Nancy Sosa presenta su libro “El poder femenino. El liderazgo político en el siglo XXI”

Nancy Sosa presenta su libro “El poder femenino. El liderazgo político en el siglo XXI”

Protagonista de la segunda ola feminista de los 60, la reconocida periodista Nancy Sosa nos brinda detalles de su nuevo libro que presentará este lunes en la Legislatura porteña.


La reconocida periodista con amplia experiencia en el ejercicio de la política, Nancy Sosa, presenta su nuevo libro El poder femenino. El liderazgo político en el siglo XXI este lunes a las 18 en el Salón Presidente Perón de la Legislatura porteña. En exclusiva para Noticias Urbanas, adelanta cómo el “poder femenino” cambiará la forma de ejercer la política.

¿Cuál es el objetivo del libro?

Reposicionar el liderazgo de las mujeres en la política y dejar un mensaje para las generaciones más jóvenes que se incorporan a la política. También reivindicar a las mujeres que nos trajeron hasta acá. Parece que ahora estamos haciendo una revolución y en realidad es otra.

¿A qué revolución se refiere?

A la revolución feminista que estamos viendo todos los días, las mujeres levantan cada vez más su voz, no se callan, expresan lo que piensan, lo que sienten. Y esto a mucha gente le suena revolucionario; yo creo que es así, porque tiene un poder impresionante. Pero quiero mostrar que mi generación de la década del 60, hizo también una revolución, que fue la de la liberación de la mujer. La segunda ola que dio vuelta todo, yo fui protagonista.

¿Era o es revolucionario que una mujer tenga una opinión?

En mi época, que una mujer piense distinto o discuta algo, significaba romper con el orden social. Los hombres no se casaban con las mujeres inteligentes.

Hoy es diferente. Conozco un montón de muchachos jóvenes que quieren tener una mujer feminista al lado, y no tienen problema de hacerse cargo de todo esto, es decir, están acompañando un proceso. Hay más problemas con las generaciones anteriores, que teníamos otros códigos.

¿Todo lo que conseguimos las mujeres, fue gracias a la lucha de otras mujeres?

Exacto. Hay que entender la lucha como un proceso. Esta puede ser otra revolución, pero ya hubo otras antes. Estas cosas generan rupturas y cuestionamientos en la sociedad, entonces hay que encararlos, no dejarlos en el aire.

¿Cuál es el rol del hombre en esta revolución?

Hay mujeres que plantean una guerra contra el varón. Veo programas de televisión de la tarde, que aprendí un montón de ahí. Hay muchas panelistas, mujeres, jóvenes, que atacan a los que acosan sin miramientos, están poniendo contra las cuerdas a todos. Eso puede ser leído como un avance, pero también puede ser leído como una falta de elaboración acerca de qué parte del proceso estamos. Creo que hay que facilitar que la gente reflexione, en lugar de tratar de obligarlos a que comprendan algo que ellos no todavía no pueden entender.

¿Existe el ‘poder femenino’ del que habla en su libro?

Sí, hay un rescate de los atributos femeninos que influyen en la nueva mirada sobre el poder. El hombre tiene una mirada sobre el poder, manejado con dos conceptos que implementaron durante siglos, y que se encuentran en todas las definiciones de poder político de la historia: dominación y sometimiento. La mujer, en cambio, no se siente cómoda con ninguno de esos conceptos; creo que los hombres tampoco, pero acá estamos hablando de las mujeres. La mujer es más centrárquica; el hombre maneja el poder de arriba para abajo, es verticalista. En cambio, a la mujer le gusta la centrarquía: ella está en el centro, ejerce poder desde ahí y lo irradia de forma horizontal. Convence, comprende, escucha, genera empatía. Hay una enorme diferencia en cómo mira la mujer al poder.

¿Qué mejoras podría traer el ‘poder femenino’?

De nosotras depende que esta otra manera de encarar el poder se implemente para lograr una política sin violencia. Vivimos con demasiada violencia todos los días, y yo confío en que las mujeres pueden ejercer un poder político al servicio de los demás y sin violencia. No un poder político para alimentar el ego o un poder autoritario, que ejercen los hombres. Este otro planteo promueve modificar la forma de ejercicio del poder político.

¿Qué opinión tiene sobre el lenguaje inclusivo?

Voy a defender el lenguaje tradicional, no adhiero a esas fórmulas facilistas y demagógicas, me parecen estúpidas. No me gusta deformar el lenguaje, que es una herramienta del ser humano tan importante.

¿Es un libro feminista?

No sé, depende de cómo lo quieran leer. No he militado nunca en el feminismo, veo que se ha convertido en una ideología o en un partido político, y no estoy afiliada.

¿Cuál es su postura respecto del debate en el Congreso sobre una ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo?

Yo no puedo estar en contra de la despenalización del aborto. Hay que despenalizar porque ya suficiente carga tiene la mujer con hacerse un aborto, como para que encima la consideren una criminal. Después se podrá discutir sobre la vida, las semanas, el embrión o no, es otra discusión. Despenalización es no considerar que la mujer es criminal porque se hace un aborto.

¿Qué considera sobre la paridad salarial?

Es un debate que faltaba, como el aborto. Falta mucho, recién Estados Unidos lo está pensando.

¿Qué opina sobre la legalización del trabajo sexual?

Creo que es legítimo, porque las mujeres que se dedican a eso consideran que es un trabajo.

¿Cómo se frena la violencia machista?

Cuando la mujer se consolida con este nuevo paradigma, sin tomar al hombre como el enemigo, esa mujer está más sólida. Creo que hay que hacer un adoctrinamiento con las mujeres, pero no de enfrentamiento con los hombres, sino de ver cómo les hacemos entender a ellos, que se sienten destronados, que se calmen. Hay mucha inseguridad masculina que se está generando por la potencia de este movimiento que es muy avasallante y ellos se están sintiendo contra la pared, de la misma manera que ellos nos ponían a nosotras. No estoy de acuerdo con devolver con la misma moneda, sin embargo.

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