En el marco nacional, Marcelo Vázquez, juez de Cámara de la CABA, descree que haya oportunismo en la Justicia, con el cambio de gobierno, para investigar a funcionarios y empresarios del kirchnerismo. También, que los jueces y fiscales actúen como una corporación.
Tras la salida de Cristina Kirchner del poder, el accionar de la Justicia volvió a quedar en la mira. El frenético avance de los jueces federales en las causas de corrupción que salpican a exfuncionarios del gobierno anterior despertó suspicacias. El camarista Marcelo Vázquez, que integra la Sala I en lo Penal Contravencional y de Faltas de la Ciudad de Buenos Aires, no cree que haya cierto oportunismo “político” de los magistrados. En diálogo con Noticias Urbanas, el juez defiende la independencia del Poder Judicial, tanto en la Ciudad como en la Nación. “Entiendo que las investigaciones que se llevan adelante tienen que ver con la aparición de elementos de prueba necesarios para disponer medidas, sin importar quién sea el funcionario y qué cargo esté ocupando”, sostiene.
Frente a las críticas del kirchnerismo al papel de la Justicia –la expresidenta denunció “una persecución”–, Vázquez advierte que “es un mito” que los jueces y fiscales actúen como “una corporación”. “No creo que haya un partido judicial”, remarca.
Vázquez fue electo días atrás para integrar el Consejo de la Magistratura porteño y tiene en claro su objetivo: “La autonomía plena”. “Los ciudadanos de Buenos Aires merecen estar equiparados con los del resto de las provincias”, dice.
–¿Es creíble el accionar de los jueces federales en las causas de corrupción después de doce años en los que con el kirchnerismo en el poder se avanzó muy poco? ¿No hay cierto oportunismo?
–En términos institucionales, considero que no debe depender de quién sea el funcionario, si ocupa o deja de ocupar un cargo, para que se lleven adelante las investigaciones correspondientes. Hay factores que, a veces, pueden impedir o dificultar el avance de una investigación. Entiendo que las investigaciones que se llevan adelante tienen que ver con la aparición de elementos de prueba necesarios para disponer medidas en el tiempo presente, sin importar quién sea el funcionario y qué cargo esté ocupando.
–¿El acto de Cristina Kirchner en los tribunales de Comodoro Py fue una forma de presionar a la Justicia?
–Como una ciudadana, cumplió con un requerimiento judicial, y eso es lo que se tiene que tener en cuenta. La necesidad de un sector de la sociedad de acompañarla cuando cumplía esa obligación legal, en todo caso, se corresponde con el apoyo popular que todavía mantiene.
–¿Cree que hay un “partido judicial”, como planteó la expresidenta?
–Que los integrantes del Poder Judicial sean una corporación o que tengan actitudes corporativas es más un mito que una realidad. No creo que haya un “partido judicial”. Quien desde la función jurisdiccional hace una actividad política o partidaria no está cumpliendo con el deber constitucional. Hay disposiciones que tienen impacto político, pero, en la medida que sean desarrolladas en orden a lo que dictan las leyes, la lectura que se haga desde la política corre por cuenta de la política.
–En los últimos días, el exfuncionario Carlos Zannini sufrió escraches en La Bombonera y en Ezeiza. ¿Los ciudadanos están hartos de la corrupción?
–Hay una demanda de la sociedad hacia las instituciones, tanto al Poder Judicial como al resto de los poderes, de conductas ejemplares o de ejercer adecuadamente la labor que se le ha confiado. No creo que los escraches sean el reflejo de un conducta democrática, no contribuyen a la paz social. Para ejercer un reproche por el ejercicio de una función existen resortes legales que deben ser impulsados por los integrantes de la sociedad.
–¿Qué sintió como juez cuando vio los videos de La Rosadita o los allanamientos en las propiedades de Báez?
–Como juez, no voy hacer ninguna consideración por respeto a los fiscales y magistrados que están interviniendo en esas investigaciones. Como ciudadano, debo hacer un juicio de valor que debe ser reflejado al momento de ejercer los derechos electorales que ostentamos. Confío en que se esclarezcan rápidamente los hechos que son investigados porque eso va a ser un modo de superar etapas de desconfianza e incertidumbre.
–¿Le cree a Macri cuando promete que garantizará la independencia del Poder Judicial?
–Es su obligación institucional y no tengo por qué creer que, habiendo asumido tamaña responsabilidad, vaya a actuar de manera distinta. Es un deber que tiene no solo respecto de los jueces sino de todos los ciudadanos.
–Elisa Carrió denunció que Daniel Angelici es el “operador” del Presidente en la Justicia. ¿Hay operadores o desaparecieron con la salida del kirchnerismo del poder?
–Uno tiene que ejercer su función de manera independiente y demostrarlo con sus actos y con las decisiones que adopta. Después, si no hay un conflicto –incluso público– entre sectores políticos y los jueces por decisiones que adoptamos es porque algo mal estamos haciendo.
–Tras la renuncia de Norberto Oyarbide, el ministro de Justicia, Germán Garavano, dijo que esperan las renuncias de otros jueces federales. ¿Usted piensa que está en duda el desempeño de algunos magistrados y que se deben ir?
–Hay que respetar las instituciones y, en todo caso, existen resortes legales e institucionales a los cuales se puede recurrir para corregir presuntos casos de mal desempeño. Los jueces tenemos el deber, además del de resolver de forma adecuada a las leyes, de exhibir o de generar en la sociedad la confianza de que, en definitiva, vamos a ser quienes resolvamos los conflictos. Cada uno de nosotros tenemos que reflexionar sobre lo que estamos haciendo cotidianamente y mejorar el modo de vincularnos con la sociedad.
–Recientemente, fue electo para integrar el Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires. ¿Cuáles son las prioridades que detecta en la Justicia porteña?
–El objetivo es que, después de 22 años de la reforma constitucional y a 20 años de que se haya dictado la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, logremos la autonomía plena. Los ciudadanos de Buenos Aires merecen estar equiparados con los del resto de las provincias, que puedan elegir a sus jueces y que todas las cuestiones ordinarias o estrictamente locales sean resueltas por su Poder Judicial. Diría que esa es una necesidad para la buena salud de la República.
En primer plano
- Un restaurante. Edelweiss.
- Una comida. Bife de chorizo con papas fritas.
- Un lugar porteño. El Nuevo Gasómetro.
- Una figura histórica. El papa Francisco.
- Una frase. “La soberbia es una discapacidad que suele afectar a algunos pobres infelices mortales que se encuentran de golpe con una miserable cuota de poder” (José de San Martín).
- Una película. El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella.
- Un libro. Noticia de un secuestro, de Gabriel García Márquez.
