepiento de haber aceptado. Es una experiencia espectacular. Estoy aprendiendo mucho, me siento como si estuviera de nuevo en Boston University, donde estudié.

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